SENSACIONES NUEVAS

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A esta edad, con tan sólo cinco años, el pequeño comenzaba a experimentar cosas subidas de tono tras una visita de una amiga de su madre con su hija desfasada a su casa:

- Oye, ¿Qué te parece si hacemos como los mayores y te sacas eso? -dijo Ale, la compañera de Derek subiéndose de pie encima de su cama frente a él.

- Vale, pero no se si será bueno... ¡Espera que se lo pregunto a mi madre!

- Vale. -Esperó.

- Mamá -la bajó del hombro para decirle algo al oído con vergüeza- ¿Es bueno si el chico le pone la cosita a la chica?

Entre una risa que seguramente cabalgaba por dentro por la mueca que Frida tenía en su cara con unos ojos algo rasgados le dijo que eso no lo hiciese:

- Eso no lo hagas que es malo.

- Vale. - Derek salió corriendo nuevamente a su habitación. - Me ha dicho mi madre que no es bueno.

Pero, por cualquier razón, un toque leve de a penas un segundo ocurrió antes de seguir jugando.

Imagino que la curiosidad les podía y a veces hay que probar antes de seguir.

¡Bendita inocencia infantil...!


Un día, Derek y Frida visitaron la casa de aquella mujer, pero la madre vio algo que no le gustó en absoluto y decidió no volver. La inocencia de Derek, por suerte, había hecho que este no se percatase de nada:

- ¿Por qué no quieres volver más? -Preguntaba Derek sin entender nada.

- Su casa está llena de colillas de porro tiradas por el suelo, revistas porno en su habitación y puedo entender por qué su hija es así. No me gusta ir con gente así, suelen ser problemáticos, aunque cada noche su marido llega borracho a casa y le pega, es por eso que había venido a hablar con ella pero después de ver la vida que llevan,... son los dos iguales.

En aquel entonces, Derek se impactó pero a la vez también se desconcertó, no entendía por qué tanto poderío en una sola casa pero entendió que nada de eso era bueno.

Tantas batallas vivían y compartían él y su madre... y una de ellas, la mayor diría yo, la tenían en casa.


Y llegó la navidad.

Derek recibió un regalo estupendo. Se trataba de una moto a batería de Repsol con el número 46 con la que impactaba a todo el mundo con su manera de conducir. Se le daba bastante bien y todos querían probarla y cuando digo todos, hablo de sus tíos, gente adulta que no se explicaban como aguantaba aquella moto pero sin duda, Deckie era el que mejor y más bien la manejaba de todos.
Le encantaba esa moto de tal forma que incluso podía ver la TV encima de ella. No se despegaba nunca de su moto.

Sin duda, todo lo que este niño se proponía hacer, lo hacía de la mejor manera y su capacidad de comprensión iba más allá de la normalidad.

Pero los días superaban la inteligencia de Derek. Dory le leía la biblia o le enseñaba a rezar cuando dormía en su casa, sitio en el que más tiempo pasaba ya que Frida trabajaba en un almacén y Franc... en fin, Franc despertaba a su hijo a las 8am para ir a pasar el día a casa de su abuela ya que él tenía que cumplir con su dosis diaria de ludopatía.

Tal fue la capacidad de comprensión e interpretación que el niño tenía, que no podía perder detalle de todo lo que estaba viviendo a su alrededor. Con tan sólo 5 años ya tenía la edad justa para pensar que esa no era la vida que quería:

- Por favor Dios, llévame contigo, deseo realmente morir y desaparecer. Quiero morirme, deseo morirme con todas mis fuerzas, por favor. - repetía el joven a diario encerrado en su habitación sentado en el suelo con la espalda apoyada en el larguero de su cama y la vista en la ventana.

Hasta que un día, Frida escuchó a su hijo pronunciar sus mayores y fuertes deseos:

- Derek, ¿Qué estás diciendo?
- Quiero morirme mamá, todos los días rezo para ver si pasa.
- No digas eso... Si deseas la muerte al final te morirás.

Esta última palabra le impactó mucho como sonó de la boca de su madre. Sintió miedo y se arrepintió pero nunca olvidó sus deseos de darse un trago de la botella de lejía, y esto le acompañó mucho tiempo pero por cualquier razón algo le frenaba, la falta de valor tal vez.

Es triste y lamentable que un niño de esa edad tenga las cosas más claras que gente de edad más avanzada, piense de forma más coherente y, por ello, deba pasar por todo eso hasta llegar a querer quitarse la vida, cuando a penas hacía que se la habían dado.

(Esto es un 'break' para hacer ver a la gente que la edad no define las experiencias ni la forma de pensar y nadie merece ser tratado así. Si no has sido víctima de ello y te ha ido la vida bastante fluida, serás incapaz de entenderlo pero Derek podría ser tu hijo, tu hermano, tu primo, ... Cuida de los demás como te gustaría ser tratado, comprendido, mimado,...)

DESDE OTRO PUNTO (YA EN Amazon Kindle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora