Capitulo 9 (Mateo)

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-¿Qué te dijo?- me pregunta Catalina dándole otro sorbo a su café.

-Nada, como siempre- digo agachando la cabeza.

-Tranquilo, no es nada contigo- dice con un tono cálido y tomando mi mano –Ella es así y lo más probable es que siempre sea así- tomo un suspiro antes de contestar.

-Lo sé.

Si tan solo supiera que no fue eso lo que me ha molestado de Amaris. No quiero ser un puto desconocido y pensé que no lo era pero hoy me dejo claro que sigo en el mismo puesto.

-Diablos tengo clases- dice levantándose y mirando su celular –Nos vemos después Mateo.

-Claro- veo como sale de la cafetería. Me levanto y veo mi horario, ya son las tres y desde la mañana que no veo a Amaris. Como ya no tengo clase, decido irme al centro comercial para distraerme un poco.

Empiezo a caminar por las tiendas y a ver algo de ropa, nada me convence pero no es como si realmente quisiera comprarme algo de ropa. Decido ir a comprarme un helado antes de irme a mi casa. Cuando estoy haciendo la fila para comprarme uno veo una chica vestida completamente de negro con solo un punto blanco en el pecho. Cuando me entregan mi helado y miro a la chica me doy cuenta que no es cualquier chica.

>>Amaris ¿se acercara a mi? Claro como si me fuera a decir; hola<<

Pienso cuando paso por al lado de ella –Hola chico maravilla- escucho por detrás de mí. Me doy la vuelta rápidamente para encontrarme Amaris a centímetros de mí. Me aparto rápidamente y ella levanta las manos –Tranquilo Ortega, yo no muerdo.

-¿Qué haces aquí?- le pregunto intentando imitar su tono frío.

-Tranquilo hombre, estoy comprando un regalo- dice y yo frunzo el ceño –Él Viernes es el cumple de la Cata y estas invitando a la casa por María, la madre de ella. Le iba a pedir tu número a la Cata como excusa para que me ayudaras en una tarea pero en realidad era para contarte del cumpleaños- dice encogiéndose de hombros.

-¿Estás haciendo algo por ella?- pregunto con evidente asombro. Ella se vuelve a encoge de hombros.

-Que no sea cálida con ella no significa que no me caiga bien, después de todo vivimos bajo el mismo techo- dice sacando su celular cuando empieza a sonar –Es a las siete y no le digas que hice esto, se pondría ...

-Feliz- digo terminando su frase.

-No... ósea...si... ósea- balbucea nerviosa.

>>¿Amaris nerviosa?<<

-Solo...no le digas que lo hice o te mato- dice y gruñe cuando su teléfono vuelve a sonar –Toma- dice pasando un papel –ese es mi número, háblame para enviarte la dirección.

-Amaris, mándame la dirección por favor- digo de broma.

-¿Qué haces?- pregunta confundida.

-Tú me dijiste que te llamara para pedirte la dirección y eso estoy haciendo- digo burlón. Intenta retener una sonrisa pero no lo logra, una pequeña risa escapa de sus labios y una sonrisa se forma en sus labios.

-Buena jugada- dice aun con su sonrisa, se la dé vuelvo e inmediatamente la borra –Oye, aun tengo que buscar un regalo, no tengo idea que regalarle- dice con el ceño fruncido –Aunque ya tengo algo en mente pero si eso no funciona, no sé lo que hare.

-Entonces te hablo después para pedirte la dirección- digo ella asiente con la cabeza.

-Hasta la vista Ortega- dice alejándose. Le sonrió con la mano que tengo el helado casi derretido.

>>Esta chica es fría y cálida a la vez<<

Digo para mis adentros mientras me apresuro a comerme el helado para que no se me derrita. Después de dar unas cuantas vueltas buscándole algo a Catalina, le encuentro el libro que tanto había pedido. Por el camino hacia mí casa, paso por al lado del árbol con hojas rosadas.

>>Debo admitirlo, ese árbol es muy lindo<<

Me rio con tan solo pensarlo. Cuando llego a la casa mi padre está preparando el almuerzo y mi hermano terminando una tarea -¿Qué pasa muchacho?- le pregunto al verlo con un lápiz en la boca y con el ceño fruncido mirando un cuaderno abierto.

-No entiendo esta frase, tengo que descifrar que es lo que significa- me acerco a él y leo la frase escrita en el cuaderno; A veces es mejor lanzarse al abismo a que esperar al destino.

-Qué extraña.

-Cierto, no la entiendo y es para mañana.

-Si se me ocurre algo te aviso- le digo dándole unos golpecitos en el hombro.

Subo a mi habitación con la frase en la mente, por más que intento pensar no le encuentro lógica. De repente me acuerdo de que tengo que llamar a Amaris, busco el papel con su número y lo guardo en mi teléfono. La llamo para que me de la dirección mientras me repito la frase una y otra vez para poder descifrarla.

-¿Mateo?- la voz de Amaris me sorprende.

-Amaris, hola- digo nervioso.

-¿Qué estabas diciendo?

-La tarea de mi hermano, tiene que descifrar que significa esa frase pero no la entiendo- digo pasándome la mano por el pelo.

-¿Cuál es? Soy buena es ese tipo de tareas.

-¿En serio?- pregunto sorprendido.

-Sí, dime ¿Cuál es?- vuelve a preguntar.

- A veces es mejor lanzarse al abismo a que esperar al destino- espero unos segundos a que me responda mientras me acerco a la ventana.

-Deja ir una persona o algo que ames aunque te duela- dice de repente –A veces hay que soltar a alguien o algo aunque te duele mucho- dice con un hilo de voz.

-¿Estás bien?- le pregunto.

-Sí, es que me acorde a alguien pero estoy bien ¿para qué me llamabas?- pregunta rápidamente.

-La dirección de tu casa.

-No es mi casa, es la de mi padre- dice con sarcasmo –Anota- me dice la dirección y yo la anoto en un cuaderno –A las siete debes estar aquí, no va a hacer muy grande la fiesta, va a venir Matías y amigos de su familia. Es hasta las doce o a la hora que ella decida que termine.

-Amaris- la interrumpo pero ella sigue hablando.

-Yo voy a llegar más tarde por si empiezas a preguntarte donde diablos ando.

-Amaaarisss-digo arrastrando las palabras.

-La fiesta va a hacer en la piscina por si quieres traer traje de baño, aunque no creo porque el clima no está para eso. Joder, tengo que ir a la tienda a buscar el pastel para mañana.

-Amaris cálmate, ya entendí y ¿tu le organizaste la fiesta?

-¿Qué? ¿Yo? Puf- dice rápidamente -¿Por qué le organizaría el cumpleaños a ella?

-Porque quizás en el fondo hay una Amaris, a la cual le gusta reír, sonreír. Hacer cosas bonitas por los demás y vivir su vida, aunque tenga muchas dificultades- digo y escucho un suspiro por el audífono.

-Nos vemos mañana Ortega- dice y cuelga sin que me deje contestarle.

-Nos vemos mañana Ortega- dice y cuelga sin que me deje contestarle

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Your Eyes (La chica de la universidad) COMPLETA ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora