Your Eyes (La chica de la universidad) COMPLETA ✅

Capítulo 43 (Amaris)

No sé cuánto tiempo es que estoy escondida, no puedo moverme. Mi cuerpo está muy tenso, no puedo moverlo. Es que...aun no proceso bien lo que están viendo mis ojos.

-Mateo- Catalina lo llama y lo abraza –Feliz cumpleaños.

-Gracias Catita- Le dice él sin borrar la estúpida sonrisa.

>>¿Por qué?<<

-¿No viste Amaris?- Le pregunta y él se tensa.

-¿Está aquí?- pregunta con el ceño fruncido.

-Sí ¿por qué? ¿No querías que viniera?

Contesta Mateo, di que sí.

-No- Responde cortante –No quería que viniera.

-¿Por qué?- Pregunta Catalina confundida.

>>Ya somos dos<<

-Porque ayer discutimos y...- Se pasa la mano por el pelo –Creo que no volveremos hacer compañeros.

-¿Quién?- Pregunta la rubia, tomándole del brazo.

-Una desconocida- Dice él negando con la cabeza.

Se van a no sé dónde y aprovecho para irme al baño. Reprimo las lagrimas, no voy a llorar por él, no lo haré.

¿Por qué lo hizo? ¿Por qué hace esto? ¿Por qué? ¿No me quiere? ¿Todo lo que vivimos...fue falso?

Salgo, intentando no chocar con nadie. No veo a nadie, solo camino hasta llegar a la puerta y salir. Me voy casi corriendo al coche donde las lagrimas caen sin cesar.

¿Por qué?

No me ve salir, nadie lo hace. Como siempre.

No soy más que una desconocida, no soy más que una chica extraña y fría.

Quizás no fui buena nieta.

Quizás no fui buena amiga.

Quizás no fui buena hermana.

Quizás no fui buena novia.

Me dentro en el coche y rompo a llorar. Mi teléfono suena y veo su nombre en él. Me limpio las lagrimas e intento calmarme para contestarle.

-Eyes- Responde con su estúpida voz.

-¿Sí?- Digo intento no romperme de nuevo.

-¿Dónde estás? La Catalina me dijo que estabas aquí.

No puede hablarme como si hace cinco minutos dijo que no era nada para él.

¿Por qué?

-¿Amaris?

-Perdón, es que tuve una emergencia y no pude quedarme. Así que me tuve que ir antes de que llegaras. – Me excuso, limpiándome las mejillas –Feliz cumpleaños.

Digo antes de colgar.

Se acabo.

Esto.

Se acabo.

Manejo hasta el puerto, sin botar otra lagrima. Me voy igual hacia la casa, sin una lagrima. Cuando llego a la casa, escucho voces y veo a Naim con...¿Lucas?

-¿Lucas?- susurro.

Él se da vuelta y se levanta del sillón. Sonríe pero se desvanece cuando me ve llorar, no puedo aguantar más. No con estos dos, con ellos no.

-¿Qué pasa princesa?- Pregunta, su maldito apodo.

Me tiro a sus brazos y siento a Naim que me abraza por la espalda, mientras lloro en el hombro de Lucas.

-Tranquila Solecito.

-Estamos aquí princesa.

-Hemos vuelto- Dice Naim, dándome un beso en la coronilla.

***

-¿Vas a decirme que fue lo que paso?- Pregunta Naim, sentándose en mi cama.

Me siento y me limpio la cara, no sé cuánto tiempo llevo llorando. Creo que hasta me quede dormida, he perdido la noción del tiempo.

-Solecito.

¿Cómo le digo todo esto? Todas su advertencias me viene a la cabeza, fui una estúpida en confiar en alguien como él.

Lucas entra y decido contarles todo, se me escapan las lagrimas mientras ambos chicos me escuchan con atención. Naim aprieta sus manos haciendo que sus nudillos se pongan blancos y se vean las cicatrices. En cambio Lucas, sienta al lao mío y me abraza.

-Ese hijo de puta- Dice Naim enojado –Y se veía tan...

-Nadie es una paloma blanca- Dice Lucas, citando las palabras de mi difunta madre.

Lucas es amigo de Naim desde que tengo memoria, se conocieron jugando futbol y desde ahí no se han separado. Es uno de esos amigos que sabe cuando estas mal a pesar de que no le has dicho nada. Se había ido a Argentina con su madre y no sabía cuando volvía, me alegra que haya llegado en el momento justo.

-Tranquilo hermanito- Le digo y me mira como si me hubieran salido dos cabezas –Ya sé lo que tengo que hacer.

Si quiere jugar, jugaremos. Lástima que se equivoco de contrincante.

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BUENAS BUENAS MIS AMORES!

Oigan, estoy super emocionada pero apenada de haber terminado esta primera parte de esta linda historia.

Ya estoy trabajando en la portada del segundo libro, así que pronto la verán por aquí. Díganme ¿Qué les pareció esta primera parte?

Con eso me despido...

Saludos!

Mada.