-Mateo no- Me levanto.
-Amaris.
-No Mateo. No podemos, ya te dije.
-¿Por qué no?
-Mateo, no nos conocemos.
-Amaris, ya sabes de mi vida y yo de la tuya ¿Qué más quieres saber?
-No me gusta Mateo- Digo y veo la decepción en sus ojos –No me gusta ir tan rápido. No soy de ese tipo de chicas que a la primera oportunidad se dejan llevar- Se acerca a mí y sonríe.
-Si tuvieras la opción de besarme ¿Lo harías?- pregunta. Abro los ojos como plato y se me traba la lengua.
-Am...yo...no lo sé- Miento.
-No sabes mentir.
-Si- Digo y se le ilumina la mirada –Si lo haría pero...si nuestra relación no puede ser de >>amigos<<- Me acerco aun más a él –Que no sea pero vallamos lento por favor.
-Está bien, no voy a presionarte a nada- Sonrió.
-No sé casi nada de ti.
-¿Qué?
-Que no sé mucho de ti. Por ejemplo; ¿Quiénes son tus abuelos? ¿color favorito? ¿Comida favorita? ¿Película favorita? ¿Canción favorita? ¿día o festividad favorita? Y ¿Quién eras en Santiago?
-Valla- Dice un poco nervioso –Tantas preguntas- Sonrió con superioridad.
-Mis abuelos murieron antes de que yo naciera. Mi color favorito es el; Azul. Mi comida favorita es la; lasaña. Mi película es; Superman. Mi canción favorita es; Santa Paloma, de; Jd Pantoja. Mi día favorito es el; catorce de Febrero.
-Eres un romántico total- Digo y sonrió. Una sonrisa débil pero es una sonrisa.
-Y ¿tú?
-Y ¿Yo qué?
-Te toca- Ruedo los ojos y meneo la cabeza.
-Mi abuela se llamaba igual que mi madre, murió por culpa de un cáncer. Mi abuelo, el que me crió; murió por un infarto al corazón- Suspiro –Mi color favorito es el; azul marino. Mi comida favorita es; carne con ensalada. Mi película favorita es; Cuando te encuentre. Mi canción favorita es; Jaque mate. Mi festividad favorita es él; dieciocho de Septiembre.
-Tu sí que eres chilena.
-Oye, me encanta el día festivo de nuestro país. Asado, empanadas, terremotos, carrete y pasar con la familia. Aunque la única familia que me queda es mi hermano- Digo con una pequeña sonrisa -Recuerdo un dieciocho de Septiembre, en el cual, mi abuelo decidió enseñarle a Naim a preparar un asado. Se arrepintió cuando fue a ver la parrilla y se encontró con la mitad de la carne quemada- Una pequeña risita sale de mis labios y Mateo frunce el ceño -¿Sabes preparar un asado?- Se encoge de hombros.
-La verdad es que más o menos...pero nunca es tarde para aprender- Suena...¿Nervioso?
-Yo puedo enseñarte. Mi abuelo me enseño a prepararlos y me quedan divinos.
-¿Por qué no preparas uno?
-¿Cuándo?- pregunto y me vuelvo a sentar en la banca. El me sigue.
-No sé...cuando puedas- Sonrió.
Sin decir nada, apoyo la cabeza en su hombro. Mi gesto parece sorprenderle pero no me aparta -¿Qué pasara con nuestra salida de mañana?- Pregunta. Me encojo de hombros.
-Creo que la cambiamos para ahora- Digo. Levanto la cabeza de su hombro, cuando mi teléfono comienza a sonar –Lo siento, debo contestar o no me dejara de llamar- El asiente y yo me pego el teléfono a la oreja.
-Melliza ¿Estás bien?- Suena la voz de Naim, a través del parlante.
-Sí, hermanito protector estoy bien ¿Quién te llamo?- Mateo me mira con el ceño fruncido y yo sonrió débilmente.
-La Cata, que no habías llegado a la casa.
-Oye ¿puedo llamarte después?- Pregunto nerviosa.
-¿Por qué?
-Es que hubo un cambio de planes y salí hoy- Una pequeña risita sale de mis labios, al escuchar la exclamación de Naim.
-Amaris Cristina Gómez Pérez ¿Qué estás haciendo?- Se lo que viene ahora. Me dirá que no esté tanto tiempo con él porque me puede pasar algo. Siempre acido excesivamente protector.
-Naim no digas mi nombre completo sabes que no me gusta mucho el nombre Cristina- Mateo me mira con los ojos llenos de curiosidad.
-Me da lo mismo, mándame la dirección de donde estas por si acaso- Coloco los ojos en blanco y se me ocurre una idea.
-Naim...Naim ¿me escuchas?- Hago como que no lo escucho y Mateo se ríe por lo bajo.
-¡Amaris no te atrevas a colgar!
-Naim Javier Gómez Pérez, te llamo después un beso, adiós- Le cuelgo antes de que comience hablar –Disculpa, mi hermano es un poquito exagerado de protector.
>>¿Qué acabo de decir?<<
-¿Qué?
-Perdona, a veces se me enredan las palabras- No es de todo cierto. Se me enredan las palabras cuando me pongo nerviosa –Quería decir que mi hermano es muy protector, no le gusta que salga mucho por lo mismo.
-Pero...yo no te voy a hacer nada- Balbucea.
-Lo sé, tranquilo- Niego con la cabeza y la agacho. Es muy raro estar con él ¿será que estas mariposas que se mueven en mi estomago sean por él? Lo miro, como examina el lugar. Arboles a cada costado de la banca, el rió y nosotros dos. Nuestras miradas se encuentran y sonrió -¿Qué quieres Ortega?
-Quiero salir contigo- Abro los ojos de sopetón y él se coloca colorado –Quiero decir...- Balbucea y sonrió para calmarlo.
-Ya entendí- Nos miramos a los ojos unos cuantos segundos que me parecen minutos hasta que añado –Pero quiero lento...si vamos a salir y ver si funciona, quiero ir lento.
-Créeme que quiero lo mismo. Vamos lento, podemos salir y...- Se queda sin palabras.
-Lo que sea- Nos volvemos a mirar y empezamos a acercarnos lentamente pero el ruido de un teléfono nos interrumpe. Ambos sacamos nuestros teléfono, no es el mío.
-¿Mamá?- Dice Mateo. Lo miro sin decir o hacer nada.
>>¿Lo iba a besar de nuevo?<<
-Está bien, ya me voy tranquila. Nos vemos en la casa, adiós. Lo siento es mi madre, tengo que volver- Miro sus ojos que están llenos de decepción o ¿Enojo?
-Tranquilo, hablamos mañana- Sonrió y él hace lo mismo. Asiente y nos dirigimos a nuestros vehículos –Bueno...entonces...hablamos mañana- Balbuceo.
-Te llamare...adiós...Mari.
-Adiós...Ortega- volvemos a sonreír.
¿Por qué me pongo taaan rara con este chico? Lo conozco hace tres semanas y ya he quedado con él para ver si, lo nuestro funcionan. Me subo al auto y espero a que se valla, en cuanto lo hace apoyo la cabeza en el manubrio.
>>¿Lo amo?<<
Pienso, amarlo es una palabra muy grande y no lo conozco tanto como para amarlo o ¿sí? Se ve como una buena persona >>Pero no todos somos una palomita blanca<< me recuerda mi subconsciente. Es verdad. Una persona puede demostrar ser alguien pero en realidad puede ser otra persona. Tomo mi celular y veo que tengo un mensaje de Naim.
¿Cómo estás?
No le respondo, no sé que responderle ¿Que me estoy dando una oportunidad con el nuevo chico de la universidad? Se cual va hacer su reacción y por eso esperare antes de decirle cualquier cosa. Respondo con un; Estoy bien, voy en camino hacia a casa. Antes de hacer andar el motor e ir hacia la mansión de mi padre.
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Your Eyes (La chica de la universidad) COMPLETA ✅
JugendliteraturDespués de mudarse a Valdivia (Chile) por el trabajo de su madre, Mateo Ortega se tiene que acostumbrar con la nueva universidad y sus nuevos amigos, todo cambio cuando conoció a Amaris, la chica fría y misteriosa de la universidad.