Your Eyes (La chica de la universidad) COMPLETA ✅

Capítulo 21 (Mateo)

No puedo estar más confundido. Amaris ¿Se crió con su abuelo materno? El cual, lo vio morir con ese tal; Naim. Entonces ¿Dónde está su madre?

-¿Y tu madre?- pregunto pero niega con la cabeza.

-No quiero hablar de ella, deberías agradecer que polo menos, te cuento una parte de mi existencia.

>>Tiene mucha razón. Mateo Ortega, no metas las patas<<

Sonrió

–Tienes razón- Me dé vuelve la sonrisa y me mira con ojos triste –Ven acá- abro los brazos, esperando a que me rechaza. Pero me sorprende, cuando deja caer su cabeza en mi hombro.

-No soy una chica normal- dice. Tras un silencio.

-¿Qué?- pregunto. Ella se endereza y me mira a los ojos.

-No soy como la Cata, no soy como sus amigas, como mis primas y no soy como las otras chicas. Soy Amaris, soy única y quizás eso nunca cambie- suspira y esconde la cara, entre sus manos blancas.

-Me gusta que sea únicas- Digo.

>>¿Lo pensé en voz alta?<<

Me mira como si estuviera loco pero rápidamente cambia, a una sonrisa cálida

-¿Quién es Naim?- pregunto.

Suspira.

-¿En serio quieres saberlo?

-Claro.

-Es que te vas a sorprender aun más- Dice. Con una sonrisa.

-No creo- Digo. Quitándole importancia –Dime.

-Naim, es un amigo, un compañero, una persona importante para mí, es mi Solecito y es mi mellizo.

>>¿Su qué?<<

-¿Tienes un mellizo?- pregunto. Sorprendido. Se encoje de hombros.

-Sí, es mayor por cinco minutos- Dice. Con una pequeña cargada –Es el único que me queda, no sé donde estaría sin él. Sufrimos lo mismo, tenemos el mismo el dolor.

Ahora entiendo su raro comportamiento. Amaris no es una chica cualquiera, es una chica luchadora, fuerte, valiente y con un dolor enorme.

-Sabes- Dice. Sacándome de mis pensamientos –Me acuerdo cuando se fue, a estudiar a; Chichan. Tenía mucha pena, no sabía cómo lo haríamos con las cuentas del auto, de las universidades y con la cabaña- La miro. Intentando mostrar confusión –No me mires así, se que sabes que tengo una cabaña en la isla.

-Lista- digo. Con una sonrisa.

-Era bastante, las universidades son muy caras. Mas el auto, las compras y bueno, todo eso. Las universidades, no nos daban becas o descuentos por el trabajo de mi padre. Pero en cuanto cumplimos los dieciocho nos mudamos los dos a la cabaña, civilmente y así nos dieron las becas.

-¿Tienen malas notas?- Pregunto molestándola.

-No, ambos tenemos un buen promedio. También tenemos becas por eso, siempre hemos tenido- Dice con una cargada –Ambos comenzamos a trabajar, empezamos a horrar y mi abuelo, nos tenía una cuenta a cada uno con ahorros. Pagamos todo a media, nos apoyamos y nos cuidamos- Sonríe y me mira.

>>Que hermosa sonrisa<<

-Salimos adelante, los dos solos y ahora que no está. Lo extraño mucho- cruza los brazos, abrazándose.

-Y ¿Por qué se fue?

-Quiso explorar y encontró una universidad en Chichan. Estudia lo mismo que nosotros- Dice -Esa es una parte de mi vida. Nunca se lo había contado a nadie. La verdad, todos conocen mi historia, creo.

-Me gusta el hecho que lo compartieras- Digo con una sonrisa.

Las mariposas en mi estomago, comienzan a moverse, cuando la contemplo. Piel blanca, ojos y pelo cafés, labios de un rosado hermoso y sus mejillas rojas. Su pequeña sonrisa, provoca que; las mariposas, se muevan más rápido. Suspira y desvía la mirada al río, cierra los ojos con un profundo suspiro. Vuelve a mirarme y me sorprende, cuando toca mis tres lunares que tengo en la mejilla derecha, forman un triangulo

–Sabes, una vez leí que; los lunares significan que son las partes en donde más te besaban en tu vida pasada- coloca un dedo, en cada lunar.

-¿Dónde leíste eso?- se encoge de hombros.

-No me acuerdo, pero cuando lo leí y le dije a Naim. Comenzó a reírse porque, yo tengo uno, en la parte baja del labio- La miro y compruebo, que tiene uno, en la parte baja del labio –Decía que tenía suerte porque, en la vida pasada. Me besaban más en los labios.

-Son bonitos tus labios- Me mira. Intercambiamos miradas hasta que ella desvía la suya.

-Chico maravilla sabes que no podemos.

-¿Por qué no?- pregunto, tomándola de la cara. Nuestros labios están a milímetros.