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—¿Eres un hombre lobo? —le pregunta Chiara sin dejar de caminar por la playa.
—Sí, de pies a cabeza —responde Jacob tras soltar un largo suspiro—. Solo algunos miembros de la tribu tienen los genes, un chupasangre viene aquí y brota la fiebre.
—¿No hay una forma de pararlo? —pregunta la pelinegra tras regresar su mirada hacia él—. No te veo muy cómodo o contento siendo de esa manera.
Jacob suelta una risa nasal y queda enfrente de Chiara para poder verla fijamente.
—No escogí este estilo de vida, así nací, no puedo evitarlo —le explica el castaño, viendo como su amiga retrocedió un paso por la rudeza de su tono de voz—. Eres una hipócrita, ¿no soy la clase de monstruo para ti?
—¿De qué diablos hablas? —pregunta Chiara molesta tras cruzarse de brazos—. Me preocupo por ti, Jacob, los vampiros pueden hacerte daño a ti o alguien de tu manada.
—Nosotros protegemos al pueblo —le responde el chico con seguridad—. Lo único que matamos son vampiros.
En la cabeza de Chiara, inevitablemente, aparece la familia Cullen tras escuchar esas palabras.
—No podemos tocar a tus adorados Cullen, a menos de que ellos rompan el tratado —le asegura Jacob con burla tras ver su expresión.
—Jake, no pueden matar vampiros —le responde Chiara preocupada—. Pueden matarlos.
—¿En serio? —pregunta el castaño divertido—. Acabamos fácilmente con esa sanguijuela.
Chiara recuerda el pelirrojo que se encontró en el bosque hace varios días, pero no evita imaginárselo siendo atacado por varios lobos.
—¿Jason? —pregunta confundida la pelinegra.
—Y su novia, la rubia, sigue —termina por confesar Jacob con tranquilidad, sin darse cuenta de la reacción que tuvo Chiara por sus palabras.
La respiración de la chica se detiene por unos cuantos segundos y su pulso se acelera.
—¿Molly está aquí? —pregunta Chiara asustada.
—Ya no —niega Jacob—. La seguimos hasta la frontera Canadiense la otra noche, pero sigue apareciendo y no tenemos idea detrás de qué está.
—Yo sí —se apresura a responder la italiana sin sudar—. De mí.
Jacob mira confundido a su amiga unos cuantos segundos sin saber muy bien qué podría responderle.
