🦂 ZULIERRO 🦂

8. Anhelo de esperanza.

ZULEMA>>

En ese momento el silencio se apodero de mi cabeza, no escuchaba ya ningún grito, el dolor desapareció y una sonrisa apareció en mis labios cuando vi a la Rubia entrar disparando tres veces contra el techo.

—Soltad a Zulema Hijos de puta...!! -ordeno y Sandoval la miro aterrado y con dificultad se levanto para escapar-

........

No se en que momento paso pero todas corríamos tras de ese hijo de puta que había hecho de todo para arruinar nuestras ya miserables vidas. Los guardias estaban esposados a la reja.
Esto era un motín, lo habíamos conseguido, estábamos ganando. Sandoval corría como una rata en medio del hundimiento de su barco.

Macarena y yo detuvimos la reja de la galería para que todas pasaran, estaba eufórica, no podía creer que lo estábamos logrando...pero mi mente aun tenia algo que hacer...

 —Pasad putas!! -grite con una sonrisa-

—Somos buen equipo he!! -me grito macarena igual de sonriente-

—Como sea... Rubia, tengo algo pendiente en el comedor... ve con ellas yo ya vuelvo!! -dije antes de correr de regreso a donde comenzó todo.-

Abrí la puerta de una patada porque una silla la estaba bloqueando. Entre y trate de buscar a Hierro con la mirada entre los funcionarios que estaban atados pero el no estaba ahí.

Gire buscando por todo el comedor hasta que lo vi sentado y esposado en una esquina como un momento antes estaba yo. Me acerque aun llena de adrenalina dudando en lo que le iba decir, aunque quería correr y abrazarlo y decirle que aunque fuera un hijo de puta lo necesitaba conmigo... sabia que no podía.

—Porque lo hiciste? -Le pregunte seria-

—No lo se. -respondió sin mirarme-

—Pude haberte matado imbécil... -me incline hasta quedar a su altura-

—Y porque no lo hiciste? -me miro a los ojos-

—N-no lo se... supongo que por la misma razón que tu. -me alce de hombros-

—Tu dijiste que a veces hay que hacer lo que hay que hacer... -se alzo de hombros también-

-sonreí de lado- —Vaya ostia me haz metido... hijo de puta... -dije mientras limpiaba la sangre de mi mejilla-

-Hierro bajo la mirada de nuevo al suelo- —No voy a arreglar nada pidiéndote perdón porque... sigo siendo un idiota.  Por cierto, tu amiga la Gitana se encargo de vengarte. -movió un poco su cabeza mostrándome un golpe que comenzaba a hacerse morado cerca de su ojo-

—No quiero que me pidas perdón porque tampoco te pediré perdón por lo que te dije... todo era verdad y es necesario enfrentarse a la realidad. 

-El me miró a los ojos, aún tenía lagrimas que no salieron- —Sandoval te lo contó todo eso verdad? por eso me lo dijiste con tanta seguridad...

-Asentí- —El mismo... y también me contó que creíste que seria una gran idea matar a Fatima.
-me puse más seria- —Sabes que podría matarte ahora mismo? -le mostré la daga aun cubierta por la sangre de Sandoval-

—No le di ninguna idea para matar a Fatima te dije que jamas te lastimaría de esa forma... y si me quieres matar hazlo que no tengo nada que perder. 
-hablo en voz baja y aunque yo sabia que sentir culpa era inútil, me sentía culpable de haberle dicho todo eso de su madre... porque parecía que le afecto bastante-

-Tome la daga entre mis manos frías y lo mire a los ojos, acerque mi rostro al suyo, nuestros labios apenas rozaban y pase despacio la daga haciendo un recorrido en su cuello pero sin herirlo, nuestras respiraciones iban mas rápido.
Suspire y lo besé tratando de que fuera un beso suave.
El me tomo de la mejilla con dificultad porque sus manos estaban esposadas, pero profundizo mas el beso y yo solté la daga para besarle mejor. Sentía mi corazón latir muy rápido y mis manos temblaban un poco... parecía que estaba nerviosa.
Nos separamos por falta de aire y por primera vez odie que fuera necesario el oxigeno para vivir y lo mire directo a los ojos sonriendo un poco... el hizo lo mismo y en ese momento a pesar de estar en medio de un motín y tanto ruido... parecía que solo existíamos los dos... antes de volver a besarnos Macarena me interrumpió rompiendo esa burbuja que nos aislaba a Hierro y a mi.