12. Mismo error... calle de la perdición.

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ZULEMA>>

No se cuando me quede dormida... el sonido las aves y autos me despertaron, gire hacia mi lado con una sonrisa  esperando encontrarme con sus ojos pero Hierro no estaba. Joder.
 Supuse que para el solo había sido un polvo... pero supuse mal, porque una nota pegada en la lampara de noche me aviso:
 "fui a comprar el desayuno ❤"
me reí, odiaba esas cosas curis, tan tontas.. pero por primera vez me parecía algo lindo... mierda que me estaba pasando?... borre esa sonrisa. Me envolví en la sabana para buscar mi ropa en el pasillo y debajo de la cama. La puse sobre la cama y me metí a tomar una ducha rápida.
El agua resbalaba por mi piel y mi cabello y los recuerdos de la noche anterior me hacían tener una sonrisa boba a pesar de que sabia que no duraría demasiado, por mi estaba bien.

Salí y me vestí, acomode mi cabello y baje esperando que ya hubiera llegado. y efectivamente. Lo vi frente a la estufa mirando un tutorial para hacer panqueques. Una risita se escapo de mi boca haciendolo voltear a verme.

—Jajaja que haces? 

-al parecer se puso nervioso y por accidente tiro un huevo el harina al suelo- 
—Mierda... -susurro-

-Rode los ojos sin borrar mi sonrisa y me acerque a ayudarle a limpiar- 

—No es necesario que hagas esto... -lo mire a los ojos mientras el barría el harina y yo secaba con un trapo húmedo-

—Porque? -dejo la escoba de lado prestándome atención-

-respire profundo mirando hacia otro sitio- —Esto no durara mucho, Hierro. Soy un asco como novia, como madre, como amiga... las relaciones no son lo mio y sera mejor que se quede asi como esta... un polvo de vez en cuando. 

-Bajo la mirada asintiendo resignado y luego cambio su expresión como si alguien le hubiese hablado- —Pues lo haré mientras dure. -volvió a la estufa y empezó a cocinar-

-Yo me quede parada a su lado sin entender porque era asi conmigo...-

—Anda ve a sentarte, ya casi esta listo el desayuno. -Alzo las cejas y me señalo la mesa-

-suspire y camine hasta la mesa a acomodar los platos y cubiertos.
El puso los panqueques sobre la mesa y me sirvió jugo de naranja en un vaso de cristal.
Sonreí.
Desayunamos entre una larga charla que nos puso al día sobre la vida de cada uno.
El me dijo que ahora trabajaba con Castillo resolviendo casos y yo... Yo tenia planeado hacer un robo maestro con Altagracia... pero obviamente no se lo iba a contar a el, asi que me invente una historia creíble que no involucrara a Alta y los robos. 

—Pues yo vivo con Macarena. es buena roomie. -bebí un trago de jugo-

—Creí que se odiaban... -respondió llevando los platos sucios al fregadero-

—El odio es el mayor de los motores -sonreí y cambie el tema- 

—Por cierto, hoy tengo cosas que hacer puedes llevarme a mi casa? 

—Claro...


HIERRO>>

Conduje hasta las orillas de Madrid en silencio y mirando de vez en cuando a Zulema, quien estaba distraída mirando por la ventana.
 De la nada me pidió que detuviera el auto a media carretera y asi lo hice.

—Ahora porque? no me digas que vas a revisar si no tengo micros...

-Ella sonrió- —No. Aquí me bajo. -abrió la puerta-

—Pero aquí no hay nada... 

-ella bajo y se asomo para responderme- —Es que no pienso llevarte a mi casa... -se alzo de hombros- —Gracias por el desayuno!  - se alejo caminando unos metros y luego se giro a verme, porque aun no me iba- —YA VETE! -grito desde lejos- —QUE ESPERAS?? -alzo sus brazos-

🦂 ZULIERRO 🦂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora