Jugamos algunas partidas de cartas, yo gané algunas y recibí muchas fichas que en realidad no tenían valor, lo único que obtuve al jugar fue la satisfacción de haber convivido con Angel Dust y con Husk, sobre todo con Husk ya que pude abrazarlo en repetidas ocasiones y sentir su suave pelaje de minino entre mis manos.
Los minutos y horas pasaron tan rápido como segundos en un reloj de arena, cuando las almas terminaron de trabajar fue entonces que decidí volver a casa, fue un poco temprano así que pensé en encontrar al ciervo y a los demás y ayudarles con el trabajo de conseguir a los cachorros que les había pedido Charlie, así podríamos pasar un rato ahora como la familia que éramos, después de todo ellos ya habían pasado un rato sin mi.
- Ciervo, volví. - Anuncié mi llegada en cuanto entré a la casa. No recibí contestación. - Vaya, pero que serios. - No se encontraban en la estancia así que los busqué por los demás rincones de la casa, al final de la búsqueda solo me di cuenta de que todos habían salido. - Eso quiere decir que tengo la casa para mi solo. - Eso era bueno hasta el punto en que recordé lo que ocurrió la ultima vez que tuve la casa para mí, gracias a eso ahora hay un integrante más en la familia. - Tal vez yo mismo sea un peligro estando solo en casa. - Concluí para mí en un pensamiento tan lejano que casi podría decirse que fue una mala influencia. Los pensamientos fueron de allá para acá y simplemente en un momento de aburrimiento decidí salir. - Pero, ¿A donde?. - Era la gran incógnita. No sé andar por las tantas calles y encrucijadas del infierno, por no decir que no conozco mucho de los nueve circulos, soy una simple alma de "Pueblo" por así decirse, un alma nueva que no conoce nada de su nuevo entorno. - Si saliera tal vez debería ir con Lucifer...- Él dijo que le gustaba recibir la presencia de Alastor así que la mía no debería ser una molestia. Si tan solo supiera donde vive. - Por qué no sé su dirección...- Y no es como que pueda preguntársela a Charlie. - No puedo llegar con ella y decirle: Oye Charlie, ¿No podrías darme la dirección de tu padre?, es que quiero pasar el rato con él ya que estoy aburrido. - Se escucharía como la cosa más disparatada de todos los circulos. - O tal vez debería ir con Vox. - Aún no es tarde y sería bueno pasar a saludar y a agradecerle por hacer aquel arreglo con el comercial del hotel. - Un postre estaría bien como agradecimiento. - O tal vez debería invitarlo a cenar o algo así considerando que es casi hora de la cena. - Aunque tiene esa pantalla por rostro, ¿Cómo se supone que come si no tiene boca con profundidad?. - Haciendo retrospectiva el día que nos encontramos él llevaba un envase de natilla consigo, eso quiere decir que él se alimenta pero, ¿Por donde?,¿Por donde puede comer una persona que no tiene forma de llevarse alimentos a la boca?. - Ni idea. - No quise divagar. - Aunque no coma deberé asumir que algo hecho con mis manos debería ser suficiente para agradecerle. Tal vez unos panes de arándanos le gusten. - Y así fue como me dirigí a la cocina para para preparar los panecillos. Ya que el ciervo había hecho las compras todos los ingredientes que necesitaba estaban disponibles para ser utilizados. La receta la sabía de memoria, no habían instructivos de todas formas. Fue un procedimiento poco tardado el de incorporar ingredientes, lo único que tardó fue la cocción, mientras tanto fui a reposar al sofá. Entre la espera hubo pensamientos, entre ellos surgió la curiosidad y de esta y además del hecho de que el ciervo no se encontraba en casa terminé decidido a utilizar el aparato que hace unos días la chica llamada Velvet nos había hecho al ciervo y a mi, la cosa llamada tableta o algo así.
Fui por ella al cajón donde estaba guardada y volví al sofá para analizarla, era como sostener una de esas placas de circuitos que solía armar antes, fría y sin ninguna peculiaridad que me llamara la atención respecto su funcionamiento. Charlie tenía una parecida y la manejaba fácilmente ya que vive pegada a estas cosas pero yo no sé que hacer. Recordándolo, ella encendió la vez anterior su aparato presionando un botón debajo, yo quise hacer algo similar hasta que me di cuenta que este modelo que nos habían dado tenía tres botones. - ¿Qué botón debería presionar entonces?. - Una decisión difícil pero si los humanos pueden hacer esto, ¿Por qué debo detenerme yo?. Presioné un botón a la izquierda y no ocurrió nada, no encendió como pretendía. - ¿Y si está dañado?. - Su funcionamiento era un misterio para mi así que no podría afirmar si hay una falla o no. - Veamos el otro botón...- Un botón cercano e igual, de nuevo no ocurrió nada. - El ultimo es el ganador, si eso no funciona lanzaré esta cosa a las vías del tren. - Veamos si nos unimos o no al lado del ciervo. En el lado donde no deseábamos saber nada de los adelantos tecnológicos del futuro.
ESTÁS LEYENDO
El ciervo rojo, el ciervo azul...y yo.
FanfictionUna amorosa pareja de casados viviendo en su nuevo hogar. Ambos overlords del infierno, unidos por un lazo inquebrantable que han forjado a base de misteriosos sucesos y una inusual relación. Han logrado superar obstáculos desde siempre por lo cual...