MOS| Samantha sentía un vacío que no podía ser reemplazado. Perdió su luz... su camino y lo peor... estaba a punto de perder la esperanza.
Sin embargo, nunca tuvo en cuenta que sería el comienzo de una línea desafortunada de eventos...
incluyendo a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
65 votos para próxima actualización
🌙🌙🌙🌙
SAMANTHA NO PODÍA CREER LO QUE ESTABA VIENDO: El Loft de Derek estaba completamente iluminado y brillaba de colores flúor. Los adolescentes bailaban también pintados en el cuerpo, había uno que literalmente estaba bañado de pintura fluorescente con una adrenalina notable, era evidente que debido al efecto del alcohol. La música electrónica acompañaba perfectamente el estado de la fiesta. Era un increíble trabajo de los gemelos, lo que más costaba creer.
Lucía contagiosa la energía por lo que la rubia sonrió de par en par sintiéndose identificada. Ni siquiera escuchó el leve intercambio de palabras que habían hecho sus amigos, ya que ellos estaban igual de fascinados que ella, sobre todo Kira, por ser la primera fiesta a la que asistía.
─Cuando Derek vea esto va a estar taaaan molesto ─predijo Sam sin querer.
Pronto dos cuerpos brillosos se avecinaron a Samantha y no los supo distinguir hasta que estuvieron a una distancia muy corta. Eran Danny, teniendo unos grafitis azules en su torso, y Maia, con unas espirales verdes y un brasier amarillo fluorescente, además de una falda blanca que también destellaba con la luz ultravioleta.
─¡Sam! ─la rubia se congeló cuando la porrista que Scott había pedido coquetear con Stiles la abrazara generando las incomodidad a la situación. Sí, al fin y al cabo le había caído bien, ya que la actitud de Barbie había sido solo una fachada... bueno, media fachada─. Me imagino que ese no es el outfit que elegiste para la fiesta, ¿verdad?
Samantha miró a Danny en forma de auxilio pero el chico llevaba la misma expresión que Maia.
─Tengo ropa abajo ─excusó.
─Espero que sea un hilo, pareces monja.
La rubia rodó los ojos. Tenía un short de jeans blanco y una camiseta negra de Star Wars que le había regalado Stiles hace un par de años. Pero debajo tenía un crop top celeste claro que al levantarse la camiseta de arriba brilló al contacto de la luz.