Learn to forget || [Markjinson/Bnior]

|18| Final

Las luces del recinto, hacían que todo el lugar estuviera iluminado de diferentes colores. Las personas presentes, esperaban pacientemente sentados en sus respectivos lugares, hasta que fuera la hora de que el show comenzara.

Aún faltaban unos 40 minutos, pero cierto castaño no dejaba de dar vueltas alrededor del cuarto en el que se encontraba, pensando en que tal vez se le quebraría la voz en medio de una canción, o peor, que se equivocara en algún paso de la coreografía que habían armado para su canción principal.

—Jinyoung, vas a marearme si sigues así —dijo el pelinegro, que se encontraba sentado en uno de los sofás del rincón, viendo como su compañero no paraba de ir de un lado para otro con total nerviosismo.

El mencionado se detuvo —Jae, ¿Y si no lo hago bien? —susurró.

—Lo harás muy bien Jinnie, hemos ensayado duro para este día, así que cálmate —el pelinegro se levantó, dejando su teléfono en el sofá para poder alcanzar a su 'casi novio'—, y relájate, todo saldrá bien.

El castaño sonrió, y se abrazó al cuerpo de su compañero, sintiendo el olor del perfume que siempre solía usar, una mezcla entre frutas y cardamomo.

—Oye Jinnie.

—¿Sí?

—¿Aceptas ser mi novio?

El castaño sonrió aún con su cara enterrada en el pecho del contrario, y respondió un —Sí.

—Pero Jinyoung, es la milésima vez que te lo pregunto y sigues diciéndome que no, ¿hasta cuando me harás sufrir?

Jaebeom comenzó a divagar entre palabras, mientras hacía un mini berrinche por la respuesta negativa de su pareja, cosa que a Jinyoung le hizo reír, ya que habían sido tantas las veces en que el pelinegro le preguntaba si quería ser su novio, y este le respondía lo mismo en todas aquellas ocasiones, un 'no'.

El castaño decidió disfrutar un poco más de los balbuceos de su compañero, total sería la última vez que lo vería hacer un berrinche por no aceptar su propuesta, aunque ahora fuera todo lo contrario.

—¿Por qué me sigues diciendo que no? Jiiiiiin, eres malo conmigo, yo siem —pero unos labios sabor cereza lo interrumpieron.

Tardó un poco en reaccionar, pero pasó sus brazos por la cintura del más bajo, atrayéndolo mas a su cuerpo, y movió sus labios en sincronía con los del otro. No era el primer beso que se daban, pero este se sentía diferente, Jaebeom lo podía sentir. Jinyoung acunó el rostro del contrario entre sus manos, y profundizó el beso, tratando de que su pareja pudiera sentir todas las emociones que sentía por él en aquel ósculo.

—Eres un idiota Im Jaebeom —susurró el menor—, pero eres mí idiota... —sonrió—. Te acabo de decir que sí quiero ser tu novio.

Al pelinegro pareció tomarle un momento procesar sus palabras, pero, efectivamente, su Jinnie al fin, le había dicho que sí.

Lo arrinconó a la pared más cercana, y lo volvió a besar con efusividad.

—No puedo creer que me hayas tenido como un cachorrito castigado en todas las veces que te lo pregunté —dijo el mayor, para luego dejarle un besito en el cuello—, Y ahora, de la nada me dices que sí —hizo un puchero— eres malo Park Jinyoung.

Ambos rieron, y volvieron a besarse.

Desde que Jinyoung salió del hospital hace ya casi 2 años, pasaban más tiempo juntos, claro que siempre quedaba esa incógnita sobre si algún día ellos podrían intentarlo como pareja, pero Jaebeom no quería apresurar las cosas, él era paciente, y tomaba en cuenta los consejos de la psicóloga. Así que, cuando sintió que ya era el momento, comenzó a cortejarlo como se debía, a veces salían a citas, otras solo se quedaban en el departamento del otro a mirar películas, o simplemente pasar el rato en la compañía del otro.