20 [C.R]

648 36 7
                                    

Invite a Samuel a llegar en mi casa ya que mis padres no están, dudo mucho que alguien de los empleados va decir algo, además me importa una mierda.

Samuel y yo estábamos sentados en la sofá del salón, yo estaba acostada sobre el besándolo, compartíamos unos besos lentos y sensuales.

-Si tus padres entran...

-Van a encontrar su hija haciendo el espectáculo con el camarero – respondí

La mano izquierda de Samuel se encuentra sobre mi espalda, la otra está en mi cuello.

-No deberías bromear con cosas como esas – dijo

-¿De verdad crees que me importa lo que pensaran mis padres si nos encuentran ahora mismo?

-Me gusta que eres tan decidida, no te importa nadie...

-Te equivocas – dije al tratar acomodarme

Mi barbilla queda apoyada sobre mi mano mientras lo miraba curiosamente.

-Me importas tu – termine diciendo

Samuel muestra una sonrisa tímida.

-Deberíamos tener mucho cuidado ahora que Nano está afuera.

-¿Sospecha algo?

-No.

Hemos pasado poco tiempo sin mencionar Nano o algo relacionado a asesinato de Marina.

-Quiero verte mañana por la noche en fiesta de Halloween.

-Rebeka y yo no somos muy buenas amigas, creo que has dado cuenta de eso – dije, levantándome

-¿Por qué te pones así de repente?

Se levanta también, mirándome sospechoso.

-Está colgada por ti.

-Y yo quiero ir para mostrarle mi respeto como amigo y por verte a ti, me encantaría saber que disfrace llevaras. ¿Sera la diabla?

-Uy, ¿eso piensas sobre mi?

-Claro que no, es una broma.

-¿Y tu serás un angelito?

-No pero tampoco puedo decirte, es una sorpresa.

-Ay, Samuel... no me gustan las sorpresas.

-¿Entonces, vendrás mañana?

Samuel me mira con esos ojitos que me enamoran cada vez mas y mas, no puedo rechazarle, no quiero que ella este cerca de él mientras yo quede a casa.

¿Sera que estoy loca de celos?

-Claro pero deberíamos tener mucho cuidado. ¿Nano también vendrá?

-No, ahora que salió de cárcel no puede meterse en ningún lio, sobre todo con Guzmán.

-Joder, que si... tienes razón.

Samuel pasó un rato mas en mi casa, quería irse pero le convencí para que quedara, pasamos la noche juntos. Se fue muy temprano por si acaso alguien regresa, nos despedimos un beso y decidí preparar mi disfraz para la fiesta.

Decidí ir como María Antonieta, creo que así sorprendería a todos, incluso a Samuel.

Cuando ya llego la hora me fui a casa de Rebeka, esa casa trae muchos recuerdos, recuerdo la última vez que estaba allí mientras Marina estaba viva. En cuanto entre me encontré con Rebeka, sirviéndome una copa de vino.

-Bienvenida, marquesita.

Asentí con cabeza, el hecho de que no la encontré muy cerca de Samuel significa que el aun no vino.

Colgando en tus manos |CARMUEL|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora