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En mi cuerpo estaba esa sensación, esa que nos hace salir corriendo de cualquier sitio hacia cualquier lugar...

ALEXIS: -Vámonos de la ciudad...

Dije mirando por la ventana, miraba pasar las luces de los otros coches, los letreros luminosos de la ciudad, y las personas presurosas y cansadas ansiosas por llegar a sus casas. Todo parecía estar en cámara lenta:

ADAM: - Si me dieran una moneda por cada vez que me has dicho eso, tal vez ya podría comprarme un auto nuevo Alexis...

Sonreí, sé que él también, pero ninguno dijo nada. Se estacionó frente a mi casa, bajó las muletas y me acompañó hasta la puerta. Abrí la puerta y nos quedamos un rato en silencio, mirándonos ocasionalmente sin sostener la mirada más de 3 segundos:

ALEXIS: - Gracias, por traerme... creo que deberías irte.

El asintió serio y miro detrás de mí donde estaba mi mamá bajando las escaleras:

PATRICIA: - Hija no los oí llegar... ¿Verán una película? Yo solo bajé por agua...

Se detuvo dramáticamente al vernos tan serios en el umbral, aunque él más que serio estaba triste, ambos nos separamos rápidamente y nos quedamos en silencio:

ADAM: - Hola señora Paty, tengo que irme... Pero fue un gusto verla... Te llamo luego

Dijo mirándome, para después marcharse:

PATRICIA: - Cielos Santo, lo siento no quería interrumpir, no esperaba verlos juntos otra vez, digo, no lo esperaba, digo no sabía que estaban aquí.

Se dio la vuelta sin dejar de disculparse, hasta que entro a la cocina, volteé a ver como se subía a su auto. Me quede pegada a la puerta unos segundos.

Cuando un escandaloso grito de mi madre me pone alerta y me hace cerrar la puerta de golpe:

PATRICIA: - ¡UUUUUUUUUUUUUUUUUUUH! ¡Hijaaa ya era hora!

Dijo acercándome una silla al comedor para sentarme:

ALEXIS: - No sé de qué hablas ma...

Dije sentándome en la cocina para ser interrogada por mi madre:

PATRICIA: - Ya sabía yo que tarde o temprano le darías una oportunidad a ese muchacho... El te quiere muchísimo, créeme. Yo creo que desde se conocen.

Fue corriendo a la sala y hurgó en unos cajones, sacó un sobre arrugado y me lo entregó:

ALEXIS: - ¿Qué es esto?

Pregunté confundida, mientras leía el remitente, había una letra cursiva y medio borrada, una letra que yo conocía perfectamente.

PATRICIA: - Esta es una carta que Adam nunca te pudo dar... ¿Recuerdas cuando te fuiste de intercambio? él vino a despedirse, pero no te alcanzó...

Recordé y reí, ya que esa vez le hice una broma diciéndole que me iría por 4 años, mi madre siguió con su relato:

PATRICIA: - Se quedó a cenar y cuando se fue, me di cuenta que olvidó esta carta... No sentí oportuno dártela, ni devolvérsela a él.

ALEXIS: - ¿Por qué?

Pregunté algo confundida, si a ella le agradaba la idea de que pasará algo entre nosotros:

PATRICIA: - Porque si estaba tan seguro, ¿Por qué no hizo una segunda carta?

Dijo riendo, a lo cual yo imité su acción.

La Excepción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora