ALEXIS: - ¿Que pasa?
Conteste al fin, pero cuando me iba a responder se acercó el joven mesero entregando el menú:
ADAM: - Puede esperar... Comamos.
Dijo tomando el menú, a lo cual yo imite su acción, pues ya tenía bastante hambre.
Comimos y después de unas horas de charlas, unos cuantos cafés más y mucha plática, risa y bromas decidimos que ya era tiempo de ir a casa, mi pierna empezaba a doler:
ADAM: - Es hora señorita...
Dijo poniéndose de pie, dejando el pago de la cuenta y acercándose a la silla de ruedas para guiarme al estacionamiento:
ALEXIS: Conduces como anciana, ¿por qué no dejas que yo vaya al volante está vez?
Dije mientras él subía mi silla de ruedas a la cajuela,se subió de piloto y se abrochó el cinturón de seguridad:
ADAM: - Por que la última vez que me subí contigo manejando casi me daba un paro cardíaco, te crees Vin Diesel al volante.
Rodé los ojos, y mire por la ventana, el día estaba gris y me encantaba, note que la radio empezó a sonar, mientras Adam tarareaba la letra, sonreí ligeramente:
ALEXIS: - Amigo, mis tímpanos se acaban de suicidar...
Dije a lo que le provoque una carcajada al castaño:
ADAM: ¡Y eso que aun no empiezo mujer!
Dijo sin voltear a verme y empezó a cantar más fuerte, aún que no se sabía la canción, solo gritaba palabras al azar:
ALEXIS: - ¿Que es lo que querías decirme?
Pregunte sin tomarle mucha importancia, pues seguro solo se trataba de una tontería.
Él me miró serio y se aparco frente a mí casa, aclaro su garganta y me miró, serio, era raro verlo así.
ALEXIS: - ¿Me dirás qué pasa? Estás asustandome...
Pregunté con la curiosidad aún ausente.
Este asintió, salió del auto y bajo la silla de ruedas, sentí que le estaba dando muchas vueltas al asunto y eso me exasperó, pero intenté relajarme.
Entramos a mi casa y lo invite al sofá:
ALEXIS: - ¿Tiene algo que ver con Marcela?
Adam hizo un gesto que desconocí, ladeó la cabeza de un lado a otro con fastidio y su vista simplemente no reparaba en mi.
ALEXIS: - ¡Escupelo!
Le dije mientras ponía mi mano en su hombro, este agachó la vista hasta el suelo y se quedó en silencio, al notar el ambiente pesado cambie el tema:
ALEXIS: - Hoy saldré con Bruno...
Dije con una media sonrisa.
Esta vez los ojos de mi mejor amigo se clavaron en mí:ALEXIS: - ¿Que pasa?
Cuestione ante su silencio:
ADAM: - Nada... Felicidades.
Dijo al fin, con una sonrisa chueca y casi como un gesto.
ALEXIS: - A mí no me engañas, a ti te pasa algo, he notado que toda la mañana te estuviste portando todo raro...
Dije pero el me interrumpió:
ADAM: - Me gustas...
Dijo mientras esquivaba mi mirada:
ALEXIS: - Espera ¿Qué?
Pregunté estupefacta ante lo que decía, pues jamás lo había visto así:
ADAM: - Me gustas Alexis y mucho.
Dijo esta vez mirándome directamente a los ojos, sentí como mi rostro empezó a enrojecerse:
ALEXIS: - No digas tonterías Adam...
Dije rodando mi silla hasta el otro extremo de la sala, un tanto enojada por su estúpida broma:
ADAM: - Alexis escúchame... Sé que crees que estoy jugando, pero te lo digo de la manera más serie que puedo.
Rodé los ojos y esquivé la mirada:
ALEXIS: - Claro... ¿Ya terminaste el chiste?
Dije ligeramente más molesta:
ADAM: - ¡YO NO ELEGÍ SENTIR ESTO ALEXIS!
Grito frustrado poniéndose de pie, empezando a dar vueltas por la sala:
ALEXIS: - Por favor...
Mustie molesta cruzada de brazos:
ADAM: - Yo jamás, enserio créeme cuando te digo esto... Jamás haría absolutamente nada para dañarte...
Dijo acercándose a mí, pero yo me aleje se arrodilló a mi lado sujetando la silla para que no me moviera:
ALEXIS: - Eres mi mejor amigo, confíe en ti, te fuiste con Marcela cuando más te necesitaba, ella te utilizó y ¿ahora regresas como si nada, fingiendo sentimientos baratos? ¿Que demonios fumaste?
Dije colocando mi mano en su frente, él la sujeto con ambas manos y me habló mirándome a los ojos:
ADAM: - No me había dado cuenta lo importante que eres para mí, por qué un día sin escucharte reír, o verte hacer bromas estúpidas, es un día que no tiene sentido, desperdiciado.
Dijo, yo me solté de golpe de sus manos y retrocedi un par de metros:
ALEXIS: - Creo que estás intoxicado o algo te pico... Hay que conseguir algo de epinefrina y estarás como nuevo.
Dije levantando las cejas y sonriendo, pero él solo parecía frustrarse más:
ADAM: - Entiendo perfectamente que creas que soy un imbécil...
Dijo poniendo ambas manos en su rostro:
ADAM: - Deje de hablarte para estar con Marcela, pero ahora estoy seguro de lo que siento.
Dijo mirándome a los ojos:
ALEXIS: - Está bien que sientas eso, yo no te lo voy a impedir, por qué no me puedo involucrar en lo que sienten los demás, pero solo te puedo decir una cosa,yo no siento lo mismo, te quiero y mucho, lo sabes, pero no así.
Él asintió lentamente, yo gire la silla de ruedas después de unos segundos escuché un suspiro sonoro de su parte seguido de un par de pasos y el portazo de la puerta detrás de mí.
Respire hondo y sostuve el aire, para después de unos segundos soltarlo reteniendo el llanto, pero no pude más y llore.
Sentía mi corazón partido al escuchar la confesión de mi mejor amigo.
...
Desde que Adam se alejó todo ha sido distinto, extraño pasar el día con él.
Cuando me aburro y tengo ganas de hablarle, mandarle videos graciosos o alguna tontería, recuerdo que lo nuestro ha cambiado y no tengo valor de hablarle.
Literalmente hablábamos todo el día, incluso toda la noche, ya sean llamadas, textos o ambos, si es que no nos veíamos.
Así se fue el resto de mis dias incapacitada, en escuchar musica triste, recordar, llorar, y pensar.
Pensar muy bien lo que ibea a pasar.
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La Excepción.
Ficção AdolescenteAlexis es una chica con problemas de ansiedad debido a sus obligaciones y responsabilidades, esta algo obsesionada con el control y la perfección, sin embargo un suceso inesperado volcará su mundo en un parpadeo.