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—Así que le hizo creer a mi padre que la exportación del ganado producía la mitad de lo que en realidad se producía, —habló Minho con total seguridad frente al ladrón, un alfa ruin y mentiroso, Minho sabía que le robaban a su padre en cuanto miró los libros contables, no es experto en el área, pero estudió suficiente como para saber que algo estaba mal, después de hablar con todos los proveedores y exportadores que tiene convenio con su territorio descubrió quien le estaba robando.

—Mi señor, le prometo que le devolveré cada won, —trato de excusarse el alfa.

Chan suspiró junto a Minho, —tal vez si le das un plazo para pagar te libres de algunos problemas, no debes ganarte enemigos tan pronto, Minho.

El alfa pelinegro miró a su amigo de acuerdo con este, lo que menos necesita es ganarse enemigos.

—Bien, tienes dos semanas para saldar la deuda, no más.

Chan y Minho salieron de la oficina del ladrón y comenzaron a caminar por el pueblo.

—¿Qué tal si vas a visitar a ese omega de la fiesta? Ya pasaron varios días desde que lo conociste, —le ofreció Chan, pero Minho no tuvo reacción, sabía que el omega no estaba cómodo a su lado, no quería molestarlo más, pronto regresaría a sus tierras, entre menos tratara con el omega mejor.

—No quiero ser imprudente, creo que no le agrado para nada.

—Entonces, ¿Qué tal unos tragos? Aquí a la vuelta hay un casino muy famoso.

—Bien, vayamos por esos tragos.

El casino no era extravagante como Minho lo esperaba, es más un lugar discreto y agradable, el aroma a alfas y omegas se sentía apenas entras, pero no era molesto.

Se sentaron frente a una pasarela donde lindos y lindas omegas bailaban con sensualidad.

—¿Qué puedo ofrecerles a mis amos? —habló una coqueta beta de piernas largas.

—Solo whisky por favor, —pidió Minho, Chan asintió indicando que para él también.

A sus espaldas una mesa de apuestas elevaba el ambiente, se notaba que los apostadores estaban en su apogeo creyendo que la victoria estaba cerca.

—Vamos, Jinyoung, todo o nada, —ofreció un alfa de piel blanca, fuerte y pelinegro.

—No ha nacido un cobarde bajo el apellido Han, —presumió Jinyoung apostando todo lo que le quedaba con orgullo. Su felicidad se fue cuando lo perdió todo frente al otro alfa, —una ronda más, —pidió cegado por el deseo de seguir apostando.

—Estas acabado Han, —le dijo el alfa, —no te denigres más, que diría el coronel si te viera.

La rabia recorrió completo a Jinyoung al escuchar que nombraban a su padre.

—Solo una más, —pidió seguro, —con un préstamo, vamos, soy un Han, —presumió de nuevo, —si no te pago puedes ir directamente con mi padre.

El alfa concedió el préstamo y el juego empezó de nuevo.

—Escuchaste eso, —dijo Chan, —el alfa de por haya debe ser el hermano mayor del omega que tanto te gustó.

Minho miró con desagrado la mesa de apuestas, su alfa despreciaba que un apostador sin límites fuera familia del hombre al que deseaba como su omega, un apostador sin límites es peligroso.

—Solo espero que no le de problemas a su familia, Jisung comentó que su padre no está bien de salud.

Chan sonrió feliz, —¿Te gusta mucho ese omega?

❥ El Mejor Error.¹°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora