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Narra Byulyi

Que odiosa es.

Ella. Ella se atrevió a dejarme con la palabra en la boca, dio media vuelta y se fue.

Prácticamente le rogué, le suplique, sólo faltó arrodillarme para haber hecho el peor ridículo de mi vida. Debería estar preparando una cita en vez de estar irritada dando vueltas en mi habitación.

Caigo desplomada en la comodidad de mi cama, solo le conocí hace dos días, en dos días y no sale de mi mente. Tengo ganas de verle a cada rato, pero al parecer ella no quiere.

-Byul, hija-. Llama mi mamá irrumpiendo en mi habitación, cosa que me sorprende ya que desde que nos mudamos ella nunca ha venido aquí. Es decir a mi habitación.

-¿Necesitas algo mamá?-. Cuestiono sentándome en la cama.

-Si, necesito saber si ya comiste hija-. Responde sonriéndome.

-No, aun no y tampoco tengo mucha hambre-. Digo la verdad, no tengo apetito.

-¿Qué te parece si te duchas y comemos algo?-. Pregunta normal ella.

Haneul se está comportando extraña. Su actitud me confunde, que este en mi habitación me confunde, que me hayan rechazo me confunde.

-Claro me ducho y bajo-. Aseguro incómoda.

Me alejo de ella y voy a la ducha, donde estuve unos 30 minutos o más, sólo sintiendo el agua caer, no había tenido estos problemas desde hace mucho. No he tenido problemas con ningún chico o chica, ni siquiera mi mamá había venido a mi habitación.

Me pongo la pijama y bajo sin prisa. Me encuentro a mi madre esperando en el comedor, creí que ya no le encontraría.

-Tardaste mucho-. Dice ella haciendo señas a las empleadas que sirvan.

-Lo siento no me fije en el tiempo-. Me disculpo ocupando un asiento en la otra esquina, mientras las empleadas colocan los platos.

La cena continua en un silencio profundo, mamá se aclara la garganta de vez en cuando. Acaso quiere decir algo, pero no encuentra como.

-Byul-. Se anima justo cuando estoy a punto de terminar -Byulyi-. Alza la voz, en verdad quiere que le preste atención -Ayer te dije que me esperaras para cenar, hay algo que quiero hablar contigo-. Suspira prolongado -Hija-. Hago a un lado el plato, sin ninguna precaución, el sonido molesto la detiene.

-No tenía ganas de esperarte toda la noche ayer y tampoco estoy para charlas, mamá-. Me excuso -Hoy no he tenido un buen día-.

-¿Está todo bien en el preparatoria?-. Se apresura a preguntar -¿Paso algo? ¿Quieres contarme?-

-No, está todo bien, solo estoy cansada-. Explico sin ser grosera. No tengo un buen ánimo para decirle que estoy decaída porque una chica me bateo.

-Byulyi en verdad es importante qué hablemos-. Vuelve a decir.

Ella está siendo insistente.

-¡¿De que?!-. Vocifero -Sé que no pasado mucho tiempo, pero he estado siguiendo las reglas, no he traído a nadie y tampoco te ha llamado el director en estos días-. Me escudo, acaso hoy es el día de golpeen a Byulyi en su autoestima.

-Sabes perfectamente que no es de eso que quiero hablarte, he intentado encontrar a Seulgi-.

-No tengo ganas de hablar de aquello, además tengo mucha tarea, ya es tarde.-. Interrumpo de inmediato al escuchar ese nombre -Debiste haber intentado cuando lo necesitaba, cuando estabas tan metida en esos quirófanos. Recuerdas mamá que eran más importante que una llamada mía. Aun no sé qué haces aquí, yo solía esperarte hasta muy tarde y nunca llegabas. ¡De hecho había días en los que ni te veía!-. En mi última frase elevo la voz, poniéndome de pie.

Dime que si (MoonSun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora