VIII↛

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Dicho y hecho, jungkook se alejo unos días de jimin, pues estaba totalmente destrozado por los sentimientos qué llevaba reservando para él desde qué comenzó a tener más contacto con el rubio, sus inseguridades crecían cada vez más y no quería saber nada de nadie por ahora, no entendía porqué el menor dudaba de sus sentimientos cuándo el pensó qué todo esté tiempo había sido lo contrario.

Miraba su comida que había sido servida desde hace 10 minutos por una de las mucamas qué tenía su padre en su hogar, pero no tenía ganas de comer y solamente quería encerrarse y estar sólo.

— Príncipe jeon, tiene que comer algo. — Dijo una de las mucamas, jungkook negó.

— No tengo hambre.

— Pero tiene que comer algo, para que esté fuerte y sa...

— No soy un niño de 8 años para qué me estés diciendo lo qué debo hacer o no, guarda esto, lo comeré más tarde. — Y sin más se levanto y fue hasta la habitación qué le había proporcionado su padre por el tiempo qué el determinará, entró a la habitación y cerró la puerta de un portazo, la mucama se sobresaltó por el golpe pero no insistió más o dijo algo al respecto.

Una llamada en su teléfono apareció y contesto si ni siquiera ver el número o de quién se trataba, tampoco es cómo que le importará.

— ¿Qué?

— A mi no me hables así, jungkook. — Dijo su padre desde la otra línea. — Me respetas. — Jungkook rodó los ojos.

— Perdón. ¿Qué necesitas? Estoy muy ocupado.

— ¿Haciendo que? Vine a la aldea a ver cómo estaba todo ya qué no te has dignado a aparecer acá por tu mentalidad de un niño pude ver a jimin está empeorando Jeon, cada vez pierde más sangre por lo de su nariz, tienes que venir. — Jungkook frunció su ceño ¿Ir? Eso significaba volver a ver a jimin.

— ¿Dónde estás?

— En la aldea te estoy diciendo, jimin no pudo volver a su casa por su condición le recomendaron mantenerse aquí.

— Bien, voy para allá. — Cortó la llamada y fue al armario para cambiar su ropa por una más formal, por un lado no  quería ir pero sabía que jimin lo necesitaba apesar de saberlo su orgullo hizo qué se alejara pero debía regresar y estar a su lado. Cuándo ya estuvo listo, bajo las escaleras y tomó todo lo necesario. — Regresaré a la aldea . — aviso a una de las mucamas. — Cualquier cosa llamas a mi padre. — Está asintió y jungkook salió de la casa de su progenitor, tenía que llegar lo más rápido que pudiera.

Estaba fuera de su aldea quería entrar pero los nervios no lo dejaban y su parte interna gritaba por irse, borró esos pensamientos y limpió sus manos sudada para así entrar  y que inmediatamente viera a su padre.

— Está en el segundo piso la misma habitación qué le diste cuándo llegó aquí. — Jungkook asintió y fue hasta la habitación de jimin, dudo un poco en entrar pero lo hizo.

Jimin estaba acostado en su cama y con su rosotro pálido, tenía pequeña manchas de sangre cerca de su boca y nariz ya que había vuelto a sangrar recientemente, miró hacia su lado ya que había escuchado la puerta y abrió sus ojos cómo plato y trató de sentarse en su cama pero un fuerte dolor azotó su cabeza, jungkook fue lo más rápido que pudo a detenerlo.

— No hagas esfuerzo jimin, es peor. — Esté un tanto ido, lo miró y frunció su ceño.

— ¿Qué haces aquí? ¿No qué no querías estar aquí? — Jungkook lamió sus labios.

— Papá me llamo y me dijo que cada vez empeoras más.

— Estoy bien, te puedes ir. — Jungkook negó y suspiró.

— Claro que no lo estás, me quedaré. — Jimin tenía su rostro sin expresión y solo se recostó nuevamente. — ¿Te duele algo?

— Nada. — Jungkook lo miró. — La cabeza.

— ¿Dónde están tus pastillas? — Jimin apuntó hacia el pequeño cajón y jungkook fue hasta el lugar señalado de la habitación, efectivamente estaban sus pastillas y tomó una para dársela junto a un vaso de agua.

— Gracias. — Musitó sin ganas, tomó la pastilla y trago está, para luego darle un sorbo a su vaso. — No era necesario que vinieras, con el cuidado de tu papá es suficiente. — Jungkook no dijo nada y espero a que jimin le pasara el vaso para dejarlo en su lugar.

—¿De verdad quieres qué me vaya? — Jimin lo miró, claro que no quería qué se fuera, lo que más quería era quedarse con él y que él fuera el que lo cuidará, el que se preocupara de que estuviera bien, el que estuviera pendiente si tenía hambre, si le faltaba algo.

— No. — Musitó en voz baja, pero audible para los oídos del castaño.

— Entonces no digas qué quieres que me vaya si no es así, me haces sentir mal. — Jimin río por primera vez en el día.

— Eres un idiota. — Jungkook río y se agacho quedando a la altura de jimin, esté miró sus ojos y sintió unas enormes ganas de besarlo pero se contuvo, jungkook suspiró y acarició su mejilla. — Jeon nosotros...

— Si, lo siento. — Jimin negó con su cabeza restandole importancia. — Yo...Quería pedirte perdón por todo jimin, quiero qué sepas que si te quiero y siempre te lo he dicho desde lo más profundo de mi corazón incluso cuándo éramos pequeños siempre fui honesto y no lo digo por el anillo creo que es lo qué menos me importa en estos momentos, si no que estar a tu lado y estar juntos jimin, quiero qué me disculpes por todo. — Jimin lo miró.

— Tú debes perdonarme a mi, todo esto es mi culpa, fue por mis inseguridades que nosotros peleamos tenía miedo de entregarme en alma y cuerpo a ti simplemente por un objeto yo pensé qué me estabas utilizando entonces me ahogue con mis pensamientos sin compartirlos con nadie, yo también te quiero desde pequeños siempre lo hice  y no quiero qué te vayas de mi lado, no otra vez. — Jungkook seguía mirando sus ojos cómo lo más hermoso que había visto.

— Nada de esto es tú culpa. — Está vez jungkook acarició su mejilla y jimin no se quejó. — ¿Quieres estar a mi lado?

— Hasta el último de mis días, kookie. — Jungkook se acercó poco a poco a los labios de jimin y esté cerró los ojos esperando el beso, jungkook sonrió y besó los labios del rubio.

Transmitiéndole cuánto lo quería y qué sus sentimientos eran los más reales qué podía darle, jimin introdujo su lengua en la boca del castaño y esté entrelazo la suya con la del rubio. Se separaron cuándo sus respiraciones comenzaban a acelerarse, sus ojos se conectaron, ambos sonrieron y jungkook sacó de su dedo el anillo.

Jimin le mostró su mano y jungkook colocó esté en el dedo del rubio, sintiéndose feliz de tenerlo de vuelta y sintiéndose completo nuevamente.

— Te quiero jimin. — Musitó, jimin lo miró y sonrió.

— Y yo a ti jungkook. — Ambos volvieron a juntar sus bocas en otro dulce beso.

— ¿Quieres comer algo? — Jimin asintió. — Para eso estoy yo. — Jungkook le guiño un ojo y jimin río, el señor Jeon oía todo detrás de la puerta y escuchando como su hijo definitivamente había encontrado a la persona correcta.

Jimin miraba aquel anillo en su dedo con los ojos cristalizados, la situación estaba difícil en estos momentos debía volver a mejorar, quería a jungkook a su lado pero le costó admitirlo por el miedo a ser lastimado, aquel objeto qué ahora sería lo qué llevaría el resto de su vida, se comenzaba a acomodar a su dedo de aquel anillo había comenzado a brillar en señal de qué estaba dónde pertenecía.

Miró a jungkook qué se encontraba guardando las medicinas qué tenía desordenadas jimin a un lado y lo supo, jungkook siempre fue su pasado, presente y el futuro, dónde sea qué fuera sus caminos siempre estarían entrelazados.


"El amor no tiene qué ser perfecto, solo tiene qué ser sincero"

✨✨✨

╰♡❜ My Other Half // Kookmin //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora