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Jimin veía cómo su madre vomitaba lo que había comido recientemente, la mujer botaba pequeñas lágrimas por el ardor que sentía en su garganta. La mujer limpió su boca y tiró de la cadena, jimin solo la veía cómo cada vez se enfermaba más y qué apesar de que ella dijera que estaba bien se veía todo lo contrario.

- Ayúdame a pararme, tengo que ir a trabajar.- Jimin frunció su ceño y negó.

- ¿No te das cuenta cómo estás? Vomitas apenas tragas algo, cada vez estás más enferma, no. No irás a trabajar más, hasta que te mejores. - Jimin le ofreció su mano para ayudarla a pararse, a lo que la mujer enojada la tomó y se paró. Jimin mordió su labio pensando en si decir lo que se le acababa de ocurrir o no. - Yo iré a trabajar por ti. - La mujer lo miró con sus cejas alzadas.

- ¿Crees poder hacerlo? - Jimin asintió no muy convencido. - ¿Seguro? - Jimin rodó los ojos y volvió a asentir. - Bien, llamaré a la familia min y le diré que mañana tú irás a trabajar con él, te daré la dirección.

Jimin sintió su corazón acelerarse, ir a una casa totalmente desconocida y trabajar para alguien que quizás era demasiado serio y muy mandón, no le agradaba del todo. Pero él estaba dispuesto a hacer eso y mucho más por su madre, está se encargaba de limpiar la casa y preocuparse de que todo estuviera en orden.

No es cómo que él fuera inútil y no supiera hacer esas cosas, pero no era lo mismo hacerlo para el mismo que hacerlo a un persona desconocida. El rubio ayudó a su madre a guardar los platos y cubiertos que habían usado para el almuerzo, jimin se encargó de todo y le pidió a su madre que fuera a descansar, está acató a sus órdenes y fue a hacer lo que su hijo le había pedido, estaba por subir las escalera cuándo se detuvo en seco.

- Llamare al señor min para avisarle que por estos días irás como mi reemplazó.

- Estos días no mujer, hasta que te mejores, si es necesario trabajaré toda la vida con tal de que estés mejor. - La mujer rodó los ojos y subió las escaleras para tomar su teléfono y avisarle a su jefe.

Cuándo finalizó la llamada, llamó a su hijo.

- ¡Jimin! - Gritó la mujer, el susodicho subió las escaleras preocupado.

- ¿Qué sucede? ¿Te duele algo? ¡Mamá no te mueras! - La mujer frunció su ceño y le dio un leve golpe en la nuca. - ¡Auch! ¿Qué pasó?

- Llame a mi jefe y me dijo que tienes que estar a las 8 de la mañana en su casa o bueno, la aldea para que allá te den el uniforme. - Jimin asintió y abrazó a su madre.

- Te mejorarás pronto mamá, tú no te preocupes, que tu hijo favorito se esforzará. - La mujer sonrió y besó la mejilla de su hijo. - Duerme un poco, iré a comprar algo para la cena. - La mujer suspiró y se acomodó para dormir una siesta, ella confiaba en qué su hijo lo haría bien y no la decepciónaria, jimin era de esas personas que cuándo se proponía algo lo hacía hasta lograrlo.

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- Mierda... - Jungkook maldijo al ver que el anillo no aceptaba a la mujer, está hizo una mueca. Hace varios días que había estado probando que el anillo aceptará a alguien, pero éste rechazaba a todas sin brillar dando a entender qué no era la persona.

Había rechazado tanto hombres cómo mujeres, algunas le decían que no tomará en cuenta al anillo y que solo se quedara con ellas o él, pero el castaño se negaba y solo los corría de la aldea.

╰♡❜ My Other Half // Kookmin //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora