—El gusto es mío, cariño —sonrió recibiendo un codazo en el estómago de parte de Jisung.
A pesar de que le dolía madres, se estaba riendo. Le encantaba molestar al menor, y se lo merecía por "coquetear" con dos a la vez. Minho y Jisung se despidieron de sus amigos y se dirigieron a la casa del mayor para seguir estudiando.
—Te lo mereces —bufó.
—Ya —se rio— Valió la pena.
Han estaba a punto de golpearlo otra vez, pero este se percató de la intención del menor y salió corriendo. Cuando llegaron, entraron y fueron directo a la habitación de Minho, no había tiempo que perder.
—Fuera buzo —dijo Han con una sonrísa mientras se sentaba en la silla.
Minho se rió y se quitó la sudadera, luego sacó su cartuchera y su cuaderno para hacer el resumen de la segunda página.
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—Página aprendida —cerró el libro— Te toca a ti sacarte una prenda.
—De acuerdo —sonrió y se quitó las zapatillas y las medias.
Minho bufó, quería algo más picante, pero luego sería hora de molestar a Jisung haciendo lo mismo que él, puesto que este también quería que las cosas se salieran de control.
—¿Puedo agregar algo al trato? —Lee asintió no tan confiado, Han era de mente sucia— Si apruebas me debes una noche contigo
—Ya veremos —sonrió— Acepto. Pero ten en cuenta que soy muy malo en Historia, no creo que obtengas lo que quieres.
—Nada es imposible, cariño, y menos si yo me lo propongo —le sonrió.
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Dos días más habían pasado y Minho se encontraba terminando de aprender la quinta página. Los dos días anteriores no habían sido gran cosa, Minho se quitó las zapatillas y en el otro Jisung la sudadera.
—Te toca, ¿Qué prenda se irá al suelo hoy?
Minho sonrió de lado y se quitó la camiseta, tirándola al suelo junto a su sudadera. La mirada de Jisung se quedó clavada en el cuerpo de Minho, la noche que se conocieron no tuvo tiempo de admirarlo.
—Bien, es todo por hoy, nos vemos mañana, supongo.
—¿No hay manera de adelantar la apuesta para hoy? —suplicó Jiusng con gracia. Minho rió y negó— Mierda, como te gusta dejarme con las ganas.
Jisung se puso las zapatillas y su sudadera, tomó sus cosas y luego salió de la casa del mayor. Minho, por su parte, no se molestó en cambiarse, sólo se tiró en la cama a mirar el móvil. En eso le entra una videollamada de Chan, la cuál atendió, ya que la última vez que rechazó una videollamada de su amigo terminó siendo ignorado por este mismo durante una semana entera.
—¡Minho!
—¡Chan! ¿Qué sucede?
—Estoy en el parque con Félix, ¿Quieres venir? Iremos a comer hamburguesas.
—Eso no se pregunta.
Al momento de levantarse su amigo preguntó algo que era obvio.
—¿Qué haces sin camiseta?
—¿Ah? Jisung me estaba ayudando a estudiar, ya sabes, tenemos un trato.
—Ahh, aigoo~ forman linda pareja —sonrió pícaro— Y el beso del otro día no pasa de largo —Minho soltó una carcajada.
—Nos vemos en unos minutos, deja me cambio —cortó y fue hacia su armario.
