En esta ocasión, le tocaba a Jisung, quién cuando Minho aún no había terminado de estudiar se quitó la camiseta. La mirada del mayor se posó descaradamente sobre el torso del peli azul, nadie podía negar que Jisung tenía un cuerpo envidiable y deseable.
—Mis ojos están aquí arriba —Minho por fin lo miró.
—Sí pero... no tenía intenciones de mirar tus ojos —sonrió para luego volver a lo suyo.
Han rio. Cuando un silencio se formó, este acercó su cuerpo al de Lee, sintiendo su calor corporal, ya que tampoco llevaba camiseta. No se contuvo. Tomó la mandíbula contraria y posó sus labios sobre los de Minho, ambas bocas danzaban, siempre que el menor hacía eso el castaño se sentía en el cielo.
—Si sigues distrayéndome vas a tener que olvidarte del trato —murmuró el mayor, separándose.
—Entonces sigue, de verdad quiero el premio —ambos sonrieron.
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Día del examen.
Minho se encontraba más que nervioso, su graduación dependía de ese examen, estaba en el último mes de clases y en su último año de Universidad. Jisung lo había acompañado hasta el salón, puesto que a este le valían madre los exámenes y aún le faltaba un año para graduarse. Antes de entrar Han depósito un beso en su mejilla, dándole fuerzas. Este sonrió y luego entró al salón, del cuál la puerta fue cerrada a sus espaldas.
Jisung estaba seguro de que aprobaría, no había pasado más de una semana estudiando junto a él para que este reprobara. Minho siempre contestaba correctamente lo que le preguntaba, por eso, no tenía dudas de que iba a aprobar. Pero, por otra parte, no estaba seguro, puesto que Lee suele ponerse muy nervioso y más con la presión de reprobar y no poder graduarse por eso.
Se podría decir que Jisung tenía una pequeña esperanza de que aprobara.
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Las miradas de algunos alumnos se paseaban curiosas por la silueta de Jisung. Aún no se apartaba de la puerta en la que Minho había desaparecido hace 1 hora. Detuvo su caminar de un lado al otro cuando la puerta se abrió, dejando ver a la persona que estaba esperando con más nervios que él en su primera vez.
—¿Cómo te fue?
—No lo sé —tragó saliva— Espero que bien.
Ambos se dirigieron al patio de la Institución, a decir verdad, Jisung venía de colado, pero nadie le dijo nada al respecto.
Minho le comentaba cosas de su graduación, a lo cuál pudo notar que lo hacía feliz el pensar en eso, era un gran paso el que estaba por dar, y al parecer no tenía miedo de hacerlo. Sin embargo, a Jisung aún le faltaba un año, pero por todo lo que le estaba contando su amigo con derechos, anhelaba con que llegara ese momento. Ya no tendría que ver las expresiones aburridas e irritadas de sus compañeros todas las mañanas, ya no tendría que preocuparse por estudiar algo o por no obtener una buena nota.
Luego tendría que trabajar, eso si, pero la idea no le desagradaba y menos si podía pasar más tiempo con Minho.
