Capítulo 17

9.2K 1.2K 454
                                    

Para el fin de clases que todos los estudiantes se enteraron del incidente del USJ, donde un maestro y un estudiante salieron heridos, por suerte para ____ se encuentra con Uraraka preguntándole por el paradero de su mejor amigo.

—Deku-kun está en el hospital.—le dijo.—Se lastimó mucho.—

Eso despertó la preocupación del azabache, su amigo apenas está aprendiendo a controlar el OFA causando que resulte herido seguido algo que no le parece muy tranquilizador, más cuando recuerda cómo se puede poner la señora Midoriya.

—Gracias por la información, Uraraka-san.—agradece con una leve sonrisa.—¿Nadie más está mal herido?—pregunta porque escuchó que llegaron muchos villanos al USJ.

—No.—niega.—Los demás estamos ilesos.—

Después de la pequeña charla decidió ir al hospital para darle una rápida visita a su amigo para verificar que todo este bien antes de ir al hospital psiquiátrico donde visitará a la mujer que ve como madre.

Tiene tiempo, solo necesita administrarlo un poco, nada difícil.

Choca con un rubio que se ha metido en su camino, sin querer perder mucho tiempo porque el tiempo ahora lo tiene contado.

—¡Perdón!—lo iba a esquivar para irse pero lo detuvo tomándolo de su hombro.—¿Sucede algo, Bakugo?—de verdad no tiene mucho tiempo para una conversación ahora.—Estoy algo apurado.—

—¿Adónde planeas ir, pelo quemado?—pregunta sin tardar mucho el más alto.

—Al hospital para saber cómo está Izuku-kun.—responde.—Ahora estoy corto de tiempo, te veo después, adiós.—se despidió saliendo de la academia a paso rápido sin mirar atrás.

[***]

Llegó al hospital indicado golpeándose fuerte con una puerta, no dejara que eso lo detenga para ir como hermano preocupado a hasta la recepción preguntando por su mejor amigo.

Por suerte le permiten entrar para verlo, pidiéndole que no haga mucho ruido por las políticas del hospital, obviamente accedió llegando hasta la habitación viendo que tiene otra vez el brazo roto, maldijo en voz baja nuevamente a Yagi por no darle más indicaciones para ayudarlo con esa parte del poder.

No sería una mala idea tener un libro de instrucciones para el OFA, evitaría muchos brazos, dedos y piernas rotas.

—¡Izuku-kun!, ¡¿Estás bien?!, ¡Idiota, ya deja de romperte los brazos cada que te pierdo de vista!—le golpea en la cabeza con cariño sin quererlo lastimar más de lo que ya está.

—Pero que ruidoso.—se asustó al escuchar una voz ronca, la cortina de al lado se movió dejando ver al maestro de la clase A, Aizawa Shota.

—Discúlpeme de verdad, Aizawa-san.—se disculpa apenado al ver todas las vendas que cubren al hombre que apenas puede hablar bien.

Lo que menos quiere causar ahora son molestias para el hombre de cabello negro.

—¿Cómo te enteraste que estaba aquí?—preguntó el de cabellos verdes.

—Uraraka, es mi fuente de información más útil.—dice con orgullo.—Pero es bueno saber que estás bien, ¿acaso ustedes atraen problemas?—bromea.

—Y eso que es solo es segundo día.—murmura bajando su cabeza el pecoso.

Sorprendentemente sí, están en una verdadera academia para héroes donde todo lo imposible se ha vuelto posible.

[***]

Los rayos de sol siguen siendo visibles, el de ojos azulados grisáceos va ahora de camino al hospital de la dirección que le ha dado Fuyumi en la última carta que le envió, comprando unas flores en el camino para no llegar con las manos vacías con los nervios haciendo sus dedos temblar.

Pregunta si puede ser recibido esperando unos minutos por la confirmación y va hasta la habitación donde está la mujer albina, lleva años sin verla, ¿lo reconocerá?, tiene sus dudas.

Suelta un suspiro y lentamente toca la puerta escuchando un suave "pase" de aquella voz tan tranquila, abrió la puerta asomando la cabeza con timidez.

La mujer permanece sentada en la cama y gira a verlo, quedando unos segundos callada hasta que parece reconocerlo debido a que sus ojos se abrieron un poco sorprendida por su visitante.

—¿Rei-san?—dijo entrando por completo acercándose hasta quedar arrodillado frente a ella dejando las flores en un escritorio donde está una mesita con una flor azul metida en un envase de cristal.

Sigue siendo la misma mujer sólo que con unas pocas arrugas por debajo de los ojos por la edad, eso no le quita nada de su bella para ser sincero.

—____.—acarició su mejilla con cariño, sonriendo a los pocos segundos.—Haz crecido tanto que apenas te reconozco, eres todo un muchacho bien parecido.—

Sus ojos se llenan de lágrimas mientras el rosa subía a sus mejillas terminando por abrazar a la mujer que por mucho tiempo reconoce como una figura materna, la de ojos grises claros acaricia su cabello.

—Lo siento por no venir antes, es que yo no sabía nada pero le prometo que vendré cada que pueda, Rei-san.—solloza como un niño pequeño.

—Ya está bien, mi niño.—susurra con amor.

No sabe porque lloraba, tal vez porque la ve como su propia madre de otra sangre, tal vez porque siempre que se lastimaba estando ella cerca le curaba cantando una suave canción que lo hacía sentirse mejor.

Ella literalmente se tomaba el tiempo de cuidar de él.

¿Por qué alguien tan buena como Rei terminó en aquel hospital psiquiátrico?

—La extrañé tanto...—

[***]

—¡Katsuki, mocoso del demonio!, ¡Baja de una puta vez a comer, mocoso!—grita la mujer desde la planta baja fúrica de que todos su llamados hayan sido ignorados.

—Calma, cariño.—le habla su esposo unos pasos alejado de ella.

Agradeciéndole a Dios que no comparte quirk con su hijo, porque sino ya habrían explotado todo hace mucho.

—¡Ya voy, maldita sea!—se quejó bajando las escaleras.

—¡Pero si te llevo llamando una media hora, mocoso sordo!—le golpea en la cabeza.

—¡No me toques vieja que me estaba pajeando!—

La mujer rubia junto al hombre castaño quedan de piedra al escuchar esas palabras de su hijo que a los segundos parece reaccionar a sus propias palabras.

—¡Ya tengo hambre!—exclama rápidamente ignorando lo dijo.

—¡Lávate las manos, cochino!—dijo.—¡Para la próxima avisa si te la estás jalando pensando en el muchacho!—

—¡Cierra la boca!—dijo lleno de pena.

Quirkless. [Bakugo Katsuki x Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora