Capítulo extra

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[Capítulo ambientado en el futuro.]

El futuro viene con una tranquilidad incluida para aquellos que lo viven, los civiles caminando por las calles yendo a sus trabajos, llevando a sus niños para su escuela, los chicos jóvenes caminando o corriendo para llegar a sus clases. Como de costumbre todo es tranquilo, pero no todo es muy tranquilo porque los héroes están movilizándose por la ciudad haciendo patrullas o en sus agencias cumpliendo con sus deberes.

Shimura conduce en su auto hasta la escuela de sus dos hijos, los dos menores están en la parte trasera con sus bolsos escolares y sus uniformes bien acomodados con sus cabellos peinados, llegan hasta la escuela bajándose los tres, el padre de ambos niños se acerca hasta la maestra que está en la entrada saludándola como es normal despidiéndose de sus dos hijos dejando un beso en sus frentes.

—¡Adiós, papá!—los dos niños alzan sus manos despidiéndose de su padre que también mueve su mano despidiéndolos.

Shimura como héroe profesional ocupa un puesto en el top cinco del ranking de héroes, tiene su propio agencia aceptando las pasantías de los jóvenes adolescentes que quieren ser héroes, tiene la paciencia para ello.

Su esposo también tiene su propio agencia, teniendo pasantes sólo que todos dicen que estar con el número dos no es nada fácil.

Parece que ciertas cosas no cambian.

Aquellos que fueron sus compañeros de clase ahora son héroes profesionales que destacan por sus grandes habilidades, los más notables han sido Midoriya, Todoroki, Bakugo y él.

Oh, no puede olvidarse de su fiel compañero de trabajo, Shinso Hitoshi.

Cuando pensaba en abrir su propia agencia conversó bastante del tema con su amigo de cabellos morados, este lo apoyó diciéndole que podía abrir su propia agencia sin problema, se llenó de ánimos por esas palabras invitando al contrario a unirse a él.

Ambos chicos habían iniciado esforzándose muchísimo por ser grandes héroes, por eso trabajar juntos sonaba como una grandiosa idea para el albino, el de cabellos morados aceptó.

Ambos héroes profesionales se movilizan sigilosamente por la ciudad usando las cintas impresionando a las personas que lograban verlos moviéndose con agilidad haciendo su patrulla viendo que nada malo esté ocurriendo cerca, de pronto escuchan una explosión de edificio cercano que se tambalea haciéndose grietas en su estructura, las llamas están vivas asustando a los que estén cerca, escombros del edificio caen pudiendo lastimar personas inocentes.

Ambos héroes son veloces usando las cintas para mover a todas las personas del camino de los escombros del edificio evitando que se pierda alguna vida o alguien salga herido, hacen un límite para evitar que las personas estén en medio de la acción pensando en que hacer para salvar a las personas encerradas en el edificio.

—¡Tenemos que sacar a las personas y evitar que el edificio se venga abajo!—exclama el albino impulsándose para tirar esferas extintoras en todas las zonas donde las llamas son visibles salvando a las personas que estaban asomándose por las ventanas.

El fuego termina bajando hasta que solo quedan rastro de aquel incendio, los civiles son sacados del edificio con éxito siendo tratados por las ambulancias que llegan.

—Hicimos un buen trabajo.—dice alivio el de cabellos morados mientras los niños que están cerca lo ven con admiración.—Todavía no estoy nada acostumbrado a los niños.—

—Un buen trabajo.—chocan puños.—Los niños te adoran, amigo. No es nada malo, hasta mis hijos te adoran.—las mejillas del de cabellos morados se ponen rojas de la pena.

Cuando su trabajo está terminado se retiran volviendo a su agencia terminando la patrulla dándoles autógrafos a sus fans en el camino, el mediodía día llega antes de lo pensado, la hora del almuerzo trae estómagos que rugen hambrientos.

—¿Almorzamos pollo frito?—pregunta el de cabellos albinos.

—Tú siempre quieres comer pollo frito.—señala el de cabellos morados.—¿No tienes que buscar a Kitsume y Tenko de la escuela?—pregunta mirando de nuevo la hora en el reloj de pared de la oficina.

—Katsuki me dijo que los iría a buscar.—responde estirándose en su asiento.

—Vaya, el número dos no está tan ocupado.—dice pareciéndole algo extraño.

—Para sus hijos abre un espacio en su apretada agenda, Katsuki no lo dice explícitamente pero ama mucho a Kitsume y Tenko.—sonríe con ternura recordando la imagen de su esposo sosteniendo a cada uno de sus hijos cuando estos apenas eran unos bebés.—Ya elijamos que comer.—

—Solo no quiero comer pollo frito.—recalca el de cabellos morados.

—¿Entonces qué quieres comer?—pregunta evitando sentirse dolido.

—Comida china.—

—Conozco un buen lugar.—dice alzando su mano con entusiasmo.—¿Vamos o pedimos para comer acá?—

Los dos amigos comen comida china en su oficina, piensan que visitar el local será tener que lidiar con personas que quieran fotos con ellos o autógrafos, quieren una comida en paz.

[***]

Un hombre de cabellos albinos llega cansado a su hogar, las patrullas nocturnas son comunes para él, nunca dejará de llegar cansado a su hogar encontrándose con su esposo en la sala arropado por una gran cobija, sus dos pequeños hijos ya deben estar en sus camas durmiendo desde hace horas.

—Katsuki, mi amor.—sonríe al verlo, este último se levanta de su puesto acercándose a él dejando un beso en sus labios.—Te dije que no debías esperarme despierto, nunca me haces caso.—

—Me gusta ver a mi esposo antes de dormir.—responde el rubio besando sus labios de nuevo adentrándose a la cocina cuando lo suelta.—Voy a calentar tu cena, date un baño.—

—Qué linda forma de decirme que apesto.—el de cabellos albinos sube las escaleras hasta la habitación matrimonial tomando un buen baño hasta salir luciendo su pijama bajando oliendo los deliciosos aromas de la comida.—Hiciste curry.—

—No tiene mucho picante.—aclara el rubio.

—Eso ya lo veremos.—un plato es servido para el albino que está sentado en la mesa probando un poco del curry, sin duda su sabor es magnífico, el toque picante le quema un poco la lengua pero no es incomible.—Está delicioso y es verdad que no está muy picante.—

—Es que siempre te la pasas quejándote de que mi comida queda muy picante.—se queja.

—Es que tú y nuestros hijos aman el picante como si hubieran bebido botellas de salsa picante en vez de biberones.—señala sintiendo como el otro limpia su boca con una servilleta al estarse ensuciando murmurando un "gracias".—¿Cómo te fue en el trabajo hoy?—

—Me fue bien, lo normal.—dice alzándose de hombros.—Escuche que el ojeroso de mierda y tú tuvieron trabajo en un incendio.—

—Sí, pudimos controlarlo sin problemas.—sonríe terminando su plato de comida.—¿Puedes servirme un plato más?—

—Eres un saco sin fondo.—

—Es que está divino.—

Quirkless. [Bakugo Katsuki x Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora