Capítulo 8

12.4K 1.6K 454
                                    

Jadeó cansado tomando de la botella de agua que lleva con él, mirando cuánto tiempo ha durado corriendo, casi media hora, satisfecho con su resultado volvió a hacer lo mismo para volver.

____ los fines de semana va a un gimnasio para entrenar junto a un hombre que le ayuda en lo que tiene que ver con combate cercano y lejano.

Si quiere ser un héroe debe darlo todo, por eso rechazó que su progenitor le diera su poder, prefiere llegar a lo alto por sus propios medios para demostrar que hasta un quirkless puede salvar vidas.

No es nada en contra de su progenitor, es más bien sus deseos propios que impuso desde hace tiempo.

Abrió la puerta de su hogar para ir directo al baño dándose una buena ducha, tras acomodarse para ir a la escuela fue hasta la cocina nuevamente con su bolso colgando de su hombro.

—Buenos días, papá.—saludó sentándose recibiendo su plato de comida.

—Buenos días, te veo bastante contento, ¿se puede saber la razón?—cuestionó dejando su propio plato sobre la mesa tomando su sitio.

—Digamos que solo desperté más feliz de lo normal.—respondió con tranquilidad comiendo su desayuno.—Cada vez mi entrenamiento da más frutos.—comentó con una sonrisa.

—De eso me doy cuenta, creo que dentro de muy poco ya podrás dejarme derrotado.—rió él estando orgulloso de su hijo.

—Naaah, dudo que eso sea tan simple.—terminó su desayuno lavando su plato para después ir al recibidor tomando sus zapatos.

—Mucha suerte en tu día.—

—Hasta luego, papá, ten un buen día también.—tras cerrar la puerta una sonrisa apareció en el rostro del rubio.

Cada que ve como ese chico sale para ir a la escuela recuerda cuando se lo encontró aquel día que había trabajado junto a Enji en una misión para acabar con un villano.

Uno de los lugares afectados había sido un edificio de apartamentos, mucha gente había muerto pero el llanto de un niño de apenas cuatro años hizo que los dos héroes fueran para ayudarlo.

Fue un milagro que siguiera vivo a pesar de sus muchas heridas.

Después de un tiempo le adoptó siendo ayudado por su compañero Nighteye, su maestro Gran Torino y por último Endeavor que a duras penas le ayudaba a cuidar de aquel demonio según el pelirrojo.

Una vez sin darse avisarle tuvo que cuidar del pequeño mocoso por un misión sorpresa del héroe número uno, lo cuidó medianamente bien sin contar ciertas cosas que le molestaron después.

—A crecido bastante.—dijo en un susurro mientras una pequeña lágrima abandona su ojo.

Está bastante orgulloso y feliz de haber criado de ese niño.

[***]

Las clases de gimnasia para Toshinori los primeros años le fueron difíciles de seguir por el hecho de ser un niño flojo, pero ahora pude tomar un ritmo determinado para llevar a cabo cada actividad dada.

Eso le hace notar cómo ha mejorado.

—Tomen un pequeño descanso.—se dirigió hasta las gradas tomando su botella de agua.—Toshinori-kun.—el nombrado volvió a verlo.—Venga que tengo que hablar con usted.—

Asintió varias veces tomando varios tragos de agua dejando su botella de nuevo en su sitio caminando hasta el maestro de aquella hora, su maestro tras estar algo alejados del grupo de sus compañeros le dio una mirada seria.

¿Qué ha hecho ahora?, o mejor dicho, ¿qué ha dicho Katsuki ahora?

Todo lo que tenga que ver con su desgracia tiene que ver con Bakugo Katsuki.

—¿Sucede algo, sensei?—preguntó ya algo nervioso por la mirada tan seria que le da.

—Últimamente los supuestos rumores de ti han llegado a mis oídos, quisiera saber si es verdad.—ahora su mirada cambió a una compasiva.—No creo que el abuso hacía un estudiante por su sexualidad sea bueno, si eso te está pasando es mejor hablarlo con un maestro o incluso con el director.—

—Midoriya Izuku.—nombró ahora estando serio mientras sus orbes azulados grisáceos brillan con molestia.

—¿Midoriya-kun?—preguntó recordando a el niño pecoso.—¿Qué pasa con él?—

—Durante todos estos años a sido una persona abusada por Bakugo Katsuki y nadie ni siquiera los maestros hacen algo así que preguntaré ahora, sino pudieran hacer algo por él que lleva más tiempo que yo de esta manera, ¿qué podrían hacer por mi?—

El adulto está impresionó de sus palabras.

—E-Eh.—tartamudeo aunque no es lo correcto.

Solo le ha dado la razón al de hebras carbón.

—Eso pensé, porque si me hubieran querido ayudar en primer lugar no me habían ignorado cuando mi pupitre fue llenado de insultos e incluso pedidos de suicido o cuando fui bañado en basura hace unos días, mejor prefiero seguir como estoy a que me "ayuden".—

Gruñó, Midoriya durante mucho tiempo estaba siendo abusado por Bakugo pero nadie había o hacía nada por él, así que no pueden hacer mucho por él que apenas está llegando.

Su padre le había dicho que posiblemente el joven Bakugo puede cambiar para bien al entrar a U.A. Espera que tenga razón porque sino algún día lo molería a golpes por idiota.

La clase siguió con normalidad hasta la hora del almuerzo. Fue el primero en salir de los vestidores para ir a comprar su comida en la cafetería, recordando que aún tiene el bento de Katsuki en su hogar.

Debe regresarlo lleno, como un modo de agradecimiento por la comida, odia que su padre lo criara tan correcto.

Aunque su Tio Enji debes en cuando lo dejaba ser mimado, ignorando un poco los malos ratos que le hacía pasar.

Compra su comida para abandonar la ruidosa cafetería cuestionándose si así también será cuando entre a la U.A, o si es que entra pero tiene muchas esperanzas de lograrlo.

—¡Pelo quemado!—escuchó aquella gritona voz de aquel rubio que piensa que es medio sordo.

Se giró encarándolo con una mirada indiferente hacía él.

—¿Qué quieres, Bakugo?—le preguntó de mala gana alzando una ceja.

De la espalda del chico sacó una pequeña caja mediana negra amarrada con un hilo rojo, mostró curiosidad y confusión ante el gesto aceptando la caja.

—Esto es para que veas que no siempre soy un "idiota".—habló para después darse media vuelta pero se quedó algo sorprendido de escuchar una respuesta de su parte.

—Gracias, Bakugo-kun.—

El pelinegro volvió a su camino analizando las palabras dichas por el ojirojo.

De algún modo dio a entender que no siempre es malo e incluso un recordatorio de su disculpa.

—¡Izuku-kun!—comenzó a correr hacía su amigo que al verlo tan alterado también se alteró.—¡Bakugo si es gay!—confirmó.

Sus dudas han sido disueltas.

Quirkless. [Bakugo Katsuki x Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora