Capítulo 6

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Besó sus labios con esa brusquedad que le  caracterizaba mientras su manos estaban en la espalda ajena atrayéndolo pegando más sus cuerpos.

Las mejillas del menor estaban rojas cual tomates y sus brazos rodeaban el cuello del rubio jadeando cuando separaron sus labios.

Despertó con sus ojos bien abiertos llenos de impresión, sintiendo sus mejillas arden aparte de que el calor se le subió a la cabeza incorrecta, levantó ligeramente la sábana viendo que "amiguito"está más despierto que él.

—¡MALDITO PELO QUEMADO, DEJA DE ESTAR EN MI CABEZA, PUTO PERVERTIDO!—gritó a rienda suelta.

—¡MOCOSO DEL DEMONIO CALENTURIENTO CÁLLATE QUE AÚN ES TEMPRANO!—vociferó la mujer rubia desde su habitación.

Chasqueó la lengua levantándose de la cama para ir directo al baño con pasos silenciosos notando que son las cinco de la mañana en su despertador, se encerró en el baño listo para atender su problema pero ahora le falta la otra cosa.

La inspiración para acabar con ese problema rápido.

¿Por qué el mundo lo odiaba tanto?

Tal vez por ser un pequeño hijo de puta, sí.

[***]

Terminó su caminata diaria subiendo las escaleras hacía su apartamento algo sudado para darse un buen baño antes de irse a la escuela.

Posteriormente de haber hecho lo antes mencionado salido ya preparado, solamente falta el desayuno el cual le toca cocinar ese día, sin hacer mucho ruido comenzó a preparar algo simple.

Escuchó los pasos pesados de su tutor que bostezando entró a la cocina.

—Buenos días, papá.—dejó un taza de café en frente del adulto junto su comida para sentarse también.

—Veo que empezaste a dar caminatas matutinas.—

El menor asintió.

—Incluso nocturnas, es un tipo de entrenamiento para cuando terminen las clases esté listo para el examen de entrada de U.A.—comentó con orgullo.—Mientras más temprano empiece este entrenamiento será mejor.—

—Se nota que le pones mucho esfuerzo para poder cumplir tu sueño.—Habló con una sonrisa orgullosa.

—Sip, aunque me imaginó que debe estar nervioso con eso de ser maestro de la U.A.—

—Debo buscar a un sucesor, creo que es el lugar indicado para encontrarlo.—

—Ya quiero conocer a ese sucesor.—terminó su comida lavando el plato para tomar su bolso que estaba cerca de la puerta.—Nos vemos más tarde, papá, espero que tengas un buen día.—

—Igualmente, mucha suerte en tu prueba.—

El pelinegro trota hacía la escuela sintiéndose ligeramente feliz de que los rumores de él ya no son tan insistentes, en el camino un rato después se encontró con su, ahora, mejor amigo Midoriya.

—¡Izuku-kun!—se acercó hasta él con su particular sonrisa—Buenos días.—

—Buenos días, ____-kun.—saludó también mientras mantiene sus manos agarrando las cuerdas de su bolso.

Ya reunidos comenzaron a trotar hasta la escuela aunque el de pecas tiene poca resistencia para seguirle el paso a su mejor amigo que lo anima a continuar.

[***]

Muerde el borrador de su portaminas leyendo aquella pregunta repetidas veces siendo la única que le falta responder hasta que cambió el orden de la pregunta entendiendo la misma para terminar todo el examen.

Suspiró aliviado sabiendo que todo está correcto viendo su "hermosa" mesa que cada día tenía cosas nuevas como pedidos de suicidio entre otros pero ya no le importa tanto.

Si vive fijándose en todo lo malo no podrá disfrutar de la vida.

Se levantó de su asiento dejando el examen sobre la mesa del maestro para después volver a su sitio esperando a que empiece la hora del almuerzo.

[***]

Bakugo está sentado en su mesa comiendo callado su comida escuchando la estúpida conversación de sus compañeros que hablan de las chicas de su clase u de otras o mayores.

Hablan de sus "sensuales" curvas, de su "pecho" y de su "trasero", le agrega comillas por el hecho de que todas las chicas son unas tablas bien rectas.

Están en la escuela media, por Dios.

Pero su mirada rojiza percibió unos cabellos negros medio ondulados caminando con su almuerzo en manos siendo acompañado por el fastidioso peliverde.

—¿Qué prefieres más, Katsuki?—miró nuevamente al idiota de su amigo.

—¿De qué mierda están hablando?—

—¿Qué prefieres trasero o pecho?—le repitió su otro compañero.

De reojo miró al ojiazul grisáceo saliendo de la cafetería sonriendo para el pecoso.

No tiene para nada mal ese culo.

—Culo, aunque todas las perras aquí son una tablas huecas.—

—Nah, Katsuki eres alguien difícil.—

Claro que es difícil, a fin de cuentas no gusta de una chica.

[***]

Las clases de gimnasia eran sus favoritos, dentro de unos meses terminarán las clases así que debe empezar su entrenamiento para cuando tenga que ir al examen de U.A.

Katsuki tiene un talento natural siendo bastante flexible así que aprovechará eso para poder crear un estilo de pelea que se adecúe a su cuerpo. Las chicas de su clase tiran baba de tan solo ver como es tan ágil siendo bueno en cualquier deporte.

A la zona entró un muchacho pelinegro que tiene una carpeta en manos la cual entregó a su maestro, eso no pasó desapercibido por el rubio cenizo que sin querer mando el balón de basquetbol.

El balón le terminó dando en el trasero, algo que ocasionó impresión en el chico tomando el balón para lanzarlo de vuelta a la cancha chocando miradas con el ojirojo con el ceño fruncido, pensando que lo hizo para molestarlo.

Algo dentro de Bakugo hizo "¡boom!"

—¡Katsuki pasa el balón!—le exclamó su compañero que esta en la espera de continuar el juego.

Tiro el balón aún sin quitarle la imagen del trasero del de orbes azulados grisáceos.

Es tan gay.

Quirkless. [Bakugo Katsuki x Male Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora