Getting a Baby - Hyunmin

[ Neighborhood ]

Seungmin estaba preparando la cena como de costumbre, cuando Hyunjin llegó al departamento sonriendo para después dejar el maletín en la sala y tomar a su cachorro en los brazos, besando sus regordetas mejillas. Se acercó al omega y besó sus labios con una sonrisa que no se podía quitar del rostro.

—¿Ahora que hiciste, Hyunjin? —pregunta su marido con la mano en la cintura.

—Encontré una mejor oficina en casa que un armario viejo. —sonrío sin soltar al niño.

—¿Cómo? —el omega apagó la estufa para poner completa atención a su esposo.

—Jeongin me llamó en la mañana para decirme que la casa de al lado de la suya estaba en venta. —sonríe antes de volver a besar las mejillas del cachorro provocando risas. —Y decidí que Minji necesitaba tener un patio para jugar en lugar de tener que esperar a que lo llevemos al parque el domingo.

—Hyunjin, una casa es algo grande... —dijo antes de quedarse sin palabras.

—Vamos a tener una casa donde podamos pasar los mejores años de nuestras vidas, cuando nos casamos no tenía dinero para comprarte una casa, pero ahora que hemos vuelto a estar juntos pienso que debemos de vivir en un hermoso vecindario como en el que fuiste criado. —acaricia el cabello de su omega. —Y tiene una oficina que no es un armario. —vuelve a decir.

Seungmin niega con una sonrisa en los labios antes de besarlo lleno de felicidad. Apenas si podía con la emoción de saber que viviría junto a su mejor amigo en el vecindario del cual siempre estuvo celoso, y si no le fallaba la memoria, la casa junto a la de los Bang era enorme, con piscina y una casa del árbol que se veía desde la casa de Chan.

—Hablé con servicios infantiles y dicen que tiene que ir alguien a revisar la seguridad de la casa, pero no debería haber ningún inconveniente, ya envié a alguien a que se encargara de todas esas cosas para que mi cachorro esté seguro. —sonrió orgulloso de poder decir mi cachorro.

—Hyunjin, no sé qué decir, la casa es estupenda, pero el departamento es... Es nuestro primer hogar, la casa que hicimos juntos.

—No tenemos que venderlo, puedes convertirlo en un espacio para ti. —por alguna razón el alfa sentía que no podía dejar de sonreír, era como un tic.

—Esta bien, pero la tiene que aprobar servicios infantiles y Minji también.

—Minji va a estar feliz de poder jugar con Eunso todos los días. Además de que le voy a enseñar a nadar en la piscina y vamos a reparar la vieja casa del árbol, ¿verdad, bebé?

El cachorro asiente frenéticamente antes de esconderse en el cuello de su padre. Seungmin tiene que contener las lágrimas en sus ojos y asiente antes de esconderse en el otro lado del cuello de alfa soltando un muy delicioso olor a chocolate debido a su felicidad, su aroma de omega.

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La casa que Hyunjin había comprado era de tres habitaciones, una oficina abajo y dos cuartos para convertirse en cualquier cosa además de comedor, sala y cocina. La piscina tenía un buen barandal para que no pudiera caerse un niño pequeño y el área alrededor de la casita del árbol estaba clausurada hasta próxima reparación. No había un solo mueble y eso dejaba ver la casa aún más grande con posibilidades infinitas para cuando hubieran más cachorros que quisieran jugar dentro, había sido la casa de una pareja que tenía cincuenta años de casados, pero eran demasiado mayores ahora, así que se mudaron a una residencia y pusieron la casa en venta.

Minji pidió bajar de los brazos de su padre antes de correr por los pasillos, jugando y riendo por todo el espacio libre que hay en el lugar, parecía gustarle la casa y a la pareja también. Seungmin miró a su esposo quién alzó una ceja en su dirección.

—La casa ya pasó por la supervisión de servicios infantiles y por la de Minji. Dime qué te encanta —pidió, tomando a su marido por la diminuta cintura.

—Yo creo que podríamos vivir cuarenta años aquí como los Sullivan. —sonrió poniéndose de puntas para besar a su alfa

—Si no trajeramos a Minji te recargaría contra esa pared y yo... —Hyunjin se comienza a acercar al omega más a su cuerpo, antes de ser interrumpido por la puerta.

Los Bang entran a la casa con el pequeño Eunso entre las piernas de Chan, buscando a su amiguito para jugar. Los adultos se quedan solos una vez que Eunso y Minji se sientan en el piso a jugar con sus autos de juguete.

—Si van a ser nuestros vecinos debemos decirles que Jeongin siempre olvida separar la basura y que usualmente ponemos música alta, pero nunca los domingos. —explica el alfa.

—Compartí habitación con Chan durante tres años y medio, nada puede asustarme. —bromeó Seungmin, antes de agradecer la cerveza que Jeongin le pasó.

—Mi alfa nunca quiere contarme de sus días como universitario. —comenta Jeongin antes de abrazar a su esposo.

—En el campus había un juego de trago que se llamaba el Chanie. Tenías que ofrecerle un shot a alguien sin usar las manos, te ponías en caballito en la boca y se lo vaciabas a esa persona, para eso ya tenías un limón dentro de la boca y sal en los labios. —comenta tomando lugar en las escaleras para ser seguido por el resto de los adultos. —No recuerdo a nadie más salvaje y al mismo tiempo aplicado que mi mejor amigo aquí presente. —bromea.

—Seungmin, era un mojigato, y siempre estaba llorando por amor, era la reencarnación de la protagonista llorona de una novela romántica. —se queja el mayor.

—Y aún así éramos mejores amigos, estoy muy feliz de que nos hayan puesto como compañeros de habitación.

—El compañero de habitación que tuve cuando te mudaste con Hyunjin fue horrible, estudiaba todo el tiempo y apagaba mi música, era algo así como Jeongin, pero en adolescente.—bromea ganándose una cara de ofendido. —Aún así te amo bebé.

—Vamos a ser los malditos cuatro mejores vecinos del mundo. —sonrió Hyunjin antes de besar el cabello de su marido.

—Seríamos cinco de no ser porque la casa de Changbin es perfecta. —bromea Felix entrando por la puerta.

Los gemelos Seo salen disparados a jugar con sus amiguitos y el grupo de adultos queda sentado en la escalera bromeando y recordando viejos tiempos. De no ser por el ultrasonido en su relicario, pensaría que nunca perdió a su bebé y como se arruinó su matrimonio.