[ Outside Country Park ]

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Seungmin preparó la comida de esa tarde y puso todo en una canasta para subirla a su camioneta ya que así estaría más cómodo para todos.

Apenas se levantó comenzó a hacer la mochila de Minji y la pañalera de Yubin, incluso subió el corralito de Yubin, que incluía un cambiador, en la parte de atrás de la espaciosa camioneta. Hyunjin despertó tarde, aún agotado por levantarse en la madrugada a atender a la niña y ahora comenzaba a oler a batido de fresa justo como lo hacía la niña.

—¿Yubin va a jugad fútbol? —pregunta el niño

—No lo creo amor, tu hermanita es muy pequeña. —explica preparando el desayuno.

El pequeño frunció el ceño mirando a la bebé que permanecía dormida en el portabebé.

—Muma, ¿Cuando Yubin va a hablad? —pregunta sin dejar de verla fijamente.

—No lo sé amor, faltan aún un par de meses. —explica dejando las tostadas francesas en la mesa.

—Ya quiero jugar con ella. —se queja, pero rápido vuelve su atención a la comida.

Hyunjin baja las escaleras usando una camiseta negra y unos jeans, también unas botas negras como cuando era un adolescente, pero ya no tenía el cabello largo y alborotado, ahora su cabello caía por su frente. Su marido era guapo como el infierno.

—Buenos días, cariño. —sonríe al niño y deja un beso en su frente robando una tostada del plato del niño.

—Hyunjin, no le robes la comida a tu hijo, habrá para todos. —dice con una sonrisa que le es imposible reprimir.

Hyunjin alza los brazos y le guiña al niño provocando que este ría.

[🍼]

Una vez todos dentro de la camioneta, Seungmin le pide a su marido que conduzca y así él puede ir al pendiente de los niños. Pero lo único que miraba era a Hyunjin, su marido iba al gimnasio cuatro días a la semana y se notaba en sus fuertes brazos, comenzaba a sentirse inseguro a su lado.

Tuvo que alejar esos pensamientos cuando vio el título de Outside Country Park en un letrero señalando que acababan de entrar al campo.

Hyunjin pagó la cuota de entrada y rápidamente estaban en uno de los apartados sacando las cosas del maletero, mientras Minji corría alrededor del auto con una enorme sonrisa, ese niño era bastante enérgico y aún así no era travieso, simplemente le gustaba jugar.

—¡Dadda hay que jugad! —pide jalando la mano del alfa.

—Ve con él, yo voy a poner el corral de Yubin, no te preocupes. —dice el omega al sentir la vista de su marido en él.

—Vamos a volver en un segundo. —dice sacando un balón de fútbol americano del maletero y lanzarlo despacio al cachorro quien lo atrapó y grito de alegría.

Pasaron las horas y Seungmin se quedó sentado en una de las sillas de campo que mantenían una sombrilla, solo mirando a la pequeña Yubin morder su peluche y agitar sus sonajas, cosa que parecía entretenida para ella por alguna razón que Seungmin desconocía, pero era tierno verla. Su cabello aún era muy azabache y sus ojos rasgados, pero con una intensa mirada. Veía a Seungmin mientras balbuceaba cosas, tratando de llamar la atención de su madre.

—Eres una linda muñequita ¿Lo sabías, Yubin? —pregunta a la bebé quien ríe. ¿Yubin acababa de tener su primera risa?

Se puso de pie y busco a su marido quien seguía jugando con el hijo de ambos con la pelota infantil de fútbol americano. Tomó a la bebé y caminó rumbo a su marido quien cargaba al pequeño en sus brazos festejando alguna cosa de deportes.

—Yubin acaba de reír. —informó al alfa quien acercó al niño, pero ahora ella no reía, solo miraba a todos confundida.

Minji miró a su mamá con incredulidad, luego a su hermana quién permanecía mirándolos con el ceño fruncido sin hacer nada y de hecho estaba comenzando a incomodarse.

—Tal vez hay que contadle un chiste. —resolvió el pequeño mirando a su hermana hacer pucheros.

—Tienes razón amor, tal vez hay que contarle un chiste. —se rió Seungmin, volviendo a donde estaba antes. Quería que Hyunjin la viera sonreír y tal vez eso ayudara a la conexión padre e hija que no se daba por alguna razón.

Decepcionado, comenzó a sacar las cosas de la canasta para ponerlas sobre la mesa, sacó los mandu que habían comprado de camino y los jugos para acompañarlo ya que en su casa nadie bebía refresco. También sacó un biberón de su propia leche y lo puso en los labios de la bebé quien se aferró rápidamente y comenzó a succionar.

—Estamos muertos de hambre, necesitamos proteína. —explica el alfa tomando con sus palillos un mandu.

—Necesitan una ducha, también. —se queja Seungmin.

Hyunjin se ríe chispeando en el hombro de su marido el sudor de su cabello al agitarlo. La risa enérgica de Minji se hizo escuchar y todos comenzaron a reír y como si fuera una repetidora, la pequeña soltó una carcajada aprovechando que Seungmin le quito el biberón de la boca.

—A Yubin le da risa. —señaló Minji, viendo a su pequeña hermanita.

Seungmin está fascinado con su pequeña familia, era un lindo día soleado y parecía una bendición para el omega, su familia estaba completa y feliz, incluso Hyunjin se acercó a la pequeña para hacerle mimos buscando que se riera de nuevo. El corazón de Seungmin latía fuertemente y su omega interno estaba llorando de felicidad.

—Quiedo jugad con mi Mumma. —pidió el niño jalando la mano de Seungmin hacia la mesa donde se encontraba la arena moldeable.

—¿Por qué no quieres jugar con Dadda? —preguntó sin levantarse de la mesa.

—Dadda no sabe haced castillos. —explica jalando la mano de Seungmin.

El omega miró a su esposo y Hyunjin asintió, cargando a Yubin para sacarle los gases como todo un experto en bebés. Incluso podía cargarla con un solo brazo sin ningún problema.

[🍼]

—Dadda no sabe hacer castillos. —se quejó Hyunjin una vez en casa.

—No es mi culpa que tus manos sean toscas. —respondió Seungmin riendo a carcajadas por los celos de su marido con su hijo.

—Tengo manos de alfa. —minimiza mientras se cambia de ropa por su pijama. —A ti te encantan mis manos de alfa.

Hyunjin da un paso y Seungmin lo detiene con la mano, no habían tenido sexo en más de dos meses, pero Seungmin aún no estaba listo, sin importar que tanto se le pusieran los vellos de punta con la cercanía de su alfa.

—Me duele mucho el pecho, alimentar con él a una bebé es algo duro. —explica metiéndose en la cama.

—Me imagino que lo es, los omegas son lo más increíble del mundo. Tienes una bebé y todo tu cuerpo se amolda a las necesidades de ella, es casi milagroso.

—Hablando de milagroso mañana a las nueve en la iglesia, no lo olvides.

—No lo olvido. —respondió el alfa poniendo la alarma y atreviéndose a pasar su fuerte brazo por el costado de su marido y abrazarlo siendo la cuchara grande. Seungmin no se resistió.

Getting a Baby - HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora