¿Quién soy?

Capítulo 6

Habían pasado un par de días desde la llegada de Eric a la casa. Mi cabeza seguía dando vueltas a aquel misterioso hombre, aquel que me prometió mi seguridad y la de mi familia, aquel que rompió su promesa.

Con la ayuda de Eric solo había conseguido recordar un par de cosas más. Le había contado el recuerdo que había tenido en el que él estaba con una mujer, la cual estaba convencida de que no era nuestra madre. Eric me explicó que estábamos en un hospital, nuestros padres habían sufrido un accidente de tráfico y aquella mujer por lo visto, era la mejor amiga de nuestra madre; aunque después de aquel accidente que estuvo a punto de acabar con la vida de nuestros padres, no volvimos a saber de ella. Eso era lo que Eric me había contado, el problema es que él era muy pequeño cuando paso aquello, solo tenía unos 7 años, así que le costaba mucho recordar algo más y le había sorprendido que yo sí lo hubiese recordado, pues yo era todavía más pequeña que ella. Además me había dicho también que nuestros padres nunca volvieron a mencionar ni a esa mujer ni el accidente, ni tampoco nos dejaban mencionarlo a nosotros, por lo visto ellos también tenían muchos secretos y había muchas cosas que no nos contaban.

Dormía plácidamente en mi dormitorio cuando una voz me despierta.

– Sarah –al abrir los ojos con lentitud, me encuentro con Eric– Acabo de recordar que si volvieron a mencionar el accidente, cuando pensaron que estabas muerta, dijeron algo, pero yo estaba en shock, no lo recuerdo muy bien.

Eric hablaba, parecía nervioso, me incorporo y acaricio su mejilla con dulzura.

– Tranquilo Eric, no pasa nada, ya descubriremos que es lo que pasó –susurro en su oído, pues él me estaba abrazando con fuerza.

No necesitaba nada más, sabía que él tenía tantas ganas de saber que pasó como yo. Aunque la diferencia era que mientras yo tenía una ligera esperanza de que estuviesen vivos, él no tenía ni idea de que existía esa posibilidad, pues había decidido que era mejor no contarle aquel recuerdo del hombre que me prometía que me mantendría a salvo. 

Tras unos minutos en silencio, paso por mi mente el momento en el que la enfermera del hospital me había dicho que un hombre había llamado preguntando por mí y seguía sin saber quién había sido.

– Eric, ¿tú me llamaste tras el accidente? –pegunto mirándolo fijamente, separándome un poco de él.

Algo en mi quería que fuera él, pero por otro lado rezaba para que no fuera así, eso sería una pista, eso nos podría ayudar de alguna manera. Eric me mira frunciendo el ceño, negando con lentitud, parecía perplejo y sorprendido ante aquella pregunta.

– No, no lo hice, pensaba que estabas muerta, ¿recuerdas? –dice alzando una de sus cejas y encogiéndose de hombros– ¿Por qué lo preguntas? ¿Ocurre algo?

No sabía por dónde empezar a explicarle, tenía los pensamientos en completo desorden, no entendía absolutamente nada, ¿Quién mató a mis padres? ¿Quién intentó matarme a mí? Y lo más importante: ¿por qué? 

Intentaba poner mis pensamientos y sentimientos en orden, comienzo a hablar intentando no atragantarme con mis palabras y explicarme lo mejor que podía.

– Cuando desperté en el hospital, las enfermeras, los médicos y la policía, no pudieron identificarme, por lo visto no llevaba nada de documentación encima –cada vez hablaba más bajo, ¿Cuánto hacía de eso? ¿Un par de semanas? Parecía una eternidad– tomaron mis huellas, pero no tenían con qué cotejarlo, no sabían quién era yo, ni qué me había pasado. Pero un día, antes de que me despertara del coma, por lo visto un hombre llamó. Llamó preguntando por mí, así supieron mi nombre –hago una leve pausa para tomar aire, empezaba a ahogarme con mis palabras, cada vez hablaba más rápido– cuando me desmayé ayer, recordé a un hombre, diciéndome que lo mejor para todos era que pensarais que estaba muerta –bajo el rostro con rapidez, intentando ocultar que me había puesto a llorar de nuevo.