Se llevó el cuenco repleto de té verde a los labios. Tomar té siempre le había procurado tranquilidad.
Los días se iban amontonando uno tras otro. Era inefable el sentimiento que cargaba sobre su espalda las veinticuatro horas del día, se dio cuenta a temprana edad que él solo era una pieza de un rompecabezas ajeno; el no existía, y nunca lo hizo.
Ese sentimiento carcome a algunos ninjas al principio. Solo una herramienta, un artefacto de guerra usado y al final desechado. La guerra y el odio te van trastornando. La muerte es una serpiente que se va enredando en tu cuerpo «No puedes escapar, no puedo escapar» pensó mientras bebía un sorbo del caliente líquido.
Imágenes borrosas de un pasado violento. Se masajeó las sienes mientras trataba de no recordar, «Quizás debería regresar a casa y seguir leyendo», ahora eso era lo único que le ayudaba a seguir. La paz había llegado a Konoha y como veterano de guerra le habían concedido un descanso temporal, lo odiaba, despreciaba estar en su amado pueblo; luchar para protegerlo era una cosa, pero cohabitar con seres que lo trataban como un héroe era sumamente molesto. Él no era un héroe capaz de borrar por sí solo toda la mierda en el camino, él debía tragar esa mierda para que aquellos a los que protegía estuvieran tranquilos.
Pocos conocen las náuseas que llegan desde muy temprano en la mañana, y que se van acumulando hasta muy tarde por la noche, ese es el momento en que el ninja cree que ha llegado la locura. Cuando eres solitario como lo era él, era mucho peor la sensación; todo el tiempo jadeando, pesadillas lúcidas que nunca dan tregua. Es por eso que el shinobi siempre permanece alerta y frío, siempre frío.
Kakashi detuvo su mirada en el tazón lleno de infusión, tensó la mandíbula «¿algún día escaparé de este laberinto?», el enojo se extendía por todo su cuerpo, se odiaba más de lo que odiaba a sus enemigos, estaba todo el tiempo hirviendo en cólera.
Unas orbes verde oscuro se posaron sobre él, Kakashi enseguida recobró la templanza «contrólate, vamos... contrólate»
—Sakura.
—¿Qué hace aquí tan solo? —La chica tomó asiento frente a él.
—Decidí salir de mi ratonera y andar un poco por la ciudad.
A Kakashi le disgustaba la presencia de Sakura. Ella era una hermosa flor repleta de polen, y él era una jodida abeja hambrienta. La chica de la cabellera rosa había cambiado mucho desde la guerra, todo cambia después de la guerra; le disgustaba pensar lo que un conflicto bélico había hecho con su pupila, ahora Sakura parecía fría e inalcanzable. El tipo de mujer que atraía a Kakashi.
Ella seguía hablando con indiferencia sobre su día a día, Kakashi estudiaba sus gestos y expresión corporal. Se entristeció un poco al notar que su alumna había sido corrompida; estaba fracturada al igual que él.
—... Todo está mal ¿no lo cree? —Sakura se llevó la taza de té a sus carnosos labios.
Kakashi no respondió, la miró con lujuria y avaricia... ¿Cuándo se había vuelto tan codicioso?
Creo que en verdad la guerra trastoca a las personas, a veces las emociones son tan abismales que uno no puede luchar contra ellas... 🖤
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【Confesiones obscenas】ᴋᴀᴋᴀꜱᴀᴋᴜ
FanfictionCadena de Drabbles de nuestro ninja que copia. Kakashi Hatake ha sido por mucho tiempo uno de los mejores ninjas de la nación del fuego pero, su cabeza es un turbio lugar a donde pocos desean llegar. Después de la guerra nace en él un deseo prohibid...