「༻ 15 ༺」

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"Como panteras adiestradas en la selva... ¿Cómo domarlas cuando el hambre les envuelva?"

El sonido de cada gota golpeando en la ventana es como un martillo trabajando en una mina de oro... Pero, aquí no hay oro, el oro es demasiado bello y su valor asciende a lo que un aldeano promedio no puede llegar a imaginar.

El carbón por el contrario, se resbala por sus sucios y mohosos cuerpos. El impuro mineral que sirve como combustible para grandes y voraces maquinas... Sí, el carbón podría definirlos mejor.

Primero el calor se eleva a altas temperaturas para coaccionar el funcionamiento de esta maquinaria hecha de carne, huesos, tejidos y órganos. Después, el carbón es arrojado dentro de las enormes fauces de esta locomotora para así activar su funcionamiento.

—¿Puede bajarla? —La peli rosa señaló la delgada tela que siempre se interponía entre ella y su ex maestro.

La mirada de Kakashi era por decirlo de alguna manera: hambrienta. En sus ojos se podría vislumbrar las batallas que había librado en mínimo 20 años siendo Shinobi. Sus pupilas dilatadas, anchas y bastante profundas; sin más objeción bajó su máscara y siguió observando a Sakura.

El opio sirve para disimular el dolor, sobrellevarlo... Pero, ¿ese lunar para que sirve, cuál es su funcionamiento? La hermosa mujer de fanales verdes se perdió en los belfos un tanto adustos del hombre frente a ella. No lo pensó demasiado, una de sus manos se estiró hasta el rostro pálido del hombre en cuestión. Perfiló su mandíbula con su dedo índice, Kakashi cerró sus parpados y sus labios se abrieron un poco, solo un poco.

La kunoichi sintió aquel ciempiés caminar lentamente por su espina dorsal. «¿hasta dónde tengo permitido llegar?» se preguntó mientras tocaba la nariz del ninja. Espasmos caóticos retumbaron en su interior; siguió caminando con sus dedos por todo el rostro del hombre, su frente, sus cejas. Él parecía demasiado cómodo con aquella intrusión, y aunque su respiración era algo precipitada, no hacía movimiento alguno. Sus manos en un mudra de protección y descansando sobre sus muslos.

Sakura quiso llegar más lejos, así que posó sus dedos en sus labios; carne pálida por siempre estar resguardada. El shinobi abrió la boca haciendo que un halo de vapor saliera desde dentro. Para ese punto su ex discípula había perdido cualquier atisbo de vergüenza, y es que estaba tan estimulada, que con la ayuda de su pulgar y otros dos dedos abrió un poco más la cueva que era la boca de Kakashi. Enseguida una fila de dientes relució como muralla protegiendo aquella aterciopelada fresa; Sakura no lo pensó demasiado y con sus dedos apretó su lengua y la jaló hacia afuera. El shinobi procuró un gemido suave, la peli rosa comenzó a jugar con el húmedo órgano entre sus dedos.

Kakashi abrió los ojos encontrándose con unas mejillas rebosando en sangre, unos labios mordisqueados por ella misma y con un largo y delgado brazo que se tensaba por el jugueteo con su lengua. Le llamó la atención como la chica estaba absorta en su tarea de llenar sus dedos de su humedad.

Pronto decidió que era suficiente y escondió su lengua nuevamente. Sakura despertó del trance en el que se hallaba y lo miró un tanto azorada.

—¿Qué harás con ello? —preguntó él refiriéndose a la saliva que cubría su índice y dedo medio.

La kunoichi observó la humedad en su carne y anhelando el sabor en ella, llevó hasta su propia cavidad bucal ambos dedos. Comenzó a lamerlos y después a introducirlos y rasparlos con sus propios dientes.

Por otra parte las manos de Kakashi formaron un puño ante la excitante escena frente a él. ¿Cuánto tiempo tenía que esperar? Ya no podía hacerlo, podía sentir perfectamente como de la cabeza de su hinchado miembro brotaba precum.

【Confesiones obscenas】ᴋᴀᴋᴀꜱᴀᴋᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora