Capítulo 22

13.4K 873 13
                                    

Esa misma tarde estuvimos preparando todo lo importante en la montaña de la Tercera Esposa, toda la manada estuvo en ello mientras me quedaba con mi pequeña y Emily, quien la tenía que poner un vestido tribal de la Reserva y trenzarla el pelo, Lisa estaba increíblemente preciosa, y si no estuviera desmayada, ya estaría babeando sobre ella como si fuera un chucho cualquiera y no un jodido y mutante lobo. Yo también me tuve que cambiar, me hicieron ponerme unos pantalones típicos de la Reserva y Emily me tuvo que pintar el pecho con dibujos y símbolos Quileute.

—Paul, carga en brazos a Lisa, ya es la hora. —Dijo Emily mientras veía como el sol estaba a punto de ocultarse, así que subimos a la camioneta de Sam, y mientras Emily conducía, yo llevaba a mi pequeña sobre mi regazo, rezando para que todo saliera bien, aún recuerdo los contras de esta mierda.

Flashback

—Espera, Paul. —Dijo Sue tras haberme visto correr hacia la cocina, hizo que me sentara y supe que había un jodido pero. —Puede haber complicaciones si algo no sale bien o si alguien interrumpe.

—¿Cómo qué? —Pregunté sin nada de paciencia, no iba a dejar que nadie hiciera daño a mi impronta, y mi lobo estaba de acuerdo.

—Lisa puede quedarse en el estado en el que está para siempre, es decir, morir. —Contestó Quil Senior totalmente serio. —O puede morir directamente si no es lo suficientemente fuerte para el poder que la luna tiene que darla.

Fin flashback

Yo realmente pensaba que mi pequeña era fuerte, no habría problemas, no moriría, no se quedaría en este estado para siempre.

—Paul, ¿estás bien? —Preguntó Emily con suavidad evitando mirarme y concentrándose en la carretera, no sabía si contestarla o no, pero Emily era como una hermana para mí y necesitaba desahogarme con alguien.

—No, ¿y si mi pequeña se queda así? No quiero dejar de ver sus preciosas sonrisas, o escuchar cómo me llama lobito o me riñe por decir palabrotas o ser demasiado bruto... Eme, mi pequeña es fuerte, pero yo no.

—Cielo, ambos sois fuertes, y Lisa volverá a ti, confía en la magia. —Susurró mientras me sonreía de lado, pero tenía un poco de razón, debía confiar en que los jodidos ancestros no se llevaran a mi pequeña con ellos y me dejaran solo de nuevo, ya había pasado por esa mierda antes, mi madre era lo que más quería, pero se la llevaron cuando solo tenía seis años, y ahora que vuelvo a abrir mi corazón... ¡Jodidos ancestros!

Emily aparcó cerca de la base de la montaña, a la cual no se podía pasar si no eras Quileute. Emily y yo comenzamos a andar hacia la piedra Plata, era una piedra totalmente rara, todas las piedras del lugar eran grises, negras... Pero esta piedra era blanca y brillaba, y además de que era totalmente plana, ahora entendía por qué.

—Paul, coloca a Lisa sobre la roca. —Dijo Billy mientras me sonreía para tranquilizarme, no iba a transformarme antes de ver que mi impronta estaba bien, mi lobo no quería hacer nada hasta saber que estaba a salvo de nuevo. Coloqué a mi pequeña sobre la roca y esperé las demás instrucciones, pero no me dijeron nada y pude ver a Sue, Emily y Kim colocar piedras grises alrededor de Lisa, era jodidamente extraño, pero mi pequeña se veía hermosa.

—Paul, ven aquí. —Dijo Quil Senior. —Ponte ahí y coloca tus labios sobre su frente, justo en el crepúsculo, ¿de acuerdo?

Asentí y me puse a la cabeza de Lisa y esperé a que el sol cayera sobre el fondo, donde veía el mar, esto a mi pequeña le va a encantar cuando despierte, porque lo va a hacer, va a ser fuerte y va a ser la loba más preciosa del jodido mundo. Cuando comenzaba el atardecer me incliné sobre la cabeza de Lisa para que, justo cuando comenzara el crepúsculo juntar mis labios en su frente, y así hice cuando todo se oscureció y apareció la luna. Nada más besar su frente algo se iluminó dentro de la piedra, pero no me separé y esperé a ver qué ocurría mientras la manada, el consejo y las improntas estaban agarrados de las manos a nuestro alrededor.

Comenzaron a hacer canticos antiguos Quileute, los que nos enseñan cuando somos unos críos, y conforme iban cantando, la luna parecía más y más jodidamente enorme.

Lisa comenzó a brillar, y cuando iba a preguntar por qué, Billy me hizo una seña para que siguiera con los labios sobre la frente de mi pequeña, quien comenzó a levitar sobre la piedra, haciendo que yo también me elevara en el aire. Mi beso se rompió y mi pequeña y yo nos pusimos cara a cara sobre la roca, en el aire mientras girábamos suavemente, hasta que una luz cegadora hizo que no viera una mierda más y cuando me quise dar cuenta estaba a cuatro patas sobre la roca plata, y, frente a mi había una loba blanca y más pequeña que la loba de Leah, pero esta preciosa loba blanca tenía los ojos de mi pequeña.

Te amo, lobito. —Susurró dentro de mi pequeña la voz de Lisa.

Yo también te amo, pequeña lobita. —Dije totalmente feliz, por lo que comencé a aullar a la luna que me había traído tanta felicidad, mi pequeña se puso a aullar a mi lado y al instante la manada estaba haciendo coro a nuestros aullidos.

Bienvenida a la manada, Lisa. —Dijo Sam mientras dejábamos de aullar y corríamos por el bosque, ¡era la primera carrera de mi pequeña!

Gracias, Sam. —Susurró mi pequeña impronta totalmente avergonzada, pero esa vergüenza se quedó en segundo lugar, todos los tíos empezaron a pensar lo mismo.

Lis, ¡nos estás hablando! —Dijeron Jared y Embry a la vez provocando las risas de todos, incluida la de mi pequeña lobita.

¡LISA SABE HABLAR! —Exclamó Quil entre las risas de Collin y Brady. A partir de ahora, la manada iba a cambiar, ahora contábamos con el poder de la "loba luna" y por fin entendía el por qué los lobos aullábamos a la luna.

CURA MIS HERIDAS |PAUL LAHOTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora