Capítulo 14

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—¿Su qué? —Pregunté con el ceño fruncido mientras mi pequeña se quedaba mirando al tío ese en con el rostro en blanco hasta que se levantó y salió corriendo hacia su cuarto, me levanté enseguida y seguí a Lisa, cuando intenté abrir la puerta no pude. —¿Pequeña? Abre la puerta, por favor, soy yo, Paul.

Seguí tocando varios minutos hasta que mi paciencia, que nunca ha sido mucha, se agotó, por lo que le di una patada a la puerta rompiéndola, entré y no había nadie, ¿Dónde cojones está mi pequeña?

—¡Paul! ¿Qué demonios has hecho en la puerta? —Exclamó Karen cabreada, pero al verme la cara, se cayó y entró rápidamente al cuarto de Lisa, y al no verla salió y me miró. —Ve a buscarla.

—No me lo digas dos veces. —Dije en voz baja mientras salía por la puerta de atrás corriendo mientras veía de reojo a Jared siguiéndome y a Tom hablando con Adam, pero ahora mismo no podía pensar en el tío ese, ya me ocuparía más tarde de saber si era peligroso o no para la seguridad de mi pequeña. Mi lobo estaba ansioso, mi impronta aún no estaba recuperada y la tenía lejos, por lo que, cuanto más nos alejábamos más crecía una rara presión en el pecho que dolía, y mucho. De un salto me transformé y pillé a Quil y Embry de guardia.

Hermano, ¿qué ha pasado? —Preguntó Embry, así que le mostré mis pensamientos de mi pequeña huyendo por la ventana del cuarto, al instante, Quil aulló y Sam apareció rápidamente viendo los pensamientos de todos.

Quil y Embry, perímetro de la Reserva —Ordenó Sam y planificaba un plan para encontrar a mi pequeña. —Jared, conmigo en el perímetro de Forks, mientras Paul busca el aroma de Lisa desde la ventana.

Corrí rápidamente de vuelta a casa de los Cameron y pude escuchar que estaban los padres de Jared con el tal Adam en el salón, por lo que no había problemas para que me pudiese ver. Corrí por el patio y encontré el olor de mi pequeña, que no se dirigía al bosque, su aroma iba hacia el camino delantero, como si se hubiese ido a pie a pasear por las calles de la Reserva.

Deberías seguirla como humano. —Sugirió Sam. —Si la vemos aullamos.

Vale, gracias alfa. —Dije antes de volver a mi cuerpo humano, me puse unos vaqueros recortados y mis deportivas y me dirigí al camino por el cual se había ido mi pequeña, para la próxima vez debería implantarla un puto chip en el culo... Así dejaría de huir de mi de una puta vez. Seguí su rastro hasta una casa enorme, de las más grandes de la Reserva, destinada para la gente con más dinero... Seguramente esta fuera su casa, ¿cómo es que nunca me había cruzado con ella por la Reserva?

Vi que la puerta estaba abierta, por lo que no pasaría nada si me pillaban entrando en una casa ajena. Nada más entrar pude notar el olor al polvo, hacía tiempo que nadie limpiaba. En la entrada había una foto, un retrato familiar, la cogí y la restregué contra mi pantalón para intentar limpiar el polvo, la miré bien y pude ver a Lisa con unos seis años sentada sobre un hombre muy joven, debería ser su padre, se parecía un huevo a él menos por los ojos, que eran idénticos a los de su madre, la mujer que vi en el suelo con un disparo. Dejé la foto en su lugar y pude escuchar un corazón en el piso de arriba, seguí el corazón de mi pequeña hasta que la vi sentada sobre lo que debería ser su antigua habitación, estaba abrazándose las piernas, por lo que no se había dado cuenta de que yo estaba ahí.

—Pequeña. —Dije en un suspiro de alivio asustándola, al verme palmeó la cama a su lado para que me sentara ahí, avancé por su cuarto y me senté envolviéndola en mi abrazo y sentándola sobre mi regazo. —¿Podrías dejar de huir de mí?

—Lo siento. —Susurró contra mi cuello enviándome un estremecimiento a todo el puto cuerpo, ¿cómo seguir enfadado cuando hacía eso? Simplemente irresistible. Me quedé observando el cuarto de mi pequeña, era realmente una muestra de su personalidad, lleno de premios de baile y canto, con un millón de libros, carteles de películas de Disney y varios peluches... Todo demasiado dulce y puro, como mi pequeña.

—¿Sabes que conozco a Adam? —Preguntó en posición fetal sobre mí, tenía los ojos cerrados y parecía muy vulnerable, pero por suerte, yo siempre la protegería. —Lo vi hace un año en casa, cuando volvía de clase, estaba saliendo de casa y solo me sonrió, es igual a papá, no sé cómo no me di cuenta entonces.

—¿Es buen tío? No quiero que te intente secuestrar o algo así, solo puedo tolerar un secuestro y ya ha pasado. —Dije con un tono de broma, pero a mi pequeña no le hizo mucha gracia, solo me miró con sus preciosos ojos y me dio un beso en el pecho, justo sobre mi corazón.

—Es buena persona, me gustaría conocerlo, es lo único que me queda de papá. —Susurró de nuevo mi pequeña mientras sacaba del bolsillo de su chaqueta una carta.

—¿Qué es eso? —Pregunté mirando el sobre, parecía de algún abogado, o alguna mierda así.

—Es la herencia de papá, pone que en caso de que les pasara algo a mamá o a él, Adam vendría a cuidarme, es mi hermano, y con esta carta, en la que somos los dos los herederos... También dice que debemos vivir juntos.

Me quedé quieto asimilando cada palabra que salía de la dulce boca de mi pequeña, eso significaba que tendría que dejar de vivir con los Cameron y vendría a esta casa llena de recuerdos a vivir con un completo extraño, ¡mierda! Después de estar abrazados en el antiguo cuarto de Lisa, decidimos ir a la Policía para hablar con el jefe Swan sobre la puta última voluntad de Aiden Grey. Al llegar, Charlie llamó a Karen y a Tom, que vinieron con el hermano de Lisa, quien pidió hablar a solas con ella nada más llegar.

—Ni lo sueñes. —Gruñí mientras me ponía delante de ella para protegerla, pero Lisa me puso su mano en mi pecho para relajarme y señaló su garganta. —Y, además, no puede hablar.

—¿Por qué? —Preguntó el tipo este con el ceño fruncido, como si de verdad le importara algo mi pequeña. —Siento no haber venido antes, pero me enteré ayer de todo.

Mi pequeña lo sonrió levemente y todos nos sentamos para hablar de lo que ocurriría, pero a cada palabra del imbécil este, me caía peor, y encima se ganaba sonrisas de mi pequeña, ¿pero qué cojones hacía este imbécil? Al final, y pese a mis quejas, se decidió que Lisa y Adam vivieran juntos en la casa de los Grey, ósea la suya, se irían mañana... No podía dejar que mi pequeña viviera con míster sonrisas... ¡Jodido gilipollas!

Esa noche me tocaba guardia con Jared, por suerte, mi pequeña dormiría por última vez en casa de los Cameron, luego se iría con el imbécil de Adam "sonrisa para Lisa" Grey... ¿De qué cojones iba?

Hermano, eso son celos, Adam parece un buen tipo. —Dijo Jared riéndose de mis celos, pero no lo eran, solo me jodía que no parara de sonreírla. —Definición de celos: sentimiento que experimenta una persona cuando sospecha que la persona amada recibe cariño por otra... No sé, Paul, creo que estás celoso.

Jodido diccionario peludo. —Gruñí mientras corría por la montaña norte totalmente ansioso por mi pequeña. Después de una guardia terriblemente larga, llegué a casa de los Cameron a las nueve de la mañana, y si al nerviosismo por estar alejado de mi pequeña se le sumaba el hambre y el sueño, estaba literalmente, de un humor de perros que no mejoró cuando vi a mi pequeña desayunar con el jodido Adam.

Este imbécil me iba a poner a prueba.

CURA MIS HERIDAS |PAUL LAHOTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora