-Capitulo 18. Memorias de Okinawa (Parte 1). -

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--Estar junto a ti, experimentar nuevas experiencias, nuevos contactos cuerpo a cuerpo... Es lo que anhelo de esta nueva oportunidad que me ofrece el amor. -- 

-Ya han pasado varios días y aun no liberan la lista con las calificaciones.  

-Estoy poniéndome nerviosa.  

-Me sorprende de ti, Juvia.  

-No es por miedo a reprobar, sino porque de no tener calificaciones aprobatorias, mis padres no me dejarán ir al viaje escolar de este año.  

-Pero si eso te lo dijeron el año pasado y al final si fuiste.  

-Si, pero esta vez mi madre me la sentenció.  

-Y eso que no vives con ellos.  

- (Abriendo la puerta) A sus lugares, todos.  

- ¡De pie! ¡Inclínese!  

-Bien, antes de comenzar la clase. Adelante, por favor. 

-Mamá, ¿Qué haces aquí?  

-Más respeto, Juvia. Que no se te olvide que soy tu madre.  

-Pero... 

-Cite a sus padres con el objetivo de presentarme ante ellos y hablarles un poco sobre su desempeño en este parcial. 

- (¿No es muy antiguo eso, ya?).  

- ¿No piensas cederle el asiento a tu padre?  

-Padre, pensé que estarías trabajando.  

-Termine antes de lo pensado, además tu profesor me dijo que no me arrepentiría de venir.  

- (Creo que mi tío no debió hacer esto. Lucy se pondrá muy triste). 

- ¿Sucede algo, hijo?  

-Abuela, ¿En qué momento? 

-Estabas tan pensativo, que no quise molestarte. 

-Creí que volverían hoy a casa. 

-Natsu nos habló de la reunión de padres e hijos que llevaría a cabo el día de hoy; no podíamos permitir que estuvieras solo el día de hoy.  

-Abuela... (Parándose) Tome, siéntese.  

-Agradezco...  

-Disculpe el retraso, profesor Natsu.  

-No hay problema, señora. Apenas iba a comenzar la reunión.  

-Lucy...  

-(Volteando) ¿Tía Anna? Pero, ¿Cómo es qué?  

- (Leve sonrisa) Bien, creo que ahora si podemos comenzar con la reunión.  

- (Él, ¿La contactó?) ¿Gusta sentarse?  

-Gracias.  

-Antes que nada, me disculpo por la premura de esta reunión, pero... Tenía deseos de conocer a los que están detrás de estos jóvenes, de los que día a día los motivan a venir a la escuela y forjarse un futuro prometedor: Los padres.  

-(Susurrando) Yukari, ¿Por qué no me dijiste que tu nuevo profesor era tan guapo?  

-Mamá.  

-También, quería que ustedes me conocieran y esclarecerles ciertas dudas que tengan en cuestión sobre la educación de sus hijos.  

-(Susurrando) Me gustaría saber si es casado.  

En mi mundo... En tu mundo |Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora