-Capitulo 25. A pesar de todo, te amaré. -

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--Por ahora mi corazón llora, pero estoy seguro que algún día dejará de hacerlo y podrá sonreír ante tu felicidad, aunque sea a lado de otro ser igual de imperfecto que yo. --

-Yukino, lleve al joven Sting a la enfermería. No podemos darnos el lujo que alguien de la mesa directiva lo vea así.

-Si, profesor. Vamos, Sting.

-Yo...

-Déjalos, ya tendrás oportunidad de hablar con él con más tranquilidad.

-Está bien, con su permiso profesor.

-Tío, dime una cosa.

- ¿Sí?

- ¿Lucy es realmente feliz a tu lado?

-Trato de que lo sea. Se que ha sufrido mucho en la vida y quiero que sonría más de lo que ha llorado a lo largo de su vida.

-Entonces es una guerra perdida para mí.

-August.

-Necesito tiempo para pensar. (Se levanta) Mi mente y corazón no están coordinados por ahora.

-Lo sé y lo comprendo.

- ¿Puedo irme con los abuelos por un tiempo?

-Si es lo que deseas. Hablaré con ellos.

-Gracias y tranquilo, no estoy enojado contigo. Por mucho que me duela, no puedo enojarme con la persona que ha traído tranquilidad estos últimos meses a mi vida.

-Lo siento, no era mi intención herir a la persona que más me importa en este mundo después de mis padres.

-Estoy consciente de ello, tío. Por ello, lo mejor será tomar un poco de distancia; al menos hasta que mi corazón lo procese y, para no cometer una locura de la que pueda arrepentirme en el futuro.

-Está bien, vamos a casa. Me imagino que querrás escuchar cómo se dieron las cosas.

-Si, lo deseo.

-Mientras Tanto...

-Listo, sus heridas han sido curadas.

-Gracias, doctora.

-Trate de ser cuidadoso en el futuro, joven.

-Si, con su permiso.

- ¿Te encuentras bien?

-Solo me arden un poco las heridas.

-No me refiero a eso, Sting.

-...

-Te peleaste con el que ha sido tu amigo por mucho tiempo.

-Sabía de antemano la reacción que tendría cuando supiera lo del profesor Natsu y Lucy.

-...

-Aun así, algo en mi interior no podía permitir que los lazos de ellos se rompieran. Creí ingenuamente que esto podía solucionarse con un puñetazo.

-Eso es algo que el profesor tendrá que solucionar, no nosotros. Lo que si nos corresponde es pedirle una disculpa al joven August por callar, explicándole nuestros motivos.

-Es verdad, aunque para mí ya es tarde.

-Nunca se es demasiado tarde para corregir tus palabras y recobrar la amistad.

-Yukino.

- (Estira su mano) Toma, espero que te gusten.

-Son galletas.

En mi mundo... En tu mundo |Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora