-Capitulo 21. Memorias de Okinawa (Parte 4)-

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--Mi corazón nada en este basto y cálido mar, se sumerge en este sueño llamado amor correspondido, y despierta para revivir aquello que se había extraviado. --

- ¡¿El profesor Natsu se te declaró?!

-Juvia, si gritas de esa manera, todas nuestras compañeras se enterarán.

-Es que.... Estoy tan feliz por ti.

-Felicidades, Lucy.

-Gracias, Yukino. El profesor Natsu fue tan romántico.

-Me lo imagino.

- ¿Nadie noto mi ausencia?

-No, todos creyeron que te viniste a dormir.

-Que bien.

-Cuatro días después-

-Es increíble, ya solo nos quedan dos días en este paraíso.

-Pues ni tan paraíso, Sting.

- ¿Por qué lo dices, August?

-A parte de que no me he atrevido a confesarle mi sentir a Lucy.

-A parte de eso.

- ¿Viste a Juvia ayer?

-No, Yukino me dijo que esta se sentía algo mal.

-Esta se quedó bajo los rayos del sol por mucho tiempo y ahora está igual de roja que una fresa.

-Que dolor.

-Si, la pobre se tendrá que quedar encerrada lo que resta de la semana.

-Pobre, aunque me encantaría ir a verla.

- ¿Para qué te burles de ella y luego recibas un puñetazo de su parte? Yo que tú, lo olvidaría.

-Tienes razón, ¿Y Takeo? No lo he visto tampoco.

-Veo que no estas enterado de nada y todo por estar con la señorita Yukino.

- (Leve sonrojo) ¿Me vas a decir o no?

-Pues resulta que Takeo y algunos compañeros de otros salones, se salieron del hotel anoche.

- ¿Y eso que tiene de malo?

-Se fueron a un bar y no regresaron hasta hoy en la madrugada.

- ¿En serio?

-Si, y eso no es lo peor.

- ¿Hay más?

-Lo peor fue cuando se encontraron a mi tío en la entrada del hotel.

-No me imagino que les habrá dicho.

-Pues...

-Veo que se divirtieron mucho anoche.

-Profesor Natsu.

-Tanto que algunos no pueden sostenerse por cuenta propia.

-...

-Bien, ahora que se divirtieron, proseguiremos con su castigo.

-Pero profesor...

-Joven Takeo, déjeme terminar.

-...

-Bien jóvenes, tienes dos opciones: Ser castigados por mi o que ahora mismo, vaya a la habitación de la profesora Erza, le informe sobre su conducta y que sea ella la que los castigue.

-Oigan, si la profesora Erza se entera de esto, nos castigara el resto del año.

-Es verdad.

En mi mundo... En tu mundo |Finalizada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora