Capítulo XXIV

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—¿Cómo que Eleonor ha sido atacada? —preguntó Priscilla sorprendida. Había estado con ella tan solo unos minutos antes.

—Su hija lo ha hecho —Respondió Karen

—Karen ¿Cómo puedes decir eso?  —Albert frunció el ceño —no olvides que estas hablando de mi hermana.

—Y tú no olvides que quien está allí adentro muy mal herida, es mi madre —respondió la castaña con acidez.

—Eso es imposible —Priscilla abrazó a su hija —dejamos a Candice en compañía de Annie y luego nos dividimos, Eleonor se dirigió a tu habitación y nosotros a la de Albert.

—¿Cómo que con Annie? —Karen achicó los ojos y miró a Terry —no se suponía que estaba en....

—Basta Karen —la interrumpió Richard lanzándole un fulminante mirada para impedir que cometiera una indiscreción. Le hizo luego una señal a Terry para que permaneciera en silencio, si decía que Candice no estaba con Annie sino en su habitación, Candy quedaría como una mentirosa ante sus padres y él como un solapador. Aunque esto último fuera cierto, no iba a permitir que eso sucediera.

—Aunque mi hermano y mi padre estén de tu lado, —se dirigió a Candy —sé perfectamente lo que vi —Karen se plantó frente a la puerta de la habitación donde atendían a Eleonor.

—Entiendo como te sientes Karen —Priscilla le habló con suavidad —yo en tu lugar estaría igual, pero te aseguro que mi hija sería incapaz de hacer algo tan monstruoso.

—Yo la vi —los ojos de Karen se aguardaron —y otros alumnos también lo hicieron.

—¿En verdad crees que si Candy le hubiese querido hacer daño a Eleonor lo habría hecho frente a ti y todos esos chicos que aseguran haberla visto?

Karen guardó silencio

—Es mas que evidente que alguien está tratando de inculpar a Candy de la misma manera como lo hicieron hace años.

Las palabras lógicas de Priscilla se incrustaron en la cabeza de Karen.

Terry se acercó a ella, la tomó por los hombros, la apartó de todos y le habló en susurros:

—Ya te he dicho que Candice estaba conmigo a la hora que según tú, atacó a nuestra madre.

—¿Y qué hacía en tu habitación, cuando la señora Ardley dice que estaba con su amiga Annie? —le preguntó Karen en un susurro.

—Eso es algo ajeno a tu interés, entrometida.

—Estas muy equivocado, Terrence —Karen apretó los dientes y lo miró fijamente —No permitiré que ingrese sino me dices que hacía en tu habitación —dijo con determinación.

—Por un demonio Karen —Terry perdió la poca paciencia que tenía —si en verdad te preocupa el estado de nuestra madre, deja pasar a Candy.

—No lo haré.

—Permíteme ingresar a la habitación y salvar la vida de la señora Eleonor —Dijo Candy con seriedad acercándose a ellos.

—Si claro, primero la tacas y ahora seguro quieres limpiar tu conciencia.

—Escúchame bien Karen, yo responderé todo lo que quieras saber, pero será después.

—Candy no tienes por que darle explicaciones a esta...

—Está bien Terry —Candy lo interrumpió y sonrió dulcemente —No tengo ningún problema en responderle a tu hermana que hacía en tu habitación; claro, nuestra charla será en privado.

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