Capítulo XXV

1K 123 69
                                    


—Conozco lo curiosa y peligrosa hechicera que eres —le susurró al oido las mismas palabras que ella pronunciara la primera vez que se vieron, provocando que Candy se estremeciera.

—Y no temes que te muerda o te transforme en un animal espantoso —respondió ella siguiendo su juego de palabras.

—Mmm, —musitó él olfateando su cuello —el que me muerdas es una amenaza tentadora.

—Dudo mucho que quieras probar el poder de mis dientes.

—Depende de donde quiera enterrarlos —Terry se mordió los labios para evitar reír al notar el sonrojo de sus mejillas.

—¿Qué haces? —preguntó cuando sintió que le vendaba los ojos.

—Evitar que eches a perder mi sorpresa —respondió él besando su cuello y alzándola luego entre sus brazos. Había llegado justo a tiempo para evitar que su curiosa novia descubriera todo, antes de lo provisto.

—Hemos llegado —la bajó de sus brazos —no abras los ojos hasta que yo te lo indique —dijo antes de removerle la pañoleta que había utilizado.

—¿Por qué tanto misterio? —preguntó ella con una sonrisa.

—Abre los ojos y descúbrelo tú misma.

—Terry —los ojos de ella se cristalizaron al ver la manera como él había transformado aquel lugar en donde se conocieron. Y vaya manera de hacerlo.

Ambos sonrieron al recordar ese momento.

—Es una pena que ahora tengas tanta ropa encima —la embromó él

—No hables tan alto o ella te escuchará —dijo dirigiendo su mirada a Dorothy que tocaba el arpa. —lo planearon muy bien —sonrió —me distrajiste para darle el tiempo a ellos de llegar antes que nosotros.

—¿Te gusta?

—Me encanta —lo abrazó.

Cada uno de sus amigos hizo el papel que le tocó representar, desde mozos hasta sirvientes y todo por una buena causa. La cena romántica de sus amigos.

Comieron en silencio y cuándo terminaron, Terry hizo una señal, Dorothy se puso de pie y se unió a los demás. Segundos mas tarde, todos se alejaron para cederles privacidad.

Terry hizo un movimiento con sus manos y todo se transformó en una lugar mas íntimo.

Luego de brindar por un futuro prometedor se unieron en un beso el cual desató la pasión de ambos.

Terry cerró la casa campaña y con delicadeza, le hizo el amor a Candy luego que ambos se desvistieran. La entrega fue total, sus corazones y almas se fundieron en uno solo.

—Desearía que este momento fuera eterno —musitó ella besando su pecho desnudo.

—Puedo pedir tu mano y casarnos —besó sus cabellos —así cumpliré la promesa que te hice el día de tu cumpleaños número ocho y créeme que nuestros padres estarán encantados con la noticia.

—¿No crees que es demasiado pronto para dar ese paso? —preguntó ella apoyando sus codos en su pecho para mirarlo a los ojos.

—Es posible —besó sus labios —pero no creo poder vivir separado de ti mucho tiempo —la miró —¿No te pasa lo mismo?

—Si —respondió ella sonrojándose al imaginar cómo serían sus noches juntos —pero creo que lo ideal será terminar nuestros estudios primero.

—Tanto tiempo

—No seas exagerado, solo son tres años, además podemos darnos unas escapaditas de vez en cuando —le guiñó un ojo cómplice

—Tienes razón —besó su frente —pero debemos hablar con nuestros padres para que estén al tanto de nuestros planes futuros —acarició su rostro con ternura.

Mi Nueva VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora