¿Y si Ahsoka viera a su maestro al poco de que este muriera?
¿Qué pasaría si Anakin nunca se hubiese pasado al lado oscuro?
¿Qué pasaría si Ahsoka se hiciera cargo de Luke y Leia tras el inicio del imperio?
¿Y si la orden nunca hubiera prohibido los...
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-¿Otra vez tú? -Preguntó con un poco de hostilidad la rubia mientras seguía caminando por los pasillos de aquel refugio improvisado.
A sus espaldas un joven Obi-Wan la seguía mientras vigilaba que nada malo pudiera ocurrir.
-Te dije que te protegería-Respondió el Jedi llegando a su lado.
-También dijiste muchas más cosas-Atacó la chica sin ni siquiera mirarle, la tensión ya era claramente notoria como para estar agravándola.
-No mentía-Dijo en tono calmado el padawan, aunque la realidad en su interior era otra cosa.
-¡¿Qué quieres de mi?! -Preguntó Satine molesta parándose.
Antes de que Obi-Wan pudiera contestar, varios guardias mandalorianos irrumpieron en el pasillo.
-¿Algún problema duquesa? -Preguntó uno de ellos.
-Ninguno-Respondió tras unos segundos mirando fijamente al chico.
Tras decir aquello, Satine, se giró y emprendió el camino a su cuarto, necesitaba descansar.
El día siguiente fue un completo desastre, habían sido descubiertos por el enemigo, tan sólo les quedaba huir nuevamente.
-¡Obi-Wan! -Gritó Qui-Gon mientras defendía los disparos-¡Llévate a la duquesa!
El padawan, obediente, corrió hacia la chica y la agarró del brazo haciéndola avanzar hacia un speeder que había por allí.
-Agárrate-Dijo el chico mientras arrancaba.
-Está claro que me agarraré, no me apetece caerme-Gritó Satine a la defensiva, no le gustaba que le diesen órdenes, menos si eran tan absurdas como esa.
Obi-Wan esquivaba a dos enemigos que le perseguían mientras pedía paciencia a la fuerza, aquella mujer conseguía acabar con ella en segundos.
-Nos están alcanzando-Avisó la mujer, los que les perseguían iban rápidos, mientras que el jedi apenas pisaba del todo el acelerador-Agradecería que fueras más rápido.
-Yo agradecería que me dejastes actuar-Dijo él girando a la derecha de repente, los dos a la espalda tuvieron que tardar más en girar debido a su velocidad, consiguiendo así despistarlos.
Obi-Wan se adentró en las zonas montañosas mientras que procuraba ascender en ellas, con suerte habría alguna cueva para resguardarse.
Tras un buen tiempo por fin encontraron un refugio donde esconderse, Obi-Wan entró primero con el sable encendido en alto y así ver el lugar.
Satine esperaba fuera mientras frotaba sus brazos, empezaba a oscurecer y el frío comenzaba a notarse en el ambiente, sobre todo en aquella altitud.
La joven miró el vehículo, el cual tenía varias bolsas atadas a sus laterales. Con impaciencia las abrió encontrando alimentos y medicamentos, también había una manta entre ellos.
