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CAPÍTULO 50: "CASI ..."

Zhou Xiang sintió un escalofrío al escuchar esa voz, ¡cómo ... cómo podía ser él!

Inmediatamente recordó que el lugar donde había colocado la llave de repuesto no solamente lo conocían él y Yan Mingxiu, había otra persona que también lo sabía y, ese era ... ¡Lan Xi Rong! que en aquel entonces siempre se la pasaban juntos y siempre venía a su casa de vez en cuando.

Una vez, Zhou Xiang estaba demasiado ocupado y Lan Xi Rong había venido a su casa por casualidad, Zhou Xiang amablemente le dijo la ubicación de la llave de repuesto, de todos modos, confiaba demasiado en Lan Xi Rong en aquel momento, y además no había nada valioso en su casa. Esa fue la única vez que se lo dijo, y siempre estaba en casa cuando Lan Xi Rong iba de visita, por lo que hace tiempo lo había olvidado.

No fue hasta que se encontró con Lan Xi Rong en este extraño momento que de repente lo recordó. 

¿Qué se podía hacer al respecto?

Lan Xi Rong encendió la luz de la sala, lo primero que pensó fue que se había metido un ladrón. Efectivamente, había un hombre con una gorra, gafas oscuras y una mascarilla que le cubría casi todo el rostro, tumbado en el suelo, tratando de cubrirse fuertemente, y al caerse, también se le habían caído varios billetes de cien yuanes de su bolsillo.

Lan Xi Rong estaba tan enfadado que gritó: "¡Cómo te atreves a venir aquí a robar algo, hijo de puta!" Se precipitó de un solo, sin darle siquiera la oportunidad de reaccionar a Zhou Xiang, mientras le pisaba cruelmente la pantorrilla.

Zhou Xiang soltó un gruñido ahogado, tan doloroso que casi gritó.

Lan Xi Rong se agachó y estaba a punto de levantarlo, pero rápidamente recordó que había una  maceta y agarró un puñado de tierra, sin dudarlo, se lo aventó en la cara de Lan Xi Rong. 

Lan Xi Rong fue agarrado desprevenido, estaba indefenso sin poder abrir los ojos de inmediato.

Zhou Xiang aprovechó la oportunidad para levantarse y lo tiró al suelo con una patada, luego saltó por encima de él con un gran paso y salió corriendo despavoridamente. 

Los ojos de Lan Xi Rong estaban llenos de tierra, mientras sus lágrimas caían, apenas pudo forzar la vista para ver la parte posterior del ladrón huyendo por la puerta, mientras ligeramente agarraba su pierna, pero esa figura, Lan Xi Rong vagamente sintió que la había visto en alguna parte.

Zhou Xiang corrió hacia el exterior del barrio a toda velocidad, bajó las escaleras cuando vio ligeramente que varios departamentos vecinos habían encendido sus luces, presumiblemente se habían despertados tras oír el escándalo.

Mientras corría, se quitó el cubre boca y la tiró al cubo de la basura, todo esto era lo que había traído mientras se aproximaba al barrio, la mayoría de la gente del barrio estaba dormida en ese momento, pero todavía había gente en la calle, y verlo equipado de tal forma podía hacer que la gente sospechara fácilmente.

Se sentía aliviado cuando corrió varios cientos de metros y se giró solo para confirmar que Lan Xi Rong no venía tras de él.

Su corazón latía con fuerza, como si estuviera a punto de salirse de la garganta, Zhou Xiang nunca había estado tan nervioso en su vida. No podía imaginar cómo se explicaría si Lan Xi Rong lo descubría en este mismo instante, ¿le contaría la verdad?

El corazón de Zhou Xiang se aceleró al pensar en esa posibilidad, ¿tal vez, Lan Xi Rong podría creerle? 

No, uno no puede aferrarse a ese tipo de ilusión ... La razón por la que Zhou Xiang no se atrevía a dejar que nadie lo supiera era en gran medida por su propia protección, lo impensable como esto, una vez que los demás lo supieran, ¿qué tipo de impacto le traería? Era algo que no podía predecir en absoluto. Aunque todavía confiaba en Cai Wei y Lan Xi Rong, no se atrevía a correr tal riesgo.