Capitulo 11

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         Onceava semana de cuarentena



— ¡Ben, eres un idiota, ¿cómo crees que sería capaz de engañarte con Niall? ¿Es en serio? ¿Con él? Ni siquiera lo conozco! — grité enojada mirando a Ben sentado en el sofá con los brazos cruzados y serio.

— ¿Y por qué te envía mensajes? — sonrió enojado

— PORQUE HAREMOS UNA CANCIÓN JUNTOS — grite y camine enojada hasta la habitación donde cerré la puerta de un golpe y me coloque seguro.

Niall Hogan me envió un mensaje por WhatsApp para invitarme a salir y tomar algo cuando termine la cuarentena así podríamos hablar de la canción que cantaríamos juntos.
Ben llego a leer solo la parte que me invitaba a salir y enloqueció.

— Amor, bebé abre la puerta — sentí la voz de Ben detrás de la puerta

— Déjame sola — conteste, me metí en el baño y deje correr el agua en la bañera blanca.

Me desnude y metí en la bañera, dejé que mi cuerpo se relajara.

— No, quiero estar sola — hablé con los ojos cerrados al escuchar la puerta del baño abrirse, sabía que Ben había buscado la llave para entrar a la habitación y luego al baño.

— Amor perdóname, no quería ponerme así — susurró

— Vete Ben, quiero estar sola.

Sentí que cerró la puerta, suspiré y me relaje.

Estuve media hora metida ahí, me envolví con una toalla negra y salí encontrando a Ben sentado con las piernas flexionadas hacia su pecho en la cama.

— Amor — intento hablar

— Shh

Busque ropa que ponerme en mi closet, primero me coloque una braga rosa debajo de la toalla.

— Aquí está mi camiseta

Lo ignoré, me quite la toalla y me colque una vieja camisa negra mía sin sostén debajo. Me coloco mis pantuflas y fui a la cocina. Cuando estoy molesta me gusta cocinar con chocolate, el olor me calma.

— Amor, no me ignores — Ben siguió mis pasos

Comencé a preparar un pastel de chocolate, relleno de mousse de chocolate y cubierto de chocolate, algo parecido a lo que come Bruce en "Matilda".

— Amor — sentí a Ben rogar detrás mío

— Ahora no, Benjamín.

Comencé haciendo el mousse de chocolate mientras Ben me observaba sentado enfrente mío observando cada uno de mis movimientos con sus ojos de cachorro abandonado.

Sentía su mirada en mi trasero cada vez que giraba, me quede solamente en bragas y camiseta sin sostén para provocarlo.
Comencé a hacer el bizcochuelo de chocolate para luego meterlo en el horno.

— Cariño ¿podemos hablar? — Ben preguntó

— No.

Me aleje un poco dándole la espalda para derretir el chocolate en barra en baño-María esperando a que el bizcochuelo se hornee

— ¿quieres que te ayude en algo?

— No.

Media hora más tarde termine de colocarle el chocolate derretido como decoración. Abrí el refrigerador sacando el último pote de Nutella que quedaba, lo coloque en una manga pastelera y decore las orillas del pastel.
Al terminar lo coloque en el refrigerador para que se enfríe más rápido mientras tanto comencé a lavar los utensilios que utilice.

Demore unos diez minutos en terminar de lavar todo, saqué el pastel del refri y lo deje en medio de Ben y mío. Saqué dos platos pequeños, dos cucharas y partí dos pedazos del pastel. Deje un plato enfrente de Ben y el otro comencé a comerlo yo enfrente del rubio.

— Amor, perdóname, no quise ponerme celoso por ese otro rubio

— Es castaño pero continúa — lo interrumpí

— Leí el mensaje donde te invitaba a salir después de la cuarentena y enfurecí, pensé que hablaban hace mucho porque tenía tu número de teléfono

— John se lo dió

— Lo lamentó ¿si? — Ben tomó mi mano encima de la mesa y me hizo un puchero — tuve miedo de perderte, no quiero perderte Idara, eres lo mejor que me pasó, eres el amor de mi vida y me moriré si decides algún día dejarme

— Está bien, te perdono —le sonreí — también moriría si algún día decides dejarme

— Entonces no te vas a morir porque estaremos juntos hasta que tengamos bisnietos — beso mi mano

— Espero que así sea — sonreí feliz mientras nos abrazábamos para luego besarnos tiernamente.

— Te amo — murmuro sobre mis labios

— Te amo — contesté

— Ahora vamos a la habitación, tendremos sexo de reconciliación — agarro mis piernas haciendo que las envuelva en su cintura — tendremos tres rounds como te gustan — camino rápidamente hasta la habitación.

Cuarentena - Ben Hardy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora