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Capítulo dieciséis.

Quinceava semana de cuarentena.

Pasó una semana desde la primera segunda cita. Toda esta semana Ben me llevó a distintos lugares que fuimos cuando vinimos juntos por primera vez. Fue lindo recordar todo, fue lindo recordar como me enamoré de él.

Desde la primera cita quise perdonarlo pero tenía que ser fuerte y hacerlo sufrir un poco.
Ari estuvo de acuerdo luego de contarle todo lo que Ben me dijo.
Luego de la cita llame a Barb para ver cómo estaba, se largo a llorar y me contó cómo castigo a Ben y todo lo que sufrieron sin mi presencia y mis comidas.

Mis fans están tristes por el descanso que tomaré, la verdad no tengo ni idea que haré en el descanso, si comienzo de nuevo con Ben no sé si podremos hablar de la posibilidad de tener un bebé.

La puerta de mi habitación sonó y al abrir encontré a Ben.

— Hey ¿planeamos salir hoy? — fruncí el ceño.

— No, solamente necesitaba verte.

Mordí mi labio inferior nerviosa y me moví a un lado para dejarlo pasar a la habitación.

— Además... también quiero preguntarte una cosa.

Nos sentamos en la cama y espere a que hablara.

— Yo... voy a tomar un descanso después del estreno de esta película.

— Oh, eso es genial.

Mordió su labio — Quiero que estemos juntos, ambos estaremos en descanso, planeamos por mucho tiempo lo que haríamos después.

Sé que se refiere al bebé.

— No lo sé Ben, aún estás en prueba.

— Lo se pero es que — suspiró — no soy nadie sin ti, Idara. Cuando estuve con Katriona creí que ella era lo mejor pero cuando te conocí supe que estaba muy equivocado y que tú eres la indicada. Mi vida está vacía sin ti, no sé quién soy si no estás en mi vida. Contigo pude entender que realmente existen las alma gemelas.

Mis ojos estaban nublados de lágrimas.

— Te perdono — susurré entrecortada.

— ¿Que? — me miró incrédulo.

— Te perdonó — aclare mi garganta — solo no rompas mi corazón, por favor.

— Dios, Idara, me haces tan feliz. No romperé tu corazón nunca, lo tengo guardado en una caja fuerte y custodiado por dragones, no dejare que nada le pase.

Tomó mi rostro entre sus manos y pegó sus labios a los míos.

Oh mierda, como extrañé sus labios.

Correspondí su beso cerrando mis ojos y llevando mis manos hacia su cuello. Fue un excelente beso de reconciliación.

— Como te extrañe — susurró al sepáranos.

— Yo también — sonreí emocionada.

Nos abrazamos haciendo que caiga de espaldas contra la cama. Su cabeza quedó en mi cuello y no pude evitar pasar mis uñas por su cabello.

— Entonces... ¿quieres volver a ser mi novia?

— Claro que si — bese su frente.

Nos quedamos en silencio disfrutando de nuestra cercanía. Extrañe sentir su cuerpo junto al mío.

Todos estos días que salimos me demostró que me ama con todo su corazón y realmente me quiere en su vida. No soportaría otro día más sin poder besarlo.

— Podría quedarme todo el día así, me encanta tenerte entre mis brazos — murmuró sobre mi piel.

— Mmm — sonreí feliz abrazándolo más fuerte.

Ben se movió quedando su rostro frente al mío.

— No tienes idea de cuánto te amo Idara.

— Te amo Benjamin Jones Hardy.

Sonrió al escucharme y luego ataco mis labios con lo suyos.

[...] Al día siguiente.

— Se pondrá como loca al verte, ya lo presiento.

Estamos en el auto que Ben rento en camino hacia la casa de sus padres. Solamente iré de visita, mis cosas siguen en la habitación de hotel.

— Estoy nerviosa, es como cuando los conocí por primera vez.

— Le agradarás — me sonrió divertido.

— ¿Y si no? — bromee

Finalmente llegamos a la casa de mis suegros.

— ¡Llegue! — gritó — ¡y traje a mi nueva novia para que la conozcan! — me guiñó un ojo.

— ¿Como que nueva novia? Espero que no sea esa mujerzuela de las fotos Benjamin Jones, la única con derecho a pasar esa puerta es Ida...

Barb se interrumpió a su misma cuando me vió parada en la entrada al lado de su hijo mayor.

— ¡IDARA! — gritó y corrió a abrazarme — ¿vienes a quedarte? Por favor dime que si.

— Hola Barb — sonreí — no, vine solo a visitarlos.

— Oh, bueno luego hablaremos de eso. Te extrañamos tanto aquí.

— Y yo los extrañé a ustedes.

— Mamá ya suéltala — Ben despego a su madre de mi y luego pasó su brazo por mi cintura.

— ¿Volvieron? — se humedecieron sus ojos.

Ben y yo nos miramos para luego sonreír y asentir.

— ¡Idara!

— ¡Frank!

El padre de Ben se acercó a abrazarme mientras Barb sonreía feliz.

— ¡Volviste!

Mike corrió y se tiró a abrazarme con fuerza, reí y correspondí su abrazo.
Al separarnos observé cómo el menor se acercaba a su hermano y este le colocaba la mano en el hombro y se sonreían.
Elevé mis cejas al verlos, al parecer en este tiempo trabajaron en su relación.

Barb me invitó a cenar y no pude decir que no así que comenzó a preparar mi comida favorita mientras tanto Mike me enseñó cómo avanzó con su tarea de la escuela y Frank me mostró unos libros que compro por internet.

Por el rabillo del ojo observe como Ben sonreía orgulloso.

Al terminar de cenar nos quedamos sentados en la cocina platicando un poco.

— Oí que te retiras de la música por un tiempo — Mike hablo.

— Si, tomaré un pequeño descanso.

— ¿Ya planeaste que harás?

— Aún no — mire a Ben y el apretó mi muslo.

— Benny también se tomará un descanso, podrían hacer algo juntos — La rubia junto sus manos mirándonos esperanzada.

— Eso lo hablaremos nosotros, mamá

— Mmm creo que es hora de irme, no me agrada el recepcionista de turno noche, es un mal educado.

— Quédate — Frank me sonrió.

— Si, quédate. Sabes que la ropa de Ben es tuya, puedes usarla como pijama.

— Está bien, me quedaré — asentí.

Más tarde me encontraba en la cama de Ben con una camisa de él y mi ropa interior.

— No tengo palabras para describir como me siento cuando estás con mi familia, adoro que se lleven tan bien.

Le respondí con un beso apasionado. Minutos después nos dormimos en posición de cucharita.

Cuarentena - Ben Hardy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora