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Capítulo catorce.

Treceava semana de cuarentena.

Septiembre

Toda esta semana Ben ha estado llenando mi habitación de hotel con flores y chocolates. Su familia no deja de llamarme pero no les contesté. No tengo fuerzas para hablar con alguno de ellos.

John me dio esta semana libre cancelando las entrevistas que tenía, Ari me llama todos los días para ver cómo me encuentro y me envió unos chocolates también.

Mis padres al parecer no se enteraron de la noticia porque aún preguntan por él cuando me llaman, y no sé qué contestarles, no sé cómo decirles que lo nuestro acabo.

Ben no deja de llamar mi de enviar mensajes, solamente leo los mensajes donde dice que me ama y que soy la única en su vida. También me contó que ya no tiene que trabajar más porque sus escenas terminaron y que este tiempo quiere estar conmigo. No contesté ninguna de sus llamadas o mensajes.

En su casa todavía siguen algunas de mis cosas, más bien lo último que compre por internet. Ari dijo que vaya a buscarlas porque sabe que no puedo vivir sin mis mascarillas. También hay algunas cosas que pedí antes de que pasara todo esto y que ya deberían haber llegado a su casa porque no pude cambiar la dirección.

Tomé el teléfono de al lado de mi cama y marqué el número de recepción.

— Buen día, hotel Best Western Mornington ¿en que puedo ayudarle?

— Buen día, soy Idara Bulgatti de la habitación 1023, ¿pueden enviarme un desayuno americano por favor?

— Claro que si, en veinte minutos llega.

— Gracias — conteste y cortaron.

Y así como lo dijo, en veinte minutos tocaron mi puerta, me levanté con mi cartera en mano, me coloque mi tapabocas y abrí la puerta.

— Buen...

Deje de hablar cuando vi al rubio delante de mi

— ¿Que haces aquí? — pregunté tomando la orilla de la puerta.

— Tenemos que hablar — Ben tenía sus ojos rojos, ojeras y se notaba que no había dormido mucho tiempo.

— No hay nada que hablar — conteste tratando de cerrar la puerta.

— Idara — detuvo la puerta con su mano — te amo.

— ¿Y? — reuní fuerzas para sonar indiferente.

— No seas así, por favor — sorbió su nariz — sé que me amas también, cometí errores pero a quien realmente quiero en mi vida eres tú.

— Lamento interrumpir pero tengo un pedido que entregar a la señorita Bulgatti.

Un hombre de unos 30 nos interrumpió llevando una mesita plateada con toda la comida arriba.

— Soy yo, puede dejarla dentro — abrí más mi puerta dejando lugar para que pasara  — ten — le di un poco de propina cuando dejó las cosas a un lado de mi cama. Él me guiñó un ojo y sentí a Ben gruñir por lo bajo.

— Amor...

— ¿Como me encontraste? — interrumpí.

— Tus fans subieron fotos cuando te vieron entrar aquí, iba a venir más antes pero mi madre me dijo que te de tiempo a solas.

Solamente asentí.

— Por favor perdóname — murmuro mirándome fijo — lo siento mucho, mucho, mucho, sé que no te merezco.

— Ben no puedes pedirme que te perdone cuando te conté una de mis inseguridades y te... te burlaste de ella.

— Amor...

— No me llames así — lo interrumpí.

— Idara, no pasó nada con ella, solamente fue ese beso que viste — miró al suelo por un momento — bueno... nos besamos también en su casa pero no pasó absolutamente nada más. Te amo a ti — se tiro al suelo y abrazo mi cadera.

— Lo lamento Ben pero ya no creo en tus palabras — limpie una lagrima que cayó por mi mejilla.

— Debes confiar en mi una última vez, por favor — sollozo — la única persona que quiero en mi vida eres tú.

— Pues eso no se notaba en las fotos — mire hacia el techo — mientras estabas con ella te olvidaste de mi, al parecer no soy tan especial en tu vida como creí que lo era. Estaba como una estupida esperándote en tu casa, siempre con la cena lista para ti, imaginando cómo sería cuando viviéramos juntos y cuando tengamos un bebé. ¿Y aún así tenías el descaro de pedirme que tengamos un hijo? Yo no voy a tener un hijo con alguien que me es infiel — mire hacia otro lado.

— No, Idara eres la persona más importante y especial en mi vida. Y si quiero tener hijos contigo, quiero vivir contigo, no te dije nada pero hace semanas vengo investigando sobre casas en Los Ángeles y aquí. Quiero que vivamos juntos.

— Lo siento, Ben — me aleje — ¿en serio me estás pidiendo que vivamos juntos? — reí irónica — muy gracioso.

— Te demostraré, te demostraré que te merezco y que eres especial para mi. Quiero pasar toda mi vida contigo, en todos mis planes del futuro estás a mi lado.

— Ben, tienes que irte — susurré y él se levantó del suelo.

— Te recuperaré, mi amor. Mientras tanto, por favor contéstale a mi madre — me miró con tristeza — está muy preocupada y quiere venir a verte.

Solamente lo miré, asentí y cerré la puerta.

Cuarentena - Ben Hardy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora