7

1.2K 90 11
                                    

Capítulo siete.

Sexta semana de cuarentena.

Esta semana fue agitada, comencé a grabar mis nuevas canciones a la vez que se las enviaba a John. Ben comenzó a rodar su película también, el nombre de la película es "Pixie" o algo así pero no entendí bien de que trataba, algo de asesinato... creo. Ben no sabe explicar cosas.

Llevo cinco canciones grabadas y tengo que grabar quince en dos semanas más. Estoy muy estresada. Ben pasa el mayor tiempo del día en el estudio de grabación, dijo que el director quiere grabar lo más rápido posible, su estreno fue programado para Noviembre así que mi rubio llega solo para cenar y dormir, luego de levanta temprano, desayuna y vuelve a su trabajo.

Este tiempo sola en casa de sus padres mejoró mucho más mi relación con Barb y Frank. Mike no me habla mucho, se sonroja cada vez que me ve cerca.

Hoy Ben dijo que llegará más tarde que los otros días así que guarde su cena en el microondas y lo espere en el sofá mirando una serie en el televisor.

— Hola, amor — Ben llegó cansado.

— Hola, cielo. Tienes tu cena en el microondas, hice tu favorito; pasta con salsa boloñesa.

— Lo siento, amor, pero cené con los chicos en el estudio.

— Está bien, no te preocupes — le sonreí — ven, quiero abrazos.

— ¿Como estuvo tu día? — preguntó lanzándose al sofá quedando su cabeza en medio de mis pechos.

— Agotador, termine de grabar la quinta canción. ¿El tuyo? ¿Como te fue en el trabajo?

— Bien, todavía nos estamos conociendo por eso fue la cena de todos juntos hoy, para conocernos más.

— Genial ¿Y qué tal?

— Son buenas personas, mis compañeros son Daryl McCormack y Olivia Cooke.

— ¿Olivia Cooke? Siento que la conozco pero no recuerdo bien.

— Salió en esa serie que te gustó, Bates Motel o algo así.

— Ooh si — asentí — es linda ¿con ella te besaras? — mordí mi labio con nerviosismo.

— Si, hoy nos explicaron bien, solamente será un beso "apasionado" y nada mas. También tengo una escena sin camiseta con Daryl.

— Uff muchas personas babearan al verte sin camisa — pase mis manos por su espalda.

Ben solamente rió y movió su cabeza contra mis pechos como un gatito buscando cariño.

— Estoy muy cansado, no quiero trabajar más.

— Yo tampoco quiero trabajar más, mi garganta duele.

— ¿Tomaste algo para el dolor? — preguntó inclinándose y dejando besos por mi garganta.

— Si — susurré tirando mi cabeza hacia atrás.

— Podríamos dormir aquí esta noche, no tengo ganas de subir las escaleras.

— ¿Solo dormir y quieres cumplir esa pequeña fantasía adolescente tuya?

— ¿Que fantasía? — fingió demencia.

— Follarme en el sofá de la casa de tus padres.

— ¡Oh por Dios, Idara! ¿Como osas decir eso de mi? — carcajeó.

— Fue lo primero que me dijiste cuando tomamos confianza y te pregunté sobre tus fantasías — reí con él.

— Está bien, me atrapaste — se levantó quedando de rodillas con mis piernas a sus costados.

— Podría dejarte pero tienes que convencerme.

— No tientes mis dones de convencimiento — pasó sus manos por mis piernas.

— No tienes energía para subir las escaleras pero si para follarme.

— No puedo negarme a follarte, tu cuerpo es mi perdición.

— Y el tuyo el mío. ¿Te diste cuenta que si no usáramos la píldora, ya habríamos usado más de veinticinco condones?

— Somos unos animales — reímos — ahora déjame convencerte.

Ben regó sus besos por mi cuello bajando mi camisa de tiritas. Es lo suficientemente elástica para dejar ver mis pechos.

— Ben — jadee cuando sentí su lengua rozar mis pezones.

Sentí un carraspeo detrás nuestro que hizo que nos asustáramos, Ben rápidamente se levanto quedando arrodillado frente a mi y con sus manos tapo mis tetas.

— ¡Mike! — gruñó al verlo parado cerca de nosotros — ¿Que quieres? — levantó mi camisa tapándome bien.

— Necesito sacar mi Xbox de debajo del televisor.

— Apúrate y vete.

Mike sacó su Xbox con rapidez y al girarse se quedó mirándome por un largo tiempo lo que me hizo sentir incómoda.

— Michael — Ben volvió a gruñir y su hermano menor salió corriendo del lugar hacia su habitación.

— Olvidémonos de este momento y sigue convenciéndome — tire de sus brazos lo que hizo que se acomodara con sus codos a los lados de mi cabeza.

— Mmm no me costará mucho hacerlo — volvió a dejar besos por mi piel expuesta.

Dos horas después nos encontrábamos durmiendo en la habitación, Ben no quiso quedarse ahí por si a la mañana siguiente alguno de su familia nos encontraba desnudos ahí.

Cuarentena - Ben Hardy Donde viven las historias. Descúbrelo ahora