Psicosis © [En Edición]

Capítulo 1:

Advertencia: Está historia fue escrita hace mucho tiempo, sin conocimientos de lingüística y gramática, su único objetivo fue, es y seguirá siendo entretener, al lector y al autor.
Tiene muchos horrores ortográficos, lingüísticos y gramáticos, pero si te interesa leer una novela ligera, atrapante y fácil de seguir, estás en el lugar indicado.
Un enorme abrazo lleno de luz querido lector, la vas a necesitar para adentrarte en esta historia.

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M

ensaje de la autora

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Tampoco te olvides de agregar está historia a tu biblioteca para no perderte ningún capítulo de esta apasionante historia de romance, erotismo, misterio y suspenso.
Sin más que decir, yo me despido...Que disfrutes de esta historia ❤️

Atte: Valentina M. Laborde

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La mujer corría desesperadamente por el bosque, su corazón palpitando frenéticamente en su pecho no la hacían aminorar el paso, ni su respiración entrecortada que la ahogaba, ni sus pies descalzos chocando contra las piedras y ramas a su paso. Nada de eso le importaba, no cuando la figura extraña se acercaba más y más a sus espaldas.

Ella tenía miedo, mucho miedo, y quizás ese era el hecho por el que no sentía dolor, un instintivo impulso de adrenalina cegador de sentidos.

Pero ese no era el verdadero motivo, segundos después cuando su vista se comenzó a nublar y el control de sus extremidades le comenzó a fallar, la chica comprendió para su horror que había sido drogada.

Sólo logro caminar unos pasos más antes de desplomarse sobre el frío césped bajo su cuerpo cálido. Tampoco logró contener unas lágrimas que se le escaparon de sus ojos al escuchar el ruido de unos pasos aproximándose.

La extraña figura la dió vuelta de una fuerte patada en el abdomen; la joven con sus ojos empapados en lágrimas solo logró vislumbrar una silueta que le sonreía ampliamente.

Sintió como algo se deslizaba alrededor de su garganta, por un instante creyó que la estaba ahorcando, pero cuando sintió un fuerte sabor a hierro en su boca, una inevitable verdad surgió en su pecho.

Sus fuerzas comenzaron a flaquear y sus ojos se cerraban mientras su vida le era arrebatada con cada gota de sangre que se escurría de su garganta.