Capítulo 10

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Para cuándo el auto de la policía ya se detuvo por fin en la puerta de su edificio, el crepúsculo ya se abría paso a través a través del cielo nocturno borrando lentamente a las pocas estrellas que aún persistía.

Alicia no se detuvo ni por un instante a pensar si tomaría las escaleras o el ascensor, estaba demasiado cansada para caminar hasta su piso; como las personas aún dormían en todo el lugar el ascensor no demoró en llegar, ella se deslizó dentro del ataúd metálico, marcó su piso y acto seguido cerró con fuerza sus ojos, lo último que quería era repetir su último ataque psicótico en ese lugar.

Por suerte ningún demonio se hizo presente y logró llegar a su departamento en menos de tres minutos; dentro del lugar encendió todas las luces y se preparó para darse una ducha que era todo lo que más deseaba en ese momento.

Con un poco de pánico se paró en la puerta del baño, pero el cansancio venció al miedo y soltando una larga respiración entro en el lugar. Dejo las cosas en la percha de la ropa y abrió la llave del agua caliente de la ducha, permitiendo que el vapor llenará cada espacio del lugar, borrando incluso su reflejo del espejo.

Alicia se inclinó sobre el lavado y tomo su celular en busca de algún mensaje de Sebastian, pero no encuentro ningún indicio de el; fue entonces que decidió mandarle ella un mensaje.

-Hola Seb, te quería avisar que ya volví a mi departamento y estoy bien.- Escribó ella, pero para su sorpresa el mensaje fue rápidamente enviado y leído; Alicia esperó y esperó observando la pantalla de su celular entre el vapor del agua pero el mensaje de respuesta no llegaba.
Con su corazón hecho pedazos se desnudó y lentamente, metió su cuerpo debajo de la ducha, dejando que la tibia agua calentará el frío que sentía su corazón.

Sebastian, su amigo de toda la vida, su hermano por elección... la había dejado sola, la había abandonado cuando más lo necesitaba. No, no era así. El tendría una razón, un motivo.

"Lástima"- Gritó una voz a sus espaldas.

"Te teme, como todos tus amigos"- Dijo otra voz cargada de malicia.

"Imaginate qué haría si se enterará que mataste a tu gato"-Dijo la voz de un niño al mismo tiempo que se reía.

-No fué así, fué un accidente. Ustedes estaban ahí.- Comenzó a gritar Alicia mientras sus ojos se desbordaban en lágrimas de culpa.

"Asesina"- Volvió a gritar la voz del niño.

Y al oír esta palabra, el cuerpo de Alicia colapsó llegando justo a tiempo a poner sus manos por delante y sostenerse contra la pared frente a ella.

Alicia cerró sus ojos con fuerza y obligó a callar todas esas voces que tanto la atormentaban.

Cuando su mente se quedó vacía, liberada de esos demonios tuvo por fin tiempo para pensar en todo. Había ayudado a la policía, el asesino podría no conocer su rostro después de todo era una ciudad grande, y su amigo tendría un motivo para no estar con ella en ese momento.

Todo estaría bien, todo mejoraría, se decía Alicia mientras comenzaba a pasarse shampoo en la cima de su cabello; pero algo la detuvo en seco al mismo tiempo que sentía como un escalofrío recorría su cuerpo.

Con la punta de sus dedos tocó algo pequeño y resbaladizo que se escurrió entre sus dedos, deslizándose dentro de su cabello. Ante el contacto Alicia retiró su mano, pero al sentir cómo aquello desconocido se metía más y más dentro de su cabello, volvió a llevar su mano al encuentro. Revolvió entre y revolvió su maraña de pelo húmeda al mismo tiempo que sentía cómo el intruso se movía sobre está, luego de unos momentos logró tomar al extraño entre sus dedos y alejarlo de esta para poder observarlo.

Psicosis © [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora