Capítulo 12

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ADVERTENCIA, EL PRÓXIMO CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS FUERTES DE VIOLENCIA.

La pequeña niña se despertó asustada, tardó un momento en darse cuenta de que ocurría. Ella estaba en su cuarto, rodeada por una vasta oscuridad solo interrumpida levemente por los suaves destellos de la luz nocturna que su madre le había colocado junto a la puerta.

El murmullos de gritos provenientes del exterior de la habitación comenzaron a incrementarse más y más, obligando a la pequeña Alicia a cubrir sus orejas con sus pequeñas manos de infante.

"Había una vez una princesa que vivía lejos, en un reino de fantasía rodeada por seres mágicos".-Comenzó a decir una voz en su mente para calmarla.

Pero las voces se convirtieron en gritos tan fuertes que la niña no lograba escuchar la voz en su cabeza.

Con lágrimas en sus redondos ojos, Alicia colocó un pie y luego otro en el piso de madera, con lentitud buceo entre la calmada oscuridad de su cuarto en dirección a la puerta, giro la perilla y salió al caos de gritos que la luz exponia.

Absortos en una pelea de insultos, sus padres al otro lado de la sala no lograron ver a la pequeña niña que los observaba asustada. Quizá tampoco les pareció importante que ella estuviera presente, después de todo era una niña y ellos no entienden el mundo real.

Pero la pequeña Alicia sí que lo entendía y lo comprendía a la perfección.

-No. Ella es nuestra hija y debemos ayudarla, no te puedes deshacer de ella como si fuera un maldito paquete.- Le gritaba su madre a su padre con lágrimas deslizándose por su fino rostro.

-¿Qué demonios no entiendes mujer? No la puedes ayudar, solo en el maldito hospital la podrán ayudar.-Le gritaba su padre en respuesta con su gruesa voz como un trueno que tanto atemorizaba a Alicia.

La pequeña niña se aferró con fuerza al respaldo del sillón clavando sus pequeñas uñas, contuvo la respiración durante largos segundos temiendo quizás que sus padres la descubrieran.

-No me la arrebataras.- Gritaba la mujer desesperada mientras sujetaba el brazo del hombre en un intento por impedir que se alejara.

-Esta decidido, mañana nos contactaremos con el hospital.-Dijo el hombre de forma seca mientras se sacaba el agarre de su esposa.

-No es un hospital, es un manicomio. Por favor.-Le suplicó la mujer entre sollozos.

El hombre se dio la vuelta lentamente, pero en su rostro no había calor ni amor, era asco y frialdad lo que se reflejaba.

-No me hagas repetir las cosas. Ya está decidido.- Escupió su esposo mientras volvía a darle la espalda.

-No es tu decisión, ella no es tu hija. No eres su padre.-Dijo la mujer intentando mantener la espalda rígida.

Psicosis © [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora