"Regalo"

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_Cinco_

Estaba a punto de tocar de nuevo la puerta de ____ cuando la escuché sollozar.

Claro, debe estarla pasando mal...

Y se me ocurrió una gran idea.

Noten el sarcasmo.

Corrí a la habitación de Allison y toqué la puerta. La morena me abrió pasado un momento —¿Cinco?— dijo con el ceño fruncido —Tenemos que hablar— sentencié con una sonrisa y entré a su cuarto —¿Qué quieres?— preguntó cruzándose de brazos —Necesito que me ayudes con un pequeño regalo de bienvenida para ____— dije mirando a otro lado —¿Y por qué tu querrías darle un regalo a...— la chica abrió los ojos como platos y dio unos estúpidos saltitos —¡Te gusta!— me teletransporté hasta enfrente de ella y le tapé la boca —Cállate— ordené molesto —¿Recuerdas aquella vez en la que te vi besando a Luther?— la emoción desapareció de su semblante y en cambio se tensó —Me ayudarás con esto y tendrás garantizado mi silencio al respecto. Si le dices a alguien o incluso a ____ lo que estoy haciendo y que el regalo es de mi parte, entonces papá se enterará de ese beso— quité mi mano de su boca y Allison me miró con los ojos entornados —¿Trato?— dije con otra sonrisa —Trato— escupió de mala gana la morena —Perfecto ahora... ¿Qué usan las niñas?— pregunté y Allison soltó una gran risa.

Estaba en una tienda de chicas, todo era muy rosa y habían varias cosas que me gustaría desaparecer de mi memoria, además, todas las chicas ahí me miraban extrañadas.

No sé si por ser el único varón en el lugar o por mi increíble atractivo.

—¿Te puedo ayudar en algo?— preguntó una chica de servicio —Sí— contesté sacando un papel de mi bolsillo —Mi hermana no puede salir de casa y me pidió que le hiciera estas compras pero no tengo idea de que debo llevarle— le entregué el papel y la chica lo analizó —¿Cuántos años tiene?— preguntó —Diez y seis— respondí. La chica me regresó el papel —¿De cuánto es el presupuesto?— pregunté y le di trescientos dólares —Para lo que alcance con eso— la chica sonrió y fuimos hasta la caja del mostrador donde comenzó a empacar varias cosas. Yo me quedé con las manos en los bolsillos dejando que mis ojos pasearan por aquí y por allá hasta que vi un anillo de una serpiente que me gustó —Agrega este a la compra por favor— dije entregándole el anillo.

Me metí a un callejón y me teletransporte de vuelta a la habitación de Allison que pego un brinco al verme —Idiota, no hagas eso, ¿Que tal que me estoy cambiado?— me reclamó —Sí, sí, sí, no hay tiempo para eso. Aquí está lo que le tienes que entregar— dije dándole la caja.

Me quedé asomado de la puerta de Allison viendo como ella le entregaba la caja y ____ sonreía.

Que linda sonrisa tiene... Oh, cállate.

Allison regresó —¿Todo en orden?— preguntó ella con una ceja alzada —¿Le gusto?— pregunté y Allison asintió —Sí, le gustó. Ya puedes borrar esa sonrisa de idiota de tu cara— y apenas ahí me di cuenta de que estaba sonriendo.

Me quedé en mi habitación acostado.

¿Por qué rayos me siento tan extraño?

Algo andaba mal conmigo, me sentía raro y sentía algo extraño en la boca del estómago... Ojalá no fuera cancer.
Escuché la campana de la comida y me tallé la cara con las manos.

Realmente no tenía ganas de comer.

Me puse de pie y entre al baño, me mojé un poco la cara, me alise el uniforme y peiné un poco mi cabe...

¿Desde cuando te preocupas tanto por bajar a comer viéndote bien?
Mierda...

Me sequé las manos con brusquedad y me teletransporté al comedor. Al aparecerme así, ____ pegó un brinco y no pude evitar sonreír.
Me di cuenta de que ella estaba platicando mucho con Klaus e incluso sonrió en algún momento, cosa que solo me molesto.

¿Por qué rayos te molesta?

Agité la cabeza y me obligué a mirar mis manos —Sentados— ni siquiera me di cuenta de en qué momento papá había llegado.
Nos sentamos y comencé a comer. No podía evitar mirar a ____ se veía tan tierna comiendo... ¿Qué estoy diciendo?

Pasado un rato, papá la regañó —Número Ocho, Número Cuatro— alcé la mirada de nuevo y me di cuenta de que Klaus y ____ habían estado platicando —Las comidas son en total silencio— ambos agacharon la mirada —Lo siento— dijeron al unísono y su sincronización me hizo enojar aún más, no pregunten porqué. En silencio, seguimos comiendo.

Al terminar, como es costumbre, todos esperamos a que papá se levantara primero para poder hacerlo nosotros también —Número Ocho, quiero hablar contigo en mi oficina. Los demás, alístense para entrenar a las seis de la tarde exactamente— ordenó y comenzó a caminar —Ve— escuché que susurró Luther a ____ —Buena suerte— dijo Klaus y, sin ocultar su nerviosismo, ____ siguió a papá hasta la oficina.

Todos nos quedamos de pie ahí en el comedor.

¿Por que se la lleva?

—¿Preocupado, Cinco?— se burló Diego.

Mierda, pensé en voz alta...

—Solo es curiosidad— respondí fingiendo desinterés —Vaya. Parece que Cinco siente amor por alguien que no es él mismo— se burló Luther ocasionando las risas de todos, excepto la mía, claro —Cállate, fantoche— yo sabía que a Luther le jodía que lo llamara así —Estas muerto— sentenció el rubio comenzando a avanzar hacía mi —¡Niños!— Pogo dio un golpe en el suelo con su bastón desde el umbral de la puerta —Me parece que deberían de estarse preparando para el entrenamiento de hoy en vez de estar haciendo estas tonterías— sentenció serio —Lo siento— dijo Luther por lo bajo —Yo también— mascullé —Pogo— lo llamó Allison —Ya entrenamos en la mañana y hoy es nuestro cumpleaños— señaló, y estoy seguro de que dijo lo que todos estábamos pensando. Pogo suspiró y se acercó más a nosotros, asegurándose de que no estuviera papá cerca —Su padre así lo quiere señorita Allison. En la noche podrán comer pastel— nos aseguró.

Gracias al cielo.

—Y ustedes sólo obedezcan a su padre, el jueves saldrá de viaje y entonces podremos celebrar su cumpleaños— los demás hicieron bullicio y, tras guiñarnos un ojo, Pogo desapareció.

EXTRA ORDINARIO (Cinco & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora