"Mamá y Papá"

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_(T/N)_

Salí de la ducha por segunda vez en el día y apenas ahí reparé en que no tenía pijama. Me puse la ropa interior y una bata blanca de baño, atándome la cinta en la cintura y, completamente descalza y con el cabello suelto aún mojado, caminé a mi puerta y la abrí, pegué un respingo al ver a Cinco ahí —Ay Dios, Cinco— susurré llevándome una mano al pecho —Ah, lo siento— dijo mirándome de pies a cabeza y se sonrojó de repente.

¿Qué demonios?

—Oh— susurré apenada y sintiéndome desnuda —No tengo pijama— me excuse —Oh, si quieres te puedo prestar algo para dormir— dijo Cinco y comenzó a caminar hacía su habitación. Yo lo seguí insegura.

El cuarto de Cinco estaba mucho más ordenada de lo que esperaba, era pulcra y solo algunos pósters en la pared anunciaban que ese era el cuarto de un adolescente —Tal vez esto te quede— dijo dándome una camisa blanca y un pants negro que parecía ajustado pero seguramente a mí me quedaría un poco holgado, ademas, Cinco era unos 15 centímetros más alto que yo —Gracias— dije tomando las cosas —¿Ya te irás a dormir?— preguntó él al tiempo que se cruzaba de brazos y se recargaba en la pared —Sí, supongo— dije y me di cuenta de que él aún tenía tierra y el pants de entrenamiento —¿Cinco?— el me miró —Lamento lo de hoy— le dije con la mirada gacha. Cinco bufó y camino hacía mí —____— me llamó y yo alcé la vista, estaba muy, muy cerca de mí —Con lo de hoy me pereciste alguien fuerte, no me hagas verte como alguien débil— dijo, alzó mi cara con su mano y acomodo un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

MIERDA, ESTA MUY CERCA.

Sí, estaba tan cerca que podía sentir su aliento bañar mi piel. Automáticamente sentí como las mejillas se me ruborizaban violentamente, cosa que sólo ocasionó una risa burlona de parte del pelinegro —¿Tan nerviosa te pongo?—.

Y así de fácil se puede ir todo a la mierda, con ese tono arrogante.

—No, es solo que no sabía como decirte que tienes sucia la nariz— respondí molesta —¿Qué?— exclamó el chico separándose y yo aproveché para salir de su habitación —Descansa— hablé y cerré la puerta de mi cuarto con un suspiro.
Me apresuré a ponerme la ropa de Cinco y si, todo me quedaba grande. La camisa que quedaba como algo estilo overzise y el pants era más largo que mis piernas, pero por suerte tenía un cinto ajustable.
Estaba por meterme a la cama cuando me di cuenta de que la ropa de Cinco olía a él... No sé cómo explicarlo, él tenía un peculiar olor a café y chocolate.

A caso estoy... No, no sonreí.

Me metí a la cama y nuevamente me permití llorar, llorar la muerte de mis padres, perder la vida que conocía, perder a mi persona en el camino...

—¿____?

Me paré de golpe y no podía creer lo que estaba viendo... —No es posible— susurré —Soy yo— dijo la persona parada en el centro de mi habitación —¡Mamá!— grité y corrí a abrazarla. La mujer tenía la misma ropa con la que murió esta mañana y a parte tenía los tres orificios ensangrentados por donde las balas le habían arrebatado la vida —Oh cariño— dijo ella rodeándome con sus brazos mientras yo lloraba —Mamá, no te vayas— sollocé —Tengo que hacerlo querida... Solo hemos venido a despedirnos— yo me aparté un poco —¿Despedirnos?— pregunté y sentí una mano en mi hombro, al girarme me encontré con mi padre con la garganta abierta, pero no me importó —¡Papá!— exclamé y lo abracé —Todo esta bien pequeña— dijo besando mi frente —No se vayan— supliqué —No saben cuanto los necesito— mi madre se unió al abrazo —Nos encantaría poder estar contigo pequeña— sinceró mi madre y sonrió mientras una lágrima se le escapaba —Pero no podemos, ya no pertenecemos a este mundo— yo los abracé de nuevo —No sé si podré sin ustedes— confesé y los tres quedamos arrodillados en el suelo —Claro que podrás, eres nuestra pequeña fuerte— aseguró mi padre —Cariño, discúlpanos por no haberte dicho la verdad— habló mi padre de nuevo —No, eso no importa ahora, solo quiero estar con ustedes— jadeé sintiendo que alguien apretaba mi corazón —Eres muy especial nena, realmente especial, mucho más de lo que crees, por ello debes tener cuidado— sentenció mi madre tomando mi rostro en sus manos —No puedes confiar en nadie que no pertenezca a esta Academia, ¿Entendido?— yo solo cerré los ojos con fuerza.

Por favor, solo me quiero quedar así, no se vayan...

—____, ¿Entendiste?— dijo mi padre y yo asentí lentamente, una lágrima caía tras otra y yo deseé con todas mis fuerzas irme con ellos —Y cariño— habló mi madre limpiando mis lágrimas con el dorso de su mano —No te cierres, estas personas son como tu nueva familia y ni tu padre ni yo nos sentiremos traicionados si los aceptas como tal, lo que más queremos es que estés bien y que no estés sola, ¿De acuerdo?— volví a asentir lentamente —Te amamos— dijo mi padre y entre los dos me abrazaron con fuerza —No se vayan... Los amo— rogué —No tenemos opción querida, pero recuerda... Te amamos... Eres nuestra pequeña fuerte...—.

Y dejé de sentirlos.

Alcé la vista y en efecto, ellos se habían ido —No...— susurré —Mami— me abracé a mi misma mientras sollozaba —Papi— una lágrima tras otra caía mientras yo me arrastraba hasta recargar mi espalda contra la cama, me abrace las rodillas y seguí llorando —No— jadeé —No quiero estar sola—...

EXTRA ORDINARIO (Cinco & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora