"Estoy aquí"

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_(T/N)_

No estaba muy segura de si eran los efectos del alcohol, mi imaginación o mi cabeza regañándome, pero comencé a escuchar mucho ruido.
Me removí y abrí los ojos de a poco —¿Cinco?— mascullé y extendí mi brazo pero no lo sentí a mi lado.
Me incorporé y me di cuenta de que ruido no se detenía.

¿Qué esta pasando?

Me puse de pie y el suelo se ladeó, obligándome a sostenerme de la pared para poder seguir caminando hasta llegar al pasillo —¿Luther?— abrí la puerta de su habitación pero estaba vacía.
El sonido ensordecedor de disparos resonó en la parte de arriba de la casa y una alerta se encendió en mi cabeza —¡Chicos!— grité, comencé a correr con pasos torpes pero de repente alguien apareció en mitad de la escalera, una persona con traje azul y máscara infantil.

Otro imbécil de La Comisión.

La persona me dio una patada y gracias a la fuerza de esta y mi poco equilibro por mi estado de ebriedad, salí despedida hacia atrás hasta que mi espalda chocó con la pared. Sentí el metálico sabor a sangre inundarme la boca, escupí y pequeñas gotas escarlatas pintaron el piso. A duras penas conseguí ponerme de pie.

<<Creo que me necesitas>>

Vaya momento oportuno para aparecer.

No, no me chantajearas para que te libere.

La persona corrió a mi y trató de golpearme, me agaché justo a tiempo, me puse de pie y con mi codo y todas mis fuerzas golpeé hacia abajo la articulación de su brazo —¡Joder!— gritó la que al parecer era una mujer. Le rompí el brazo.

<<No te estoy pidiendo que me liberes, puedes utilizarme>>

Claro y no sabré yo qué hay un truco.

<<No hay truco, pero si hay personas allá arriba tratando de matar a tus hermanos... Y a Cinco>>

Eso fue suficiente para que las emociones tomaran el control.
Comencé a respirar lentamente al tiempo que cerraba mis ojos, cuando los abrí de vuelta, la mujer trataba de huir. Moví la cabeza y con eso bastó para escuchar su cuello romperse y que su cuerpo inerte cayera al suelo.
Corrí escaleras arriba, sintiéndome  normal de nuevo y sabiendo que había matado a alguien más. Llegué y una verdadera lucha se libraba ahí:
Cinco y los demás trataban de cubrirse tras los pilares mientras otras dos personas de La Comisión disparaban en su contra —¡La chica!— exclamó alguno de los dos señalándome —Maldita sea, creí que Yia se encargaría de ella— dijo y me apuntó —Quédate quieta— dijo detenidamente el hombre —¿Qué diablos quieren?— exclamé sin moverme —A ti niña bonita— habló el otro hombre que se mantenía apuntando hacía mis hermanos —Vendrás con nosotros o los mataremos a todos— sentenció —No iré a ningún lado hasta que dejen de apuntarle a mis hermanos— anuncié tajante —¡No irás a ningún lado de ningún modo!— exclamó Cinco —¡Cállate!— le grité y él no pareció molesto, simplemente parecía escandalizado, aterrado y lleno de adrenalina —Esta bien— respondió el hombre apuntando hacia mí mientras que su otro compañero corría a mí y me ponía el arma entre los ojos —Si cualquiera de estos fenómenos hace un solo movimiento sospechoso, te meteré una bala en el cerebro— advirtió. Abrí la boca como si fuera a responder, pero realmente yo sabía lo que haría:
Me lleve una mano a la frente e hice mueca de dolor —¿Qué le pasa?— preguntó otro hombre —Si la llevamos muerta, nos matarán— exclamó el mismo preocupado y cuando su compañero quito el arma de mi cara, alcé mi rostro y le sonreí.
Permití que mi energía saliera de golpe, atravesando al que se había atrevido a ponerme el arma en la cara y lanzando al que estaba detrás suyo. Pero apenas esta vez repare en algo: Usar esos poderes era agotador.
Regresé a la normalidad, cayendo al suelo de rodillas y tratando de normalizar mi respiración —Átenlo— jadee refiriéndome al que había dejado inconsciente. Luther y Diego corrieron a él, Vanya solo me miraba de lejos y Allison, Klaus y Cinco corrieron a mi.

<<Me liberaste, lo volviste a hacer>>

Cállate— susurré —¿Estas bien?— preguntó Klaus llegando a mi.

<<¿Que sentiste al asesinar de nuevo?>>

—He dicho que te calles— dije y mis hermanos me miraron confundidos —¿De que hablas?— me preguntó Cinco agachándose a mi altura.

<<Ahora hay más sangre en tus manos>>

—¡Cállate!— grite tapándome los oídos con las manos inútilmente.

<<Asesina>>

—¡Cállate!

<<Asesina>>

—¡Cállate!— apreté los ojos con fuerza y las luces comenzaron a parpadear —____— me llamó Cinco.

<<Asesina>>

—¡YA CÁLLATE!— Cinco me tomó por los hombros y me comenzó a sacudir —¿Que ocurre?— preguntó preocupado —¡Haz que se calle!— supliqué —¡Haz que se detenga!— las lágrimas comenzaron a salir y mientras más me agitaba, menos capaz de controlarme me sentía.

<<Asesina>>

—¡NO!— Cinco tomó mi rostro en sus manos —¡____ mírame!— sentí sus labios chocar con los míos con fuerza, con desesperación en un primer momento, pero poco a poco se fue volviendo uno tierno, protector y reconfortante que hizo que la voz en mi cabeza se perdiera poco a poco hasta que la dejé de escuchar. Para cuando Cinco se separó, yo aún respiraba con dificultad pero ya empezaba a tranquilizarme —Mírame— susurró —No dejaré que nada malo te pase, estaré contigo desde el amanecer hasta el anochecer. Estoy aquí— me abrazó y yo comencé a llorar ocultando mi rostro en su cuello, embriagándome con su olor —Estoy aquí—.

EXTRA ORDINARIO (Cinco & Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora