capitulo 4

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—¿Oye Izuna salimos un rato?

—¿Salir? —pregunté curioso.

—Si salir... no se.. conocer la cuidad o algo así —se inclina sobre la mesa mientras no dejaba de mirarme —Pocas veces tengo oportunidad de tener noches libres, me apetece divertirme un poco.

—Claro no veo por qué no —respondí con una sonrisa —Solo déjame vestirme apropiadamente.

El sonrió haciendo un gesto con la mano para que fuera.

Salí del sillón donde antes cómodamente comía algunos chocolates. Desde que llegamos a la habitación del hotel los nervios me dieron por devorar cualquier dulce que encontrara.

Y es que yo le había dicho que estaba bien dormir juntos... pues lo haríamos en casa de sus padres. Solo que por la emocion no pensé bien... ¡Hace tiempo que no duermo con alguien!

Y claramente ahora estoy nervioso. Fui hasta donde había dejado mis maletas a por algo de ropa, no soy de vestir muy elegante, ese tipo de ropa me asfixia pero, no significa que no tenga algo de ella. Antes fui abogado, me moví por círculos sociales bastantes complejos que requerían etiqueta.

—¿Madara a dónde iremos? No se que vestir —le grite. Había revisado varias cosas y no lograba decidirme.

—Cualquier cosa... —respondió.

Maldije su respuesta tan inútil, por razón fuera de mi entendimiento sentía la necesidad de verme bien.

—¿Qué es esto? —grité asorado. Mientras rebuscaba entre mis cosas hallé algo que no empaque.

—¿Qué sucede? ¿Por qué gritas? —llegó corriendo a donde estaba, mi grito debió alarmarlo.

—No es nada, solo me pareció haber visto algo raro —escondí dabajo de un bulto de ropa la razón de mi susto.

¡Maldito sobrino!

—Ahh vale —relajó sus facciones —Si no sabes que usar... Usa cualquier cosa, no creo que importe mucho a donde vamos.

—Si, esta bien —un poco desilucionado con su actitud le hice un gesto para que se retirara y yo vestirme.

Los hombres, todos son... iguales.

Regresando mi atención a lo que minutos antes me había hecho gritar. Saqué un conjunto de ropa cualquiera y me vestí, el dijo que no importaba ¿no? Para luego concentrar mi atención en Itachi y sus jueguitos.

—Ese mocoso cambió mi pillama de  ositos —dije haciendo un puchero. Amo ese pillama, es tan lindo y calentito — Y me dejo esta cosa —suspiré sosteniendo entre mis manos la fina pieza de tela casi transparente —¿De dónde saca estas cosas ese crio?

Ya lo imagino diciéndome cosas sobre lo infantil que soy, pero el no tenía derecho, no pienso usar ese perverso atuendo.

Baje ya vestido, antes escondí en el fondo de la maleta aquella cosa.

—Estoy listo —comunique.

—Bien vamos —me dijo extendiendome su mano con caballerosidad la cual acepte.

Salimos del hotel el taxi, eran aproximadamente las diez de la noche, solo habían pocos lugares a los que ir.

La ruidosa música que se escapaba  del antro, donde nos dejó el taxista a petición de Madara terminaron por agrandar mi sonrisa.

—Esto es genial. Hace años que no venía a un lugar así. Estoy emocionado.

—¿En serio? Creí que no te gustaría.

"Trabajos varios" [MadaIzu \ItaSasu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora