CAPITULO XIII

402 53 25
                                    


—¿Entonces te dijo que sí? —preguntó la pelirroja.

Nira sonrió en respuesta marcando sus hoyuelos.

—Si —rió nerviosa—; bueno, dijo que invitaría a un amigo y pues yo supuse que si te invitaba a ti sería como una cita dobl-

—Ni lo pienses —habló algo molesta, cruzó los brazos y agitó su cabeza como un potente "No".

—¿Porqué?

Suspiró— Sabes que no me gustan las citas, quiero estar sola por ahora, estoy bien así.

—Oh pero de todas formas no va a pasar nada, solo te pido que me acompañes —abrió sus ojos lagrimeando un poco—, solo quiero que me ayudes porfavor —hizo un puchero infantil y le agarró una mano.

Alejandra respiró profundo y se tocó el entrecejo con pesadez. Pensó en lo que estaba a punto de decir. Es verdad, estaba bien sola, de maravilla y no quería ni siquiera pasar tiempo con alguien, a menos que fuera su mejor amiga. Si lo hacía era completamente por ella. Acabó suspirando.

—Bien.

—¿En serio? —su vista se iluminó y sus ojos brillaron, vio asentir a la contraria y se abalanzó hacia ella dándole un cálido abrazo, sus mejillas sonrosadas de alegria— Gracias, gracias, gracias. Te lo compensaré, te lo prometo.

Lili agitó el cabello de su amiga y la otra bufó— Claro que me lo compensaras.

La de ojos canela miró su cabello alborotado y se lo arregló con algo de molestia, la contraria rió pensando que la escena era demasiado tierna, porque Nira estaba en ella.

***

La salida con Ricardo era en un día. Exactamente en uno.

Y él no tenía nada que ponerse.

Abrió su ropero rápido y los dos cajones debajo de este. No encontró nada más que poleras, camisetas de caricaturas y sus calzoncillos de hombre arañ- disculpa, y su ropa interior. Bufó, encontrando una camisa negra muy formal junto a una corbata. Tampoco quería parecer tan serio ni elegante, pero definitivamente no se pondría algo que usa de pijama.

Vió su alcancía de porcelana en forma de oso y su rostro se iluminó como si de un salvador se tratase, un mesías que vino a rescatarlo del mal. Y así fue, cincuenta y seis euros con tres centavos logró sacar por el agujero donde metía las monedas. Fue un arduo trabajo, parecía estar en una sala médica había usado un bisturí y todo. Cuando lo logró fue corriendo hacia abajo feliz, su cabello despeinado, agarró su mochila y una casaca de buzo, besó la frente de su madre y salió piernas a fuera, cerrando la puerta con cuidado.

Su madre abrió los ojos agitó su cabeza y frunció el entrecejo. Rió después divertida y siguió preparando su especialidad, pasta.

***

El centro comercial quedaba algo cerca a su casa, eso en estos momentos era demasiado beneficioso. Entró a la primera tienda que se le cruzó y vió todo. Pero nada le gustó, así fue con dos o tres tiendas más. Era demasiado indeciso cuando de algo importante se trataba, comúnmente se pondría cualquier cosa que le gustará y le quedará cómodo, pero esta vez era diferente, quería verse bien. También tenía pensado comprarle algo, era la primera salida y le agradaba tener un recuerdo, sonrió entusiasmado.

Tanta fue su emoción que de pronto sintió como su cabeza chocaba contra algo o alguien. Y su cuerpo por inercia cayó de espaldas. Miró arriba y observó la cabellera negra los ojos profundos y la tez blanca inconfundible. Ignacio lo miró con superioridad y desprecio, o al menos eso fue lo que le pareció.

Se levantó y bajó la cabeza— Perdón, no te vi.

—Como me vas a ver si te veías desorientado, más cuidado la próxima que no te la pasaré. Casi ensucias mi unifor-

—Hola.

Una cabellera rojisa se asomó en la escena, dejando mudo al chico con el que Rubén se había topado. A este último le sorprendió lo pasivo que actuó, como calló repentinamente y comenzó a sonrojarse, cubriendo y tosiendo para que ese cambio no se haya hecho tan notorio.

—N-no te preocupes Rubén, solo que... no vuelva a pasar.

El aludido sonrió y miró pícaramente. Era extraño, nunca lo habría sabido, pero si, se hacía notar mucho, en esta escena.

A Ignacio le daba miedo Gabriel.

Se sintió bien consigo mismo, como si hubiese descubierto fuego. Podría ser el próximo Sherlock Holmes.

—Lo siento nuevamente, los dejo —habló está vez seguro y se alejó, aún buscando algo que pueda usar para mañana, sería un día demasiado largo.

El de cejas negras miró al pelirrojo por unos segundos y bajo la mirada. Quería hablarle, pero no sabía cómo iniciar la conversación. Felizmente el que comenzó fue el contrario aliviando su pecho que latía bruscamente.

—¿Era tu amigo? —preguntó sonriéndole— le trataste muy bien, eres muy tierno.

Se sonrojo aún más, aunque prácticamente era imposible, el cumplido casi lo deja mudo pero agarró la valentía para hablar: Si, va-a a nuestra universidad suelo hablarle y eso.

—Oh, que genal —el contrario rió, el acento era demasiado adorable—perdon aún no se mucho español.

La mente del pelinegro se iluminó junto a su sonrisa, mirando a los ojos del contrario le dijo esperanzado: Puedo ayudarte si quieres —cerró un ojo esperando algo negativo de respuesta, más lo único que obtuvo fue un cálido: Está bien, me encantaría.

Un día de estos sentía que iba a explotar de lo rojo que últimamente estaba.

________________

Dedicado a: @amantya99

HOLA COMO ESTAN PERDON PERDON PERDONNKSIJFIWKX

Lo siento no hay palabras para disculparme.

Estoy demasiado pinchi atareada, la uni me tiene loca. Pero aquí hay un nuevo capítulo de esto que hice

Lento pero seguro creo(?

mil lo sientos

-> Aqui las piedras

Sjidhwid bueno, pronto espero poder hacer un maratón, que ya se lo merecen uwu.

Les mando un abrazo y nos leemos luego ❄👀❄

-Always in my heart. M


Nostalgia [killerrich]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora